Cada 27 de julio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello, una fecha que ha adquirido un significado especial para Salvador, quien fue diagnosticado con esta enfermedad a los 29 años.
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Antes de recibir este diagnóstico, Salvador ya había enfrentado un cáncer de estómago que hizo metástasis en varios órganos, incluyendo intestino, esófago, riñones, pulmones y testículos. A pesar de que los médicos le dijeron que solo le quedaban tres meses de vida debido a lo avanzado de su enfermedad, Salvador ha luchado incansablemente durante 10 años.
“Tenía aproximadamente 28 años cuando comenzaron los síntomas, me empecé a sentir muy agotado, solo con subir escaleras me cansaba mucho y tenía dolores que no eran normales porque no se sentía como cuando te enfermas, yo sabía que algo no estaba bien”, relató en entrevista con 'SuMédico'.
Inicialmente, Salvador no compartió con nadie sus síntomas, que incluían fatiga, dolores inusuales, sangrados nasales, visión borrosa, náuseas y el crecimiento anormal de un testículo. “No quise comentarle a nadie porque me daba pena y se lo pude decir a mi mamá hasta que el tumor ya era muy grande, ya no podía caminar bien por el dolor”.
Una lucha que se prolonga más allá de los primeros diagnósticos
Después del diagnóstico, Salvador comenzó un tratamiento que incluyó un año completo de quimioterapia y una cirugía para extirpar el tumor del estómago. No obstante, su lucha estaba lejos de terminar. Cuando terminó el año de quimioterapias, desarrolló un nuevo tumor ahora en el cuello.
Este nuevo tumor se manifestó con un dolor intenso en la garganta y la aparición de un bulto que creció rápidamente. “Me dijo el médico que era un tumor de dos kilos y que no iba a morir por eso, sino porque debido al tamaño me aplastaba la tráquea y me iba a cerrar la garganta”, recordó.
A nivel mundial, el cáncer de cabeza y cuello afecta a entre 600 y 700 mil personas cada año.
Cáncer de cabeza y cuello: ¿qué lo causa y qué órganos afecta?
El doctor Eduardo Cárdenas Cárdenas, médico adscrito al Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, explicó que el cáncer de cabeza y cuello incluye tumores que se desarrollan en el epitelio, la membrana que cubre la boca, garganta y senos paranasales. Este tipo de cáncer también puede involucrar las glándulas salivales y otros órganos de la vía aéreo digestiva.
“A diferencia de otros tumores que afectan a un órgano en particular, aquí pueden involucrarse muchos, tan solo en la boca puede ser la lengua, los labios, amígdalas o la laringe”, señaló el especialista.
El doctor Cárdenas menciona que hay dos tipos principales de cáncer de cabeza y cuello:
- Carcinomas de células escamosas, que suelen aparecer en pacientes mayores de 60 años.
- Linfomas o sarcomas, que afectan más comúnmente a personas jóvenes.
“El cáncer de cabeza y cuello que vemos con más frecuencia es el de la cavidad oral, principalmente el de lengua, casi la mitad de los casos se diagnostican en esta área. Después sigue la zona orofaringe y de la laringe, que es donde tenemos nuestro aparato de voz o las cuerdas vocales”, agregó el oncólogo.
Los factores de riesgo para desarrollar este tipo de cáncer incluyen:
- Fumar
- Consumir alcohol en exceso
- Mala higiene bucal, que facilita infecciones crónicas
- Infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), especialmente en personas menores de 50 años
“Sobre todo vemos cáncer de orofaringe y garganta asociado a prácticas como el sexo oral, pues la gente cree que no se necesita protección porque no hay coito, pero se puede transmitir el VPH”, destacó el doctor Cárdenas.
Impacto emocional y el papel de la familia
El diagnóstico de cáncer trajo consigo un impacto emocional devastador para Salvador y su familia. “El diagnóstico de cáncer fue un golpe muy duro para toda la familia, especialmente porque dos meses antes mi papá falleció y la gente nos decía que la vida nos estaba castigando, que seguro hicimos algún mal”, relató Salvador.
A la difícil situación familiar se sumó la ruptura de su relación de pareja.
Salvador pasó de pesar 80 kilos a solo 40 durante el tratamiento, lo que lo dejó tan debilitado que tuvo que utilizar silla de ruedas y necesitaba ayuda para realizar actividades básicas como bañarse. “El último mes que me dijeron que me quedaba de vida fue un tormento, no duermes, te da mucha ansiedad, frustración y temor, porque sabes que ya se te acaba el tiempo”, mencionó Salvador sobre esos momentos de incertidumbre.
Nunca dejes de volar: una fundación para ayudar a otros
A pesar de las adversidades, Salvador encontró una forma de convertir su experiencia en algo positivo. Junto con su madre, creó la fundación Nunca dejes de volar, que brinda apoyo a niños, jóvenes y adultos con cáncer.
“Les digo: ‘Yo sé lo que estás pasando, sé la angustia que tienes y lo que es que te digan que tienes cáncer’”, expresó Salvador. La fundación también proporciona transporte a niños del Estado de México que deben trasladarse a la Ciudad de México para recibir quimioterapia al menos dos o tres veces por semana. “En tres años apoyamos a 55 niños para que no dejaran su tratamiento y hoy están dados de alta”, compartió Salvador con orgullo.
Actualmente, Salvador enfrenta su tercera batalla contra el cáncer, pero mantiene la fe y un mensaje de esperanza para quienes pasan por lo mismo. “Hoy lucho por tercera vez contra el cáncer, pero sé que Dios tiene un propósito, porque si no hubiéramos pasado por esta lucha, no entenderíamos cómo poder ayudar a alguien”, concluyó, reafirmando su compromiso de seguir adelante a pesar de las dificultades.
SUSANA CARRASCO
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal, y contó con la revisión de un periodista y un editor.