A los 35 años, este empresario canadiense pensaba que 55 sería una buena edad para jubilarse. Sin embargo, hoy, viviendo en Reino Unido y con 62 años de edad, no tiene planes de hacerlo. Aquí sus principales motivos.
Conforme a los criterios de
Esta es la historia de David Horne, quien en diálogo con Business Insider, relató que la principal diferencia entre él y sus amigos y esposa, quienes ya dejaron atrás sus largas carreras, encontró en su trabajo una razón para mantenerse activo y no contemplar la jubilación.
La principal razón de este cambio de perspectiva fue fundar su propio negocio. Antes de emprender, trabajaba como ejecutivo en grandes multinacionales, pero siempre se sintió como "una pieza más en la maquinaria".
Fue alrededor de sus 50 años que empezó a trabajar en startups y finalmente fundó su propia empresa, fue ahí que descubrió una pasión por lo que hacía. Desde ese momento, supo que había creado un estilo de vida del que no quería retirarse jamás.
Fue en ese entonces que Horne fundó Add Then Multiply, una consultora que ayuda a los otros fundadores de empresas a crecer rápidamente, y Funding Focus, una empresa social que tiene como objetivo nivelar el campo de juego desigual que enfrentan las mujeres emprendedoras y las personas subrepresentadas a la hora de hacerse de su propio capital, tal como detalló Medium.
Esta actitud hacia el trabajo no es nueva en su familia. Su propio padre trabajó hasta los 83 años, desempeñándose como capitán de barco y luego como piloto. Después de un accidente, se vio obligado a retirarse por razones médicas, pero incluso entonces se mantuvo involucrado en organizaciones marítimas internacionales. Para su hijo, la jubilación de su padre tuvo un impacto negativo en su vida, contribuyendo a su fallecimiento dos años después.
A pesar de ello, Horne reconoce que esta elección no es para todos. Sus suegros, por ejemplo, llevan más de dos décadas jubilados y disfrutan plenamente de no tener obligaciones. Ellos pueden hacer lo que desean, pero esa vida no es la que él busca.
Su esposa Kate, por ejemplo, se jubiló a los 57 años tras una carrera como profesora de primaria. A pesar de sus estilos de vida distintos pudieron encontrar un equilibrio. Durante la semana, él se asegura de estar disponible por las noches, y los fines de semana disfrutan de largas caminatas juntos. Además, viajan al menos cuatro veces al año, lo que les permite compartir tiempo de primera calidad.
Su estrategia de ahorro a los 62 años del hombre que no quiere jubilarse pronto
A pesar de su deseo de continuar trabajando, Horne es consciente del paso del tiempo y no descuida su planificación financiera a largo plazo. Aunque vive en el Reino Unido, ahorró aproximadamente US$700.000 en un fondo de retiro similar a un 401(k), además de contar con otras inversiones de mayor riesgo que espera que generen rendimientos más altos. Su objetivo es, eventualmente, vivir de los retornos de estas inversiones, con el ingreso de su negocio como un extra.
Aunque no planea trabajar los siete días de la semana para siempre, está construyendo una carrera que le permita seguir intelectualmente activo y con un sentido de propósito, mientras disfruta del tiempo con su familia y de los viajes.