La primera precaución cuando está ante la posibilidad de quedar atrapado con su vehículo en medio de una vía inundada es obviamente no zambullirse sin saber qué hay adelante. Pare, observe, chequee si otros carros se arriesgan, mire cómo les va, fíjese por dónde cruzan y calibre la altura del agua. De acuerdo con esas referencias, tome una decisión en el entendido que lo mejor, si el asunto se ve serio, es no meterse en líos.
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Pero si de todas maneras se lanzó a navegar con su carro o estaba detenido y de pronto el agua subió inesperadamente sin poder moverse por el trancón del tráfico, entonces hay que pensar de otra manera.
Primero que todo, abra las ventanas, destrabe los seguros de las puertas, si tiene techo corredizo despliéguelo y observe la situación. Lo más seguro será estar en la capota del carro esperando a que pase el problema, si es extremo, y de ahí será más fácil que lo rescaten. Lleve el teléfono y, si tiene, una linterna y los abrigos que haya a la mano, porque el auxilio puede tardar mucho. Cuide la batería del celular, no lo convierta en una emisora.
Recuerde que si el agua empieza a subir de la base de las puertas, será cada vez más difícil abrirlas y si lo logra de inmediato la cabina se inunda. Valore bien esa situación. Es mejor salir por las ventanas o el techo si el asunto va a mitad del cuerpo del vehículo.
Una vez usada la electricidad para destrabar las puertas y vidrios, apague el motor. Tenerlo encendido puede generar problemas electrónicos por la humedad en los conectores y partes del sistema, propiciar cortocircuitos, anular funciones y si el tubo de escape queda sumergido, en un momento dado se bloquea la salida de los gases y se va a apagar. También el salpique del agua puede aislar la corriente de alta tensión que va a las bujías y el motor no anda más.
Todas las partes mecánicas que están inmersas durante un buen rato se pueden afectar si no se cuidan antes de poner todo nuevamente en marcha.
¿El seguro responde?
Álvaro Carrillo, presidente de Seguros Bolívar, dice que lo primero que debe tener claro es saber qué incluye la póliza de su seguro todo riesgo (que es diferente al Soat) y que en el caso de las inundaciones haría parte de la cobertura por daños parciales y daños totales por accidentes y eventos de la naturaleza.
Por ejemplo, si su carro estaba estacionado en un sótano que se inundó a causa de las lluvias y su seguro incluye la cobertura contra eventos de la naturaleza, este le responderá. Aquí el procedimiento a seguir es el mismo que con cualquier reclamación: ponerse en contacto con la aseguradora para notificar la situación y comenzar el proceso.
Asegúrese entonces de que las cláusulas del seguro incluyan este tipo de coberturas y así evitará ‘pataletas de ahogado’.
La razón es que el agua penetra por todas partes, como en los rodamientos de las ruedas y contamina las grasas. Cuando el auto haya caminado unas buenas distancias sin esa lubricación, pues hay que cambiar las balineras que, además, estarán con óxido y así muchas otras piezas de la mecánica.
En general, toda la parte baja del carro soporta bastante estos ataques, pues lo hace siempre en las carreteras mojadas y los charcos, pero ya cuando se trata de una situación más permanente tienen problemas a futuros.
¿El motor se daña? Pueden suceder dos cosas. Una, si el agua lo cubre totalmente es casi inevitable que entre al cárter y se mezcle con el aceite, bien sea por encima o por vasos comunicantes con el exosto. Si lo enciende así, se emulsionan y la lubricación se pierde en pocos minutos. Por lo tanto, mire a ver si hay trazos de agua en la varilla del aceite antes de proceder.
La otra sí es más grave. Puede entrar agua por el filtro del aire o subir por el exosto y esta baja a las cámaras y cilindros que se llenan del líquido. El agua no es compresible como la mezcla de aire/gasolina que allí se maneja, de inmediato se bloquea el giro y se rompen las piezas como pistones, bloque y bielas en lo que se llama golpe hidráulico.
Entonces, analizado esto, haga que remolquen el vehículo a un sitio operable y realice los chequeos básicos. Si cree que el agua estuvo por encima del filtro de aire, quite todas las bujías antes de girar el motor para que la expulse. Obviamente lo mejor es ir directamente al taller sin encender el motor y allí soplar, secar y analizar todos los elementos. Si el remojón es menor, con el rendido y el calor del radiador y exosto todo irá secando, pero el vapor y la humedad pueden aislar muchas conexiones. Al arrancar, si todo respondió debidamente, camine unos buenos metros con los frenos aplicados con suave presión para secarlos.
La cabina y los muebles se deben secar lo más rápido posible, aspirando el agua, quitando los tapetes, las fibras y aislantes que llevan sobre los pisos y tratando de hacer la mejor limpieza posible, porque esa agua está contaminada de barro y luego produce malos olores. En los días siguientes estacione el carro con las ventanas ligeramente abiertas para que respire y no se produzcan moho y malos olores.
Toda la parte de las pantallas y la electrónica pueden estar buenas como haber colapsado con el agua que se cuela en los circuitos. Solo lo sabrá al tratar de poner el motor en marcha y al abrir el encendido que hace circular la electricidad. Son muy sensibles. Recuerden la catástrofe que es la caída de un celular a la piscina.
Los lectores preguntan si una mojada extrema de esas es pérdida total del vehículo. Es muy difícil evaluar eso porque irá cruzada la factura de recuperación contra el amparo de la póliza, el tipo de riesgo y el valor del vehículo, cosa que la aseguradora evaluará dependiendo de los términos del contrato. Si es por su cuenta será otra decisión, pero en general, en una situación temporal como las que se han vivido, todo es recuperable y lo más difícil será rehabilitar la electrónica y los computadores. El último consejo es el más importante.
Sin embargo, lo más importante es salvar a los ocupantes y a uno mismo. El carro se puede ir con el río, pero no llevarse las vidas.
José Clopatofsky - Director de MOTOR