Atlético Mineiro y Botafogo deciden este sábado quién ocupará el trono de campeón de América que dejó vacante Fluminense, en la final de la Copa Libertadores 2023, que se juega en el estadio Más Monumental, de Buenos Aires (Argentina).
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Mientras Mineiro busca su segundo título en el torneo, tras ganar la edición 2013, Botafogo llega por primera vez a esta instancia. Su único trofeo internacional es la desaparecida Copa Conmebol, que ganó en 1993.
Gregore no duró un minuto jugando: expulsado muy temprano
El partido comenzó con una jugada que podría marcar el desarrollo del partido. Gregore, volante de marca de Botafogo, fue con la pierna arriba y terminó dándole un golpe en la cabeza al argentino Fausto Vera, mediocampista de Atlético Mineiro.
El árbitro del partido, el también argentino Facundo Tello, no tuvo piedad con Gregore y le mostró la tarjeta roja, cuando apenas iban un minuto y cuatro segundos de juego, una decisión que obligó al DT de Botafogo, el portugués Artur Jorge, a replantear su estrategia.
Es la cuarta tarjeta roja para un jugador de Botafogo en la actual edición de la Copa Libertadores. El uruguayo Damián Suárez fue expulsado el pasado 13 de marzo, en la vuelta de la fase previa contra Bragantino (1-1).
Luego, el también uruguayo Diego Hernández recibió tarjeta roja en el empate 0-0 contra Junior de Barranquilla, en el cierre de la fase de grupos, y después, el arquero paraguayo Roberto Fernández fue expulsado en el banco de suplentes en el juego de ida de cuartos de final contra Sao Paulo.
La expulsión más rápida de la historia de las finales de la Libertadores
Según el estadígrafo español Alexis Martín Tamayo (@2010MisterChip), la de Gregore es la tercera expulsión más rápida en la historia del torneo.
El antirrécord pertenece a un colombiano, Alejandro Bernal, quien solo duró 27 segundos en la cancha en el juego que Atlético Nacional y Nacional de Montevideo empataron 2-2 en Medellín, el 11 de marzo de 2014. El árbitro fue el mexicano Marco Antonio Rodríguez.
Esta tarjeta roja para Gregore, a los 64 segundos, se convierte en la más rápida en la historia de las finales de la Copa Libertadores.
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