“Mi nombre es Valentina Ahumada, tengo 25 años, soy colombiana y vivo en Tampa, Florida hace cuatro años. Ante la llegada del huracán Milton tuve que abandonar mi casa por orden de evacuación y resido temporalmente en mi trabajo, un centro de investigación y tratamiento de cáncer, donde cuido a los pacientes a los que les fue imposible trasladarse. Hemos escuchado por las noticias que Florida no recibe un huracán de esta magnitud desde hace 100 años por lo que estamos bastante preocupados”.
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Así le relata a EL TIEMPO una de las colombianas que residen en Estados Unidos la situación que ocurre en el noroeste de la Florida donde se espera que la noche de este miércoles toque tierra el huracán Milton calificado como "catastrófico y mortal" por las autoridades de Estados Unidos.
“Estamos contando con el apoyo de las autoridades y viendo que muchos han evacuado, esperamos que todo pase rápido”, comenta Ahumada.
Es literalmente cuestión de vida o muerte
Y es que, pese a que el huracán Milton perdió este miércoles de nuevo intensidad y bajó de categoría, de 4 a 3, con vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros por hora, camino de la costa oeste de Florida, donde ya se han producido los primeros tornados y se espera su llegada la noche de este miércoles, el ciclón ha crecido de tamaño y sus vientos con fuerza de tormenta tropical se extienden hasta unos 400 kilómetros desde su centro, según una actualización del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de Estados Unidos.
Bajo el incierto panorama, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, subrayó este miércoles a la población de Florida que se ponga a resguardo: "Es literalmente cuestión de vida o muerte", dijo al destacar haber hablado con el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, y con otras autoridades locales para mostrarles el apoyo del Ejecutivo federal.
"Les he ofrecido todo lo que necesiten, todo lo que tenemos. Les dejé claro que deberían comunicar si necesitan algo más. Les di mi número de teléfono personal aquí en la Casa Blanca para que se pongan en contacto conmigo directamente si es necesario", añadió.
Y si bien las zonas más probables de ser duramente afectadas por el huracán tuvieron orden de evacuación, muchas personas –como los pacientes de Valentina- y miles de otros más ya sea por su avanzada edad, delicado estado de salud o decisión propia no lo pudieron hacer.
Estar encerrados, sin luz natural, también nos baja el ánimo
En otras zonas de Tampa, mar adentro, la orden fue de quedarse en casa y rodeas las viviendas con sacos de arena para resguardarse.
Este es el caso de Jorge Urrea, un colombiano que reside en el condado desde hace 23 años y que señala “es la primera vez que enfrenta la llegada de un huracán”.
“Desde este miércoles estamos encerrados con mi esposa, mi hija, el perro y el gato. Ya tenemos todo listo para lo que serán estos días donde de seguro que vamos a perder electricidad y la conexión con el exterior”, afirma Jorge en conversación con este diario.
Para Urrea, las últimas semanas han sido complejas, en especial, porque vienen de enfrentar los daños por el huracán Helene.
“Es un poco estresante. Los colegios cerraron durante una semana entera sin saber qué va a pasar en adelante. Estar encerrados, sin luz natural, también nos baja el ánimo. Aunque hacemos lo que podemos, jugamos, hablamos entre nosotros y tratamos de distraernos de lo que pasa afuera”, explica.
No sabes si van a haber inundaciones que terminen destruyendo todo. Sin embargo, lo importante es ponerse a salvo primero y asegurar lo más importante: la vida
Jorge cuenta que “absolutamente todo está cerrado. No hay nadie en las calles y ningún comercio abre” al agregar que su mayor temor es que muchos de los objetos de infraestructura que quedaron sueltos en las calles tras el paso de Helene se conviertan en “misiles” que impacten las casas una vez toque tierra el huracán Milton.
Helene dejó una estela de más de 800 kilómetros de devastación por estados del sureste, con especial intensidad en Carolina del Norte, tras entrar el 26 de septiembre por el noroeste de Florida como un huracán de categoría 4. Con más de 230 muertos, es considerado el ciclón más mortífero en EE. UU. desde el Katrina en 2005.
Finalmente, están quienes pudieron evacuar de las zonas de mayor peligrosidad. Es el caso de Sebastián Mejía, un joven colombiano que logró llegar a Orlando.
“Yo resido en Tampa, pero hemos seguido todas las indicaciones de las autoridades. Tratamos de proteger nuestras casas lo mejor posible y evacuamos desde el martes para mantenernos lo más lejos posible de la trayectoria del huracán”, afirma.
Para Mejía, esta no fue una decisión fácil. “A pesar de que uno evacúa, hay preocupación por lo que uno deja en el hogar y por los amigos. En especial, porque no sabes si van a haber inundaciones que terminen destruyendo todo. Sin embargo, lo importante es ponerse a salvo primero y asegurar lo más importante: la vida”, agrega.
Los meteorólogos esperan que Milton siga siendo un huracán de "gran magnitud extremadamente peligroso" cuando llegue a la costa centro-oeste de Florida por la noche y que mantenga su fuerza mientras se desplaza por esa península hasta el jueves.
Las fuertes lluvias que arrojará Milton en Florida hasta el jueves conllevarán además un riesgo de inundaciones repentinas y urbanas catastróficas, especialmente en áreas donde las inundaciones costeras y terrestres se combinan, y este miércoles las agencias implicadas admitieron que esas aguas tardarán días en drenarse.
STEPHANY ECHAVARRÍA NIÑO - EDITORA INTERNACIONAL - EL TIEMPO