Trabajo doméstico y de cuidado infantil no remunerado: esta es la realidad en Colombia, según informe de la Anif

hace 21 horas 61

Que las mujeres dediquen más tiempo a las labores domésticas y del cuidado no remunerado del hogar en Colombia no es algo nuevo, lo que sí es preocupante es que esa condición está arraigada desde la niñez, espacialmente, entre los 5 y 17 años, según lo advierte un reciente análisis del centro de estudios económicos Anif, que se dio a la tarea de indagar las razones del por qué hoy las mujeres dedican más del doble del tiempo que los hombres a esas tareas.

"La proporción de niñas que realiza este tipo de oficios es notoriamente superior a la de los niños", advierte el análisis, en el que se recalca que en promedio, por cada niño que realiza trabajo infantil doméstico y de cuidado no remunerado hay casi tres niñas, problemática que es más compleja en las zonas rurales del país, donde se amplía a cinco niñas por cada niño en esas condiciones.

La falta de políticas públicas integrales de protección a la infancia, que garanticen el derecho fundamental de los niños y niñas a vivir sin responsabilidades laborales desde temprana edad es quizás la razón para que esa circunstancia perduren en el tiempo, señala la Anif.

En ese sentido, menciona que esto hace, quizás, que hoy las mujeres colombianas adultas dediquen más del doble de tiempo que los hombres al trabajo doméstico no remunerado, especialmente entre los 19 y 59 años, como consecuencia de los roles de género, tal como lo muestra la Cuenta Satélite de Economía del Cuidado (2020-2021), 

"Con una alta incidencia de las niñas en el trabajo infantil doméstico y de cuidado no remunerado, desde una temprana edad se moldean los roles de género respecto al cuidado del hogar, condicionando a las niñas y mujeres a ocupar estos roles. En un futuro, estar a cargo de estos oficios representará una carga extra para las mujeres, especialmente las futuras madres, lo que puede comprometer su inserción laboral", comentan los analistas del centro de estudios económicos.

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Hasta abril  del 2025 los hombres dedicados a las labores domésticas sumaban 72.000, según el Dane. Foto:iStock

Cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) indican que al cierre de abril pasado las personas que se dedicaban a trabajos domésticos sumaban 613.000, de las cuales 72.000 eran hombres y 540.000 mujeres, y mientras en los primeros se registró en ese mes un aumento de 24.000 empleados en las cifras oficiales, en las segundas se dio una disminución de 54.000 puestos de trabajo. 

Acciones a implementar

Pero, ¿cuáles son esas actividades que involucran el trabajo infantil doméstico y de cuidado no remunerado en el país? Según el centro de estudios, son aquellas que realizan los niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años por más de 15 horas a la semana.

Entre las domésticas se encuentran cocinar, lavar platos y poner la mesa; lavar, colgar, planchar y reparar la ropa; limpiar o arreglar la casa, tender las camas, barrer, trapear y sacar la basura. Mientras, que entre las que las de cuidado no remunerado abarcan cuidar niñas o niños menores de 5 años que no estén enfermos o en condición de discapacidad; cuidar personas enfermas, en condición de discapacidad o adultos mayores, y ayudar a personas con tareas o trabajos escolares. 

Clases

Se necesitan medidas que eviten la deserción escolar  y que niños asuman trabajos de adultos. Foto:iStock

Para el último trimestre de 2024 —destaca el análisis— las actividades que más reportaron hacer los niños, niñas y adolescentes en este ámbito fueron: limpiar o arreglar la casa, tender las camas, barrer trapear, sacar la basura; cocinar, lavar los platos, poner la mesa; y lavar, colgar, planchar la ropa, reparar ropa. Algunos lo hacen porque "les gusta trabajar para tener su propio dinero".

Para los analistas de Anif es claro que se necesitas de políticas bien definidas para que esta situación no persista, no solo para brindarle a las mujeres la posibilidad de tener mayor acceso al trabajo remunerado, sino para evitar que los niños, niñas y adolescentes tengan que realizar estas labores desde tan temprana edad.

En ese sentido, insisten en que, además de proteger a la infancia mediante políticas integrales que eviten a toda costa que niños y niñas asuman responsabilidades laborales prematuras que no les corresponden, se deben tomar otras acciones urgentes. 

Agregan que el sector rural requiere atención prioritaria con programas que prevengan la deserción escolar y fortalezcan las economías familiares, así como también mayor presencia estatal en la redistribución equitativa de los oficios domésticos y redes de apoyo comunitario.

También acceso al trabajo remunerado para los adultos, esto con el fin de evitar condicionar a las niñas a trabajos de cuidado del hogar, derivados de los roles de género.

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