El envejecimiento cerebral es un proceso biológico natural que hace parte del desarrollo humano. Con el paso del tiempo, el cerebro experimenta cambios progresivos que afectan su estructura y funcionamiento, influyendo en áreas como la memoria, la atención y la toma de decisiones.
Aunque este deterioro no conlleva necesariamente el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, sí puede alterar funciones cognitivas claves. La pérdida de volumen en regiones como el hipocampo y la corteza prefrontal, junto con una reducción de la plasticidad neuronal, son algunos de los efectos más frecuentes.
El estilo de vida y el entorno también influyen
Además de factores genéticos, el envejecimiento cerebral está influenciado por hábitos de vida, el nivel de actividad física y mental, la calidad del sueño, el estrés sostenido y el entorno social. Existe evidencia de que mantenerse activo, tanto física como mentalmente, puede ralentizar este proceso.
Los estimulantes impactan vías de estrés oxidativo, hipoxia y adhesión celular. Foto:iStock
En ese contexto, un estudio reciente realizado por investigadores de UTHealth Houston (Estados Unidos) reveló que ciertas sustancias podrían acelerar el envejecimiento cerebral por medio de mecanismos moleculares particulares. Los hallazgos fueron publicados en la revista Genomic Psychiatry.
Un estudio centrado en el tejido cerebral
El equipo, dirigido por los doctores Bruno Kluwe-Schiavon, Gabriel Fries y Consuelo Walss-Bass, analizó tejido cerebral de 58 donantes con trastornos por consumo de sustancias (TCS). Para ello, emplearon relojes epigenéticos diseñados específicamente para tejidos cerebrales, lo que les permitió medir con mayor precisión el envejecimiento neuronal.
"Nuestro estudio es el primero en investigar el envejecimiento cerebral acelerado en trastornos por consumo de sustancias mediante relojes epigenéticos diseñados específicamente para tejidos cerebrales. Este enfoque nos permitió captar aspectos únicos del proceso de envejecimiento cerebral que podrían haberse pasado por alto con métodos más generales", explicó el doctor Kluwe-Schiavon.
Alcohol, opioides y estimulantes muestran efectos distintos
A diferencia de estudios anteriores que usaron marcadores generales, esta investigación aplicó herramientas específicas como DNAmClockCortical, CerebralCortexClockcommon y PCBrainAge. El foco principal fue la corteza prefrontal dorsolateral, una región clave en funciones ejecutivas y altamente vulnerable a la adicción.
El estudio identificó tres sustancias que lo aceleran: alcohol, opioides y estimulantes. Foto:iStock
Uno de los resultados más relevantes fue que cada sustancia estudiada presentó un patrón diferente de envejecimiento cerebral. En el caso del alcohol, los investigadores detectaron alteraciones en la expresión de genes relacionados con la fosforilación de proteínas, la transducción de señales y la función sináptica glutamatérgica.
Por su parte, el consumo de opioides se asoció con cambios en la regulación transcripcional, el desarrollo neurológico y procesos inmunoinflamatorios. En el caso de los estimulantes, los principales mecanismos implicados fueron el estrés oxidativo, las respuestas a la hipoxia y las vías de adhesión celular.
Mecanismos comunes y consecuencias para la salud pública
Aunque cada sustancia actúa mediante mecanismos particulares, se encontraron factores comunes como la neuroinflamación, el estrés oxidativo y la disfunción mitocondrial. Estos elementos parecieron desempeñar un papel relevante en el envejecimiento cerebral prematuro, independientemente del tipo de droga consumida.
La doctora Consuelo Walss-Bass resaltó esta observación: "Hemos descubierto que el envejecimiento acelerado en los trastornos por consumo de sustancias no es un proceso uniforme. Cada sustancia parece alterar el ritmo natural de envejecimiento del cerebro mediante mecanismos moleculares únicos, aunque algunas vías son comunes entre diferentes tipos de sustancias".
La psiquiatría del envejecimiento en jóvenes
Los resultados de esta investigación podrían transformar la manera en que se entienden y tratan los trastornos por consumo de sustancias. El equipo plantea que estos trastornos deben considerarse no solo desde una perspectiva conductual, sino también como potenciales aceleradores de procesos de neurodegeneración.
A partir de estos hallazgos, los autores proponen una nueva línea de trabajo denominada “psiquiatría del envejecimiento en jóvenes”. Este enfoque requiere el seguimiento de individuos a lo largo del tiempo para comprender mejor cómo influye el consumo de sustancias en la progresión del deterioro cerebral.
Los opioides alteran procesos inmunoinflamatorios y el desarrollo neurológico. Foto:AFP
Hacia estudios más amplios
Aunque los datos aportan información relevante, los investigadores reconocen algunas limitaciones. El estudio se basó en una muestra pequeña y en un diseño transversal, lo que impide establecer relaciones causales directas. Por ello, recomiendan realizar estudios más amplios y longitudinales que permitan confirmar estos resultados.
Finalmente, sugieren el uso de biomarcadores integradores que combinen diferentes métodos como la metilación del ADN, la expresión génica y técnicas de neuroimagen para lograr una visión más completa del envejecimiento cerebral inducido por sustancias.
Europa Press
El tubérculo que fortalece la memoria, mejora el cerebro y cuida la vista | El Tiempo
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Europa Press, y contó con la revisión de la periodista y un editor.