Violencia en el Metropolitano : mujer va por primera vez al estadio y le rompen la cabeza con una lata

hace 3 semanas 18

El estadio Metropolitano de Barranquilla, que tradicionalmente ha sido un espacio para celebrar la pasión futbolística, se ha convertido en un lugar peligroso para los aficionados debido a la creciente violencia en torno al fútbol.

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Lo más preocupante para muchos  hinchas del Junior es que la mayoría de sus partidos los están programando para las horas de la noche, lo que dificulta más el trabajo de seguridad que ofrece la Policía Metropolitana de Barranquilla.

Las redes sociales están inundadas de denuncias de personas que han sido victimas de atracos y ataques de jóvenes miembros de barras del equipo tiburón, algunos bajo el efecto del alcohol y las drogas. Esta situación es cada días más frecuente no solo en las afueras del escenario deportivo, sino en las mismas gradas.

Así  lo refleja la reciente agresión contra una mujer y el ataque a un hincha situación que deja entrever un preocupante aumento de incidentes violentos y cuestionan la efectividad de las medidas de seguridad implementadas por las autoridades.

Primera vez en el Metropolitano y salió herida

Ese domingo Durante el reciente partido entre Junior de Barranquilla y América de Cali, un plan familiar se tornó en una pesadilla cuando Eber Otero invitó a su madre al estadio para disfrutar de su primer partido en el Metropolitano. 

La celebración del primer gol de Junior, lejos de ser motivo de alegría, se vio empañada por la violencia cuando miembros de la barra La Banda de los Kuervos arrojaron una lata de cerveza que impactó la cabeza de la mujer, provocándole una herida sangrante.

 “Era la primera vez que iba al estadio, pero los @LBK_Oficial le dañaron la experiencia. Tiraron una lata de cerveza en medio de la celebración del primer gol y le partieron la cabeza”, expresó Otero en sus redes sociales, visiblemente frustrado.

El hecho, ocurrido en la tribuna Oriental expuso una vez más las fallas en los controles de acceso y vigilancia, permitiendo que hinchas violentos ingresaran al recinto con objetos contundentes. 

La mujer, que necesitó atención inmediata de paramédicos, terminó con su camisa manchada de sangre, mientras Otero señalaba con indignación la falta de control por parte de las autoridades y de la administración local, quienes no lograron evitar la entrada de “desadaptados que no le aportan nada al fútbol”.

Violenta agresión contra hincha del América

A este episodio se suma un ataque salvaje a un hincha  del América que, en la misma jornada, fue golpeado brutalmente a las afueras del Metropolitano. 

Un grupo de barristas de Junior lo agredió con botellas, puños y objetos punzantes, en un violento ataque que fue registrado en video y difundido en redes sociales.

Las imágenes muestran cómo, a pesar de la gravedad de la situación, tres agentes de la Policía presentes no intervinieron, lo que desató una ola de críticas sobre la pasividad de los cuerpos de seguridad y la insuficiencia de las medidas preventivas. 

La víctima, que no vestía prendas que lo identificaran como seguidor de Junior ni de América de Cali, quedó gravemente herida, y su estado de salud aún es incierto.

Este clima de inseguridad se exacerbó en los días previos al partido, con mensajes amenazantes en redes sociales que advertían a los hinchas del América sobre posibles ataques si asistían al estadio.

Ofrecen recompensas por violentos

 Este ambiente hostil no es nuevo y se ha vuelto un patrón común en las jornadas de fútbol en el Metropolitano cuando juega Junior,  generando en los aficionados una sensación de constante peligro y desincentivando la asistencia al estadio.

Las autoridades han tomado algunas medidas, como la expulsión de 66 personas por comportamientos agresivos y la promesa de una recompensa por información que permita capturar a los responsables de los ataques. 

Sin embargo, estos incidentes han reavivado el debate sobre la necesidad de imponer controles más rigurosos en los eventos deportivos y, sobre todo, de exigir a las autoridades una respuesta proactiva y comprometida para frenar la violencia en el fútbol.

La situación en el Metropolitano refleja un problema más amplio que afecta al fútbol colombiano, donde la presencia de barristas violentos ha incrementado la percepción de riesgo en los estadios y el coloso de la Ciudadela no es la excepción.  

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