Los legisladores del estado de Texas están cerca de aprobar una propuesta de ley que prohibiría definitivamente la venta y posesión de productos con tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo de la marihuana. El comercio de estos productos había sido legalizado gracias a un vacío legal en 2019.
Luego de casi seis años de la legalización de los productos cannábicos en Texas, el proyecto de Ley Senatorial 3, que establece que solo los ciudadanos que están autorizados para utilizar productos de marihuana medicinal podrían usar recetas con bajo contenido de THC, cambiaría definitivamente la comercialización de estos artículos en el estado sureño.
A partir de la ley, el estado prohibiría los productos de cáñamo consumibles que contengan cualquier cannabinoide sintético, conocido comúnmente como delta-8, mientras que el CBD o CBG, no tóxico ni psicoactivo, seguiría siendo legal, informó el medio The Texas Tribune.
A pesar de que el proyecto avanza rápidamente y actualmente se encuentra en las etapas finales del proceso legislativo, los opositores argumentan que sería casi imposible de aplicar. "Es muy difícil siquiera aislar el CBD de forma que se erradiquen por completo todos los demás elementos de la planta", explicó al respecto Heather Fazio, directora del Centro de Políticas de Cannabis de Texas.
En esa línea, los agricultores señalaron que es imposible producir cáñamo sin rastros de THC, por lo que la aplicación de la legislación podría paralizar a la industria del cáñamo en el estado texano. Si la legislación es aprobada en ambas cámaras, la prohibición entraría en vigor en el mes de septiembre.
Los agricultores advirtieron que la legislación podría paralizar a la industria del cáñamo. Foto:Archivo Particular
¿Qué pasará con las personas en posesión de THC en Texas?
Mediante el proyecto de ley, los legisladores también agregaron sanciones para los infractores que sean hallados en posesión de productos con THC, quienes se enfrentarían a un delito menor de Clase C. Este tipo de infracciones es punible con una multa de hasta US$500, pero también ofrece la posibilidad de eliminar sus antecedentes mediante servicio comunitario y un programa de educación sobre el abuso de sustancias.
A su vez, aquellos que tengan dos o más condenas previas por posesión podrían enfrentar una multa de entre US$250 y US$2.000 o 180 días de cárcel, y no tendrían la alternativa de optar a una sentencia diferida.