No la pudieron soltar en el fuerte repecho del circuito en Bucaramanga. Sus rivales apretaron el acelerador, la velocidad en el pequeño grupo aumentó, pero Juliana Londoño (Team Picnic) soportó el dolor de las piernas y no se quedó en la vuelta final de la prueba de ruta élite de damas de los Campeonatos Nacionales de Ciclismo.
Diana Carolina Peñuela (Sistecrédito), quien defendía su condición de campeona, y Paula Patiño (Movistar), hicieron todo lo posible para sacarle alguna ventaja, pero no pudieron.
Londoño superó el escollo final, cogió la última curva, salió de ella, se paró en pedales y como si estuviera en uno de los heat de velocidad en un velódromo del mundo fue mucho más rápida que las demás y se quedó con la medalla dorada.
Su punta de velocidad no es nueva, con ella logró la presea de oro en el Mundial juvenil de pista en Cali 2023 al ganar la prueba del ómnium y en el mismo certamen consiguió la plata en la persecución individual.
Juliana Londoño tiene un 2025 con mucha expectativa. Hasta esta temporada, Patiño había sido la única colombiana en integrar un equipo del World Tour femenino, pero la antioqueña de 20 años ha firmado por los dos próximos años con el Team Picnic, llegando a las grandes ligas del pedalismo del mundo.
Juliana Londoño. Foto:Prensa FCC
La historia de la campeona Juliana Londoño
Nació el 14 de enero del 2005, en la clínica del Prado, en Medellín, y es el único amor de Edilson Arturo Londoño, quien trabaja en la Fábrica de Licores de Antioquia, y de Gloria David, contadora pública, sus padres.
Desde muy niña a Juliana le gustó el deporte. A los 4 años estuvo en la natación, luego pasó a la gimnasia formativa y a los 7 años incursionó en el patinaje. Hizo parte de la Liga Antioqueña de ese deporte y del Club Orión, pero cuando cumplió 16 años se aburrió y se cambió al ciclismo.
“El estudio y el deporte siempre fueron de la mano, pero el tiempo casi no le alcanzaba. Vimos que había bajado su rendimiento en el patinaje y no nos sorprendió cuando nos dijo que no seguiría”, le dijo a EL TIEMPO Gloria.
Conoció al técnico Gabriel López y a él le siguió los pasos, los consejos, dejó los patines y se montó en una bicicleta. Pero tuvo un gran problema.
Por causas no conocidas, a Juliana le cerraron las puertas en Antioquia y le tocó irse para la Liga del Atlántico. Eso no fue ningún impedimento para que la corredora se abriera paso en el deporte de las bielas y los pedales.
Juliana Londoño. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
La pista le dio grandes victorias, más que la ruta, por eso el rodar en el velódromo era para ella lo máximo. Terminó la primaria y el bachillerato en el colegio Nuestra señora del Rosario de Chiquinquirá, claustro en el que le dieron todas las opciones
posibles para estudiar, entrenar y participar en las competencias.
Se graduó de bachiller en el 2021 y comenzó a estudiar inglés, pero las exigencias del ciclismo no la dejaron seguir, por lo que suspendió sus estudios de manera temporal. Sus padres advierten que siempre ha sido una persona muy callada, introvertida, pero segura de sí misma, de lo que quiere y eso lo ha demostrado en su vida personal y en la deportiva.
Por eso, varias veces tuvieron que consultar a un psicólogo, quien les recomendó que incursionara en actividades de relación con personas, por eso, las clases de baile y las presentaciones.
Juliana estuvo en clases de música y en otras de lectura, pero el deporte fue la actividad que la llenó siempre, y ahora más, cuando en Europa tendrá que responder a muchas expectativas profesionales que tendrá en sus competencias.
¿Qué le deja ese título nacional de ruta?
Contenta por esta camiseta. El objetivo era ganar el nacional, lucir la camiseta de campeona nacional en Europa. Eso nos indica que estamos en forma para ir a afrontar las primeras carreras en Europa.
¿Qué valor le da a esa medalla de oro?
Son sensaciones impresionantes, pues llevar la camiseta de campeona nacional es algo muy importante no solo de manera personal, sino para los equipos, y ellos ya me han expresado su orgullo, felicidad y apoyo por lo que he conseguido.
¿Cómo se dio su llegada al World Tour?
Desde el 2023, luego del título mundial de la prueba del ómnium en Cali, me di a conocer en Europa. Hubo ofrecimientos de otros equipos para final de ese año, pero ya tenía algo cuadrado con el Centro Mundial de Ciclismo en Suiza y no podía renunciar a eso. Las propuestas llegaron muy tarde.
¿Cómo fue esa experiencia?
Fue de mucho aprendizaje. Fue duro, pues era la primera vez que estaba lejos de la casa por tanto tiempo. Estuve siete meses por fuera, sola y llegar a un país desconocido, sin que nadie hablara español fue complicado.
¿Cómo lo superó?
Fue algo muy duro al principio. Uy, los primeros días fueron bien complicados, pero deportivamente como personalmente son experiencias muy bonitas, que me ayudaron crecer, a aprender.
¿Qué fue lo más difícil?
Hubo días duros, la soledad me pegó con mucha fuerza. Estaba con mis compañeras de equipo, pero sin mi familia. El equipo no nos presionó, fui a aprender, ellos lo que querían era eso.
¿Y qué le impresionó?
Que en cada carrera estaban 160 ciclistas, las carreteras eran muy estrechas, todo muy distinto a lo de acá en Colombia. Físicamente hay que estar preparada de la mejor manera, no hay que parpadear.
¿Por qué eligió esta vez el equipo Picnic?
El 2024 todo fue nuevo para mí. Muy diferente correr acá que allá en Colombia, pero ellos siempre estuvieron en contacto y a final de temporada teníamos que mirar cuál era la mejor opción para mí, en qué equipo podía crecer y tomamos la decisión de quedarnos con el Picnic.
Juliana Londoño, oro en el ómnium, Mundial de Pista Juvenil de Cali. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
¿Qué analiza de su primera concentración que hizo a finales del año pasado?
Fue mi primera experiencia en un campamento con un equipo. Cada día me lo gocé, me lo disfruté. Los días fueron muy largos, duros, pero estuve muy contenta. Estábamos en Calpe, España, en una época de entrenamientos de ciclistas, veíamos a los top por esas carreteras y eso nunca lo había vivido.
¿Por qué la escogieron?
Me di cuenta de lo que viene para mí. Firmé por dos años por el momento. Me gustó que, primero, esa estructura se adapta a mi perfil: soy rápida, resistente y es un equipo que para las carreras va a buscar triunfos de etapas y eso me sirve. Tienen a Charlotte Kool, que tiene mucha experiencia y ella me puede ayudar a progresar.
¿Qué quieren de usted?
Notaron mis condiciones, quieren pulir a una corredora joven como yo y mirar desde varios ángulos en qué otra parte me puedo desempeñar.
¿Qué la ha impresionado del equipo?
Son muy organizados. Es un equipo holandés y son directos. Bien estructurado, ya saben lo que quieren y lo que exigen, es por eso que hay que responder.
¿Hay algo que le haya llamado la atención?
Es que es ciclismo profesional. Te dicen cómo alimentarte de acuerdo con tu constitución. Uno va creciendo en lo deportivo y es una exigencia seguir al pie de la letra las reglas para descansar, entrenar. Tengo un coach personal y hay otro entrenador. Eso me pareció curioso, nunca había tenido eso.
¿Tiene calendario?
En la primera mitad del año iré a algunas clásicas, algo nuevo para mí, duro, pero al mismo tiempo es muy interesante. Tengo que probar esas carreras de Bélgica y tengo que aprender a competir en esas carreteras, que son angostas y difíciles.
¿Y la segunda parte?
Ya tengo carreras definidas, como la Vuelta a Burgos, Tour de Suiza, Vuelta a Romandía y, dependiendo del progreso, podría apuntarle a una de las grandes.
¿Cuál es su gran objetivo?
No está en mi calendario correr una grande, pero primero quiero estar en una de esas competencias. El año pasado me dio mucha confianza y creo que logré acomodarme. El apoyo que tengo de mis compañeras será grande y si voy a una grande, lo podré hacer bien.
Es claro que ganar es una meta gigante…
Claro. Intentaré buscar alguna victoria. Hay corredoras que tienen más experiencia y tengo que aprender. Me puedo desempeñar bien y voy con todas las ganas para pelear una victoria en las carreras rápidas.
Ahora son Paula Patiño y usted en el World Tour, ¿muy pocas colombianas?
Eso nos dice que, aunque no sea fácil llegar allá, se puede lograr. En el 2023 gané la Vuelta al Futuro y me preguntaron cuál era mi meta y era esa, estar en el World Tour, ya llegué a él.
No todas las corredoras cuentan con esa opción, ¿por qué cree que logró un cupo en el World Tour?
Eso no se da porque sí. Me esmero. El ciclismo es de mucho sacrificio, pero acá está la recompensa de lo que se ha hecho. Lo tengo que aprovechar.
Llegó al World Tour, a la ruta, ¿y la pista?
La prioridad del equipo es la ruta y me toca correr con ellos. La pista no está, pero no la quiero dejar del todo. Quiero hacer el ciclo olímpico para estar en los Juegos de Los Ángeles. No será fácil, vienen muchas responsabilidades, pero no es imposible seguir en la pista.
Sacrificó la pista por la ruta…
Yo hago medio fondo en la pista y eso me sirve para la ruta y viceversa. Sería entrenar en la pista, no dejarla del todo, hacer un poco de trabajo, no olvidarme de ella. Ya no será siempre la pista, hay que combinarla con la ruta.
¿Cómo será su vida en Europa?
El equipo tiene las casas en Holanda y allá viviré. A diferencia del Centro de la UCI, allá teníamos la vivienda y comíamos en el restaurante, pero acá me brindan la casa, pero el resto me toca a mí. Me toca mercar, cocinar, lavar la ropa, pero eso no es problema porque mi familia me enseñó a eso.
Lisandro Rengifo
Redactor de EL TIEMPO
@lisandroabel