Esta vez, el anuncio incluye la expansión del despliegue de alambre de púas a lo largo de la frontera con México, nuevas detenciones en operativos coordinados con el Departamento de Seguridad Pública (DPS, por sus siglas en inglés) y la continuación de los traslados masivos de migrantes hacia ciudades como Nueva York, Chicago y Denver.
La estrategia forma parte de la Operación Estrella Solitaria, una política estatal iniciada por Abbott para frenar lo que considera un “abandono federal” por parte del presidente Joe Biden en materia de seguridad fronteriza.
Desde su lanzamiento, esta operación generó más de medio millón de detenciones, más de 41.000 arrestos penales y la incautación de 471 millones de dosis letales de fentanilo.
Refuerzo físico y legal de la frontera sur
El nuevo golpe contra la inmigración irregular no solo implica presencia militar.
Texas continúa construyendo su propio muro fronterizo en el condado de Maverick, añade barreras anti-escalada y boyas flotantes en el Río Grande, y desplegó incluso hidroaviones para patrullar el agua.
Febrero fue el mes con el menor número de encuentros registrados en la frontera en toda la historia. Foto:iStock
Según destacó en su página web oficial, la Guardia Nacional también colocó más de 160 kilómetros de alambrada, especialmente en puntos como El Paso.
Estas medidas buscan reducir los cruces ilegales entre puertos de entrada, frenar el tráfico de personas y limitar el ingreso de drogas.
Cabe destacar que más de 110.000 migrantes fueron transportados desde Texas hacia otras ciudades desde 2022. Abbott defiende esta política como una forma de “compartir la carga migratoria”, mientras que alcaldes como Eric Adams (Nueva York) lo acusan de crear caos humanitario.
Sin embargo, la medida gana apoyo en sectores conservadores y consolida la imagen del gobernador como uno de los principales líderes republicanos en la disputa por el control migratorio.