La creencia popular sugiere que andar descalzo, especialmente en climas fríos, puede aumentar el riesgo de resfriarse. Sin embargo, este mito fue desmentido por la Dra. Gloria Colli, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital Estepona, en España, quien ofrece una perspectiva basada en la ciencia.
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A continuación, le explicamos en detalle por qué andar descalzo no es la causa de los resfriados y qué debe tener en cuenta a la hora de realizar esta acción en la tranquilidad de su hogar. En principio, es importante mencionar que, para que una persona se resfríe, un virus debe entrar en las vías respiratorias superiores, es decir, la boca o la nariz.
Este proceso ocurre principalmente a través de pequeñas gotitas de saliva que se expulsan al toser o hablar. Así, el contacto con superficies contaminadas y el posterior contacto de las manos con la boca son vías más comunes de transmisión. Por lo tanto, es de suma importancia mantener una buena higiene, como lavarse las manos regularmente, para evitar el contagio.
La influencia del frío en el cuerpo
Si bien la exposición al frío no causa directamente un resfriado, puede influir en el sistema inmunológico. Cuando inhalamos aire frío, se produce una vasoconstricción en la mucosa nasal, lo que puede reducir temporalmente la respuesta inmunitaria. Esto significa que, aunque el frío no provoca el resfriado, puede hacer que el cuerpo sea más susceptible a los virus en el ambiente. No obstante, esto no implica que andar descalzo, en sí mismo, sea un factor de riesgo significativo.
Con este escenario, la idea de que andar descalzo puede causar un resfriado generó preocupación, especialmente entre los padres. Sin embargo, la Dra. Colli aclara que los virus no pueden ingresar al cuerpo a través de los pies. Por lo tanto, no importa si se camina descalzo sobre superficies frías o si se tienen los pies húmedos, ya que el riesgo de contraer un resfriado sigue dependiendo de la exposición a los virus y de las condiciones del sistema inmunológico.
Investigaciones reproducidas por el medio citado demostraron que la temperatura de la piel y la superficie corporal no influye en el riesgo de infección por virus, incluso cuando se realizan pruebas en condiciones controladas. Esto refuerza la idea de que el enfriamiento superficial del cuerpo no es un factor determinante en la contracción de un resfriado.