El expresidente Iván Duque dice que sus actuales actividades lo tienen alejado de la política partidista, pero que ayudará en lo que pueda para que surja un candidato de coalición que pueda neutralizar las “bombas” que Petro le deja a su sucesor.
Presidente, ¿no ha resultado injusta la forma como muchos juzgan su gobierno y la manera como el actual gobierno le echa la culpa de todo a usted?
Goberné con disciplina, con dedicación, con método, con gerencia, tratando de acertar. Y la verdad es que el pasar del tiempo ha sido bastante generoso, la gente es afectiva; cuando viajo por el país me encuentro con colombianos en los que es recurrente un sentimiento de gratitud y muchos me dicen: “éramos felices y no lo sabíamos”…
Qué buena frase…
Expresiones bonitas así las tomo siempre con mucha humildad. Pero creo que lo que estamos viendo es el desastre de quienes quisieron ser pirómanos para llegar al poder y que ahora siguen siendo pirómanos en el poder. No resuelven ningún problema, son altamente incompetentes, están plagados de corrupción y, sobre todo, están tratando de manera abusiva de perpetuarse en el poder. Alejado de él, pero activo en el debate de las ideas, que es lo que me gusta, seguiré promoviendo en todo el país nuevos liderazgos y que tengamos una alianza de verdad, sin egos, para poder sobreponernos a esta desgracia que ha afectado a Colombia en los últimos tres años.
¿Cómo vio el episodio de la caída de la consulta popular y la insistencia de volverla a presentar?
Me alegra que el Senado haya mostrado independencia institucional y fortaleza. Los senadores le dijeron a Petro: no le tenemos miedo, a nosotros no nos va a intimidar ni nos va a seguir amenazando. El Gobierno se muestra, sin embargo, insistente en una trampa como es la consulta, porque incluyen en ella preguntas cerradas, de tal manera que quien las vaya a responder solo puede irse por el Sí; y quien se vaya por el No termina siendo calificado de enemigo de la clase trabajadora.
El 14 de mayo se hundió la consulta popular en el Senado. Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO
Además de que claramente es un vehículo para que la campaña petrista empiece ya con 7.000 millones en dineros públicos...
Exactamente. Lo que Petro busca es movilizar todos los recursos de manera preliminar, de cara a las elecciones del 2026. Espero que las reformas se discutan en el Congreso y que no abran la compuerta para que esa trampa vuelva a cobrar vida. Que Petro se dedique algún día a gobernar, si es que puede, porque su incapacidad no lo permite.
¿Cómo ve usted las elecciones del 26? ¿Cómo cree que se van a alinear las fuerzas políticas? ¿Cree que de parte del Gobierno haya algún candidato fuerte? Porque Bolívar se ha proyectado mucho en las encuestas, pero las relaciones con Petro no pasan por su mejor momento…
Veo el escenario en tres frentes: por un lado, muy unidas a la extrema izquierda y a la izquierda, aparte de que pueden aparecer candidatos e ir unidos para tratar de garantizar un paso a la segunda vuelta. Por otro lado, creo que en el centro hay algunas personas que son genuinamente de centro y hay otros que son figuras petrosantistas, tratando de buscar su camino a ser opción. Y en el lado de la centroderecha y la derecha veo mucha homogeneidad de pensamiento, pero desafortunadamente pueden caer en lo que algunos llaman ‘el narcisismo de las pequeñas diferencias’, que empieza a generar una gran fragmentación. Eso hay que evitarlo. Espero que pueda haber una gran convergencia en torno a un candidato capaz también de atraer a los colombianos independientes.
¿Ya le tiene echado el ojo a alguno de los nombres que suenan?
Hay muchos, pero como lo he dicho recientemente en varios foros, más que el nombre en este momento, lo que importa es que encontremos un mecanismo para tener la coalición más grande y más unida posible, y que de ahí salga un candidato.
¿Por dónde cree que el sucesor de Petro va a tener que empezar a reconstruir esto?
El próximo presidente se posesionará y heredará inmediatamente cuatro bombas que están ad portas de explotar: la bomba fiscal, la bomba de la seguridad, la bomba de la salud y la bomba energética. Manejar esos cuatro frentes requiere una gran coalición.
Pobre sucesor de Petro. Arranquemos por analizar el tema fiscal…
El déficit al que ha llegado este gobierno es más alto que el que tuvimos en el año de la pandemia. A nosotros nos tocó aumentarlo por la circunstancia inesperada de una crisis global; tuvimos que pasar de un superávit a un déficit de casi el 6 por ciento del PIB y aumentar el endeudamiento. Pero dejamos al país en una ruta para reducirlo y de hecho se redujo hasta el 2023. Ya el comportamiento de 2024 y 2025 es peligrosísimo. Con dos agravantes: el Gobierno está tapando el déficit con más deuda, está emitiendo a unas tasas costosísimas, el déficit de este año puede ser superior a los 90 billones de pesos y es prácticamente tratar de adelantar recursos del 2026.
Lo que Petro busca es movilizar todos los recursos de manera preliminar, de cara a las elecciones del 2026. Espero que las reformas se discutan en el Congreso y que no abran la compuerta para que esa trampa vuelva a cobrar vida.
Iván duqueExpresidente de Colombia
¿O sea que van a dejar la olla raspada?
Totalmente raspada. El que llegue necesitará hacer reformas y recortes rápidos y enviar veloces mensajes a los inversionistas y poder compensar el recorte que se venga en el Estado. Si no se enfrenta eso con una gran coalición, pues va a ser muy difícil para el próximo presidente, sea quien sea.
¿Y qué tal la forma como han arrasado con el sistema de salud?
La bomba de la salud es muy grave, porque este gobierno se dedicó desde el primer día a quebrar el sistema. El famoso ‘shu shu shu’ consistió en quitarles los recursos a los aseguradores, para que a su vez estos no pudieran girarles a los hospitales y así al resto de la cadena. ¿Buscando qué? Que el Gobierno pudiera intervenir las EPS y utilizarlas como caja menor. En nuestro gobierno liquidamos más de 13 EPS y trasladamos a millones de personas, pero nunca buscamos intervenir para quedarnos con la administración de recursos, como lo ha hecho descaradamente este.
No solamente no actualizan la Unidad de Pago por Capitación y no giran los recursos, sino que adicionalmente están desangrando toda la estructura financiera del sistema. Básicamente lo que tenemos hoy de déficit en el sector de la salud equivaldría a la atención de 15 millones de personas. Eso también lo tiene que resolver el próximo gobierno desde el primer día en el campo legislativo, fiscal, y administrativo, obligado a lidiar con una estructura actual de gobierno que se ha dedicado a llenar el sector salud de operadores al servicio del Pacto Histórico, acabando con la tecnocracia. Reconstruir eso, si no es con una gran coalición, va a ser prácticamente imposible.
El expresidente enfrentó diversos desafíos durante su mandato, entre ellos la crisis por el covid-19 Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO
¿Y qué tal el problemita de la seguridad, el orden público y los cultivos de coca?
Hoy tenemos no solamente desmantelados los grupos manuales de erradicación, sino el mayor crecimiento en la historia reciente del país en cultivos ilícitos. Fuera de que las incautaciones, como porcentaje de la producción potencial, están en el nivel más bajo de los últimos 30 años. Súmele que, según cifras que acaba de revelar el Ministerio de Defensa, en lo que ha corrido del 2025 tenemos el mayor número de asesinatos de miembros de la Fuerza Pública en 25 años. Y súmele el guante de seda que hemos usado con los grupos armados, incluyendo Eln, ‘clan del Golfo’, disidencias… Están es dejando un país capturado por el crimen y lo que me preocupa es que se esté gestando un pacto de La Picota versión 2.
¿Por qué lo dice?
Hace cuatro años fue evidente que había connivencia en lugares del país. Claro, nosotros en su momento la enfrentamos con mucha determinación y por eso extraditamos a ‘Otoniel’. ¿No le parece a usted muy curioso que los que más se oponían a la extradición de ‘Otoniel’ fueran quienes después aparecieron como visitantes asiduos de las cárceles, tratando de invitar al ‘clan del Golfo’ para que apoyara proyectos políticos? Me preocupa que todo este desorden de la seguridad sea también para allanar el camino para que los violentos puedan intimidar de cara al proceso electoral del 2026.
Es confusa la forma como este gobierno les da órdenes a las fuerzas militares. Por ejemplo, Petro incita todo el tiempo a la protesta popular, que ciertamente está respaldada por la Constitución. Y anticipándose a los desórdenes, como los ha habido en otras oportunidades, les dice a Ejército y Policía que no ataquen al pueblo o a la clase media… ¿Pero quién responde por el mantenimiento del orden público?
Petro es como la parábola del pastorcito mentiroso. Vive amenazándonos con el pueblo, él cree que es el pueblo, su megalomanía lo lleva a que cuando se mira al espejo se vea como Simón Bolívar, o como Gandhi, o como Nelson Mandela… Entonces, número uno, Petro no ganó con ninguna amplia mayoría sino por una pequeña distancia frente a su contendor. Incluso, si comparamos, cuando yo lo derroté fue por goleada, le gané por más de dos millones de votos. Entonces, Petro no ganó con un mandato tan amplio como él cree en su sicología.
Segundo, el pueblo colombiano somos todos y el Presidente de la República no es el dueño del pueblo: es su delegatario y tiene que asumir su rol de símbolo de la unidad nacional. Pero es lo contrario: es el símbolo de la polarización nacional. Quiere llevar a este país a una lucha de clases continua y prácticamente a una guerra civil en redes sociales, todos los santos días. Tanto que amenaza, ¡pues que muestre cuál es su capacidad real sin tocar la plata al Estado, a ver cuánta gente es capaz de convocar espontáneamente a la calle! El mensaje de los colombianos es: No le tenemos miedo.
Además de que es un presidente proselitista…
Es un descaro sin precedentes que, desde su púlpito, un presidente esté anunciando que va a utilizar todos los mecanismos para reelegir a su partido. Es decir, que va a violar la Constitución y la ley. Los colombianos tenemos que decirle, ‘a eso no le vamos a jalar’, queremos elecciones transparentes, limpias. Y el periodo del señor Petro termina el 7 de agosto del 2026.
Esta semana supimos, por Caracol TV, que ha habido tenso intercambio de mensajes entre EE. UU. y Colombia acerca de la extradición de alias HH. Esas relaciones están muy complicadas…
Creo que solamente un milagro podría evitar que nos descertifiquen. El aumento del área cultivada de coca, la ineficacia de las incautaciones, la connivencia con los grupos armados hacen prácticamente inminente una descertificación.
El Gobierno se muestra, sin embargo, insistente en una trampa como es la consulta, porque incluyen en ella preguntas cerradas, de tal manera que quien las vaya a responder solo puede irse por el Sí; y quien se vaya por el No termina siendo calificado de enemigo de la clase trabajadora.
iván duqueExpresidente de Colombia
Habla de connivencia. ¿De quién con quién?
Del Gobierno con ellos. Es que cuando la Fuerza Pública está confundida sobre cuáles son los blancos a perseguir, pues sencillamente se está afectando la capacidad de garantizar la seguridad en todo el territorio nacional. Eso sirve a los propósitos de los narcos y no pasa inadvertido en Estados Unidos.
¿Los coqueteos con China hacen más peligrosa la situación?
Si bien Colombia ha tenido una relación comercial con China y de hecho en nuestro gobierno avanzamos mucho en lo comercial, nunca quisimos firmar la iniciativa de la Franja y la Ruta, porque alinea a Colombia con muchos propósitos estratégicos de China, donde nosotros no compartimos valores iguales. Somos una democracia, ellos no; creemos en la economía de mercado, ellos tienen una economía dirigida por el Estado, con ciertos matices y perfumes de economía de mercado, pero sigue siendo una economía centralizada; somos un país que garantiza y protege derechos desde nuestro ordenamiento constitucional, en China hay bastante opacidad sobre los derechos de los ciudadanos, aparte de las restricciones a muchas libertades.
En cambio, hemos tenido una identidad histórica con los Estados Unidos que ha durado más de 200 años, que llegó a uno de sus puntos más altos de reconocimiento diplomático cuando fuimos elevados a la condición de aliado estratégico no miembro permanente de la Otán. Eso podría borrarlo un alineamiento con China. Vamos camino a que nos pasen una factura muy delicada en términos de relaciones internacionales.
¿Y qué tal el hueco energético que heredará el sucesor de Petro?
Por un lado, se desmontaron todos los incentivos fiscales para las energías renovables; se ha caído la mayor cantidad de proyectos de energía eólica en Colombia. El hecho de intervenir el sistema regulatorio con ideología y no con rigor financiero está llevando a que se desincentiven inversiones de expansión de la capacidad instalada. E intervenir en el marco tarifario, también con ideología, está llevando a que muchas empresas estén en una gran incertidumbre y restringiendo también la asignación de recursos.
Si a eso le sumamos lo vulnerables que estamos siendo cada vez que se presentan fenómenos como El Niño, hoy más frecuentes y más profundos, puede que de pronto el país no logre enfrentarlos y terminemos con racionamientos. Y si a eso le sumamos el frente de petróleo y gas, haber paralizado la exploración no solo nos ha reducido reservas, sino que nos va a encarecer muchísimo volver a atraer la inversión.
Gustavo Petro - Iván Duque Foto:Presidencia - @IvanDuque
¿Cómo se va a recuperar en esta materia el camino perdido?
Se requiere para el sector mineroenergético que el próximo gobierno, con una gran coalición, insisto, envíe al sector mineroenergético mensajes muy claros. Y, sobre todo, que garantice la estabilidad y las certezas tarifarias.
Pero hoy ni siquiera estamos asegurados contra un apagón…
Pero hoy ni siquiera estamos asegurados contra un apagón…
Como dice el dicho: “Dios aprieta, pero no asfixia”. Porque estuvimos ad portas de un apagón y nos salvó la lluvia, no la gestión gubernamental; en algún momento nos ayudaron también los despachos del Ecuador. En la Costa hemos estado ad portas de un racionamiento muy severo. Haberle metido ideología al sector hidrocarburos es de una torpeza tremenda, porque si bien la transición energética en el mundo se tiene que dar, el haber parado un sector que representa más del 40 por ciento de las exportaciones y más del 30 por ciento de la inversión extranjera directa es solamente sinónimo de estupidez supina. Si esto no se recupera, será desde el punto de vista fiscal, tremendo para el país.
Mire: en nuestro cuatrienio Ecopetrol fue una de las pocas empresas en el mundo con números positivos en el año de la pandemia, 2020. Hoy prácticamente ha perdido más del 40 por ciento de su valor debido a la pésima gestión administrativa y, algo que me sorprende, a la renuencia de la junta directiva para proteger el ahorro de más de medio millón de colombianos que tiene su plata para la vejez en Ecopetrol. Han sido totalmente permisivos y consuetas. Para proteger a la empresa lo primero que tendrían que hacer es denunciar todos estos hechos opacos, no solamente ante la justicia colombiana sino ante la de Estados Unidos, porque Ecopetrol es una empresa listada en la bolsa de Nueva York y sujeta a la inspección y vigilancia de la comisión del mercado bursátil de los Estados Unidos, que ojalá entre a mirar qué es lo que está pasando.
El precio del petróleo cambia mucho…
Es cierto que muchas veces hay fluctuaciones bruscas. Pero Ecopetrol tenía gran solvencia financiera. Es más: la inversión extranjera directa más grande que Colombia había hecho en los Estados Unidos estaba en la cuenca del Permian, en Texas; de ahí sacábamos con la Occidental una cantidad muy importante de barriles de petróleo. ¿Y sabe qué hizo este gobierno? Paró ese negocio. Realmente hay una intencionalidad de lacerar a la empresa.
¿Y cómo está viendo, frente a todas esas bombas, a los medios?
Hay cosas que me sorprenden. Yo siempre fui muy respetuoso de los medios de comunicación y esa nunca es una relación fácil. De hecho, a usted que le gusta mucho ese tema, hay un libro muy bueno que salió en Estados Unidos que se llama Los presidentes y la prensa, en el que se afirma que desde George Washington hasta hoy, siempre ha habido un nivel de insatisfacción muy grande de los presidentes con la prensa. Creo que hay una parte que es inevitable; pero, por ejemplo, yo nunca respondí a ningún ataque de algún periodista a través de las redes sociales, nunca intimidé o busqué desangrar financieramente a un medio de comunicación, nunca pedí cabezas. Mantuve una relación de respeto y distancia.
Así como es de importante no estar amenazando y presionando para que saquen del ejercicio del periodismo al que no le guste a uno, tampoco es bueno que desde el poder se coopte a la prensa. El verdadero manejo respetuoso es: los periodistas hacen su trabajo, el presidente hace el suyo y ahí manejarán los grados de insatisfacción.
¿Y eso no lo estamos viendo hoy?
Aquí lo que estamos viendo es intimidación a los dueños de los medios. Han pedido cabezas de directores, que han rodado, y todos callados. Aquí han cerrado, prácticamente por el desangre y la presión, medios de comunicación; los han llevado prácticamente a su inexistencia, como pasó con la revista Alternativa. Y la gente callada.
Estamos viendo cómo, constantemente desde las redes sociales, el Presidente le dispara a cualquier periodista. ¿Dónde está esa solidaridad de cuerpo? La prensa en Colombia fue fundamental, en su momento, para hacer el paro a Rojas Pinilla, fue un bastión importantísimo para enfrentar a Pablo Escobar, también ha levantado su voz en contra de muchísimos casos de corrupción en el país. Pero bajo este gobierno, pareciera que estamos muy anecdóticos en los medios de comunicación.
Pero también gracias al periodismo se han hecho grandes investigaciones de escándalos espantosos…
Sí, claro. A ver. Yo creo que, sin lugar a dudas, por ejemplo, el trabajo que hizo la revista Semana en una buena parte de este gobierno ha sido muy valioso. Y han sido también muy valiosas denuncias que se han hecho desde el periódico EL TIEMPO. Pero mi preocupación va a que los medios, hoy más que nunca, deberían tener una mayor solidaridad de cuerpo, por la persecución que se está dando desde la Casa de Nariño de manera permanente. Es que uno oye que llamaron a tal revista, a tal emisora, prácticamente a presionar, a silenciar. Y si la prensa libre se silencia desde el poder, pues ahí empieza a carcomerse la democracia.
El país no puede temerle a su Presidente, el país tiene que respetarlo. Pero cuando un país le teme al Presidente es porque la democracia está empezando a flaquear. Nadie puede sentir temor de expresar o escribir lo que piensa y ese derecho lo estamos perdiendo.
Es que el propio Presidente está haciendo lo posible por amenazar a los congresistas de manera que tengan temor por votar. Los tiene requeteamenazados. ¿Qué tal que en plena manifestación de Barranquilla, la de los 400 sanduchitos, Petro haya “boleteado” a algunos de ellos con nombre propio, catalogándolos como enemigos del pueblo, porque no quisieron aprobarle su consulta popular?
Vuelvo a la patología. Ellos fueron pirómanos durante el periodo de nuestro de gobierno, 2018 a 2022. Todos los días querían incendiar y ya cuando llegaron al poder y se dieron cuenta de su incapacidad, entonces ahora quieren seguir incendiando, porque solo saben hacer política con el odio, política de estigmatización. En buena hora el Senado hundió ese adefesio, pero la amenaza sigue latente.
El expresidente Duque dice que reconoce en Álvaro Uribe a un mentor. Foto:Agencias
A nuestro actual presidente le encanta viajar. ¿Usted cuántas veces viajó?
A mí me atacaban mucho por los viajes, que siempre traté de hacer muy cortos, con agendas muy intensas y públicas, que incluían reuniones con gobiernos, empresarios, organizaciones, etcétera. Ya Petro superó los viajes míos y los de los últimos antecesores pero, además, con unas agendas que a veces no se conocen, unas ausencias que, como lo ha escrito el excanciller Leyva, siempre suscitan muchas suspicacias. Ya no me preocupo sobre por qué me criticaron o no me criticaron.
Lo que me duele es que hoy estemos enfrentando unas relaciones internacionales erráticas. No tenemos buena relación con el Perú, hemos debilitado la relación con Argentina, con los Estados Unidos, hemos perdido respeto en muchos escenarios internacionales por todas esas mismas razones que ha expuesto Leyva. Pero, sobre todo, vemos al Gobierno tratando de alinear a Colombia con un grupo de países cuyo objetivo es alterar el orden internacional, que no son democracias, que no creen en la economía de mercado y que se han dedicado a ser los principales promotores del autoritarismo en el mundo.
¿Cómo van sus relaciones con el expresidente Álvaro Uribe?
Siempre trato de mantener mi relación con él en los mejores términos con una combinación de gratitud, aprecio y admiración. Reconozco en él a un mentor y agradezco, por ejemplo, los mensajes que tuvo conmigo y con mi familia después de que sufrí un pequeño incidente médico, que no pasó a mayores. También tengo un sentimiento de solidaridad por toda la injusticia y la infamia que ha tenido que enfrentar en este proceso. Siempre estaré presto a pronunciarme, para defender no solamente su inocencia, sino para que el mundo entero conozca todos los atropellos que se han cometido contra él.
¿Y sus relaciones con el Centro Democrático?
Mantengo muy buenas relaciones con muchos integrantes del partido. Lo que más deseo es que ojalá los precandidatos puedan encontrar un mecanismo para escoger quién va a ser el candidato. Recuerdo que en el momento en que yo también estuve en esa situación, facilité que se hicieran las encuestas, que no eran el mecanismo en el que más creíamos ni más nos gustaba. Y se ganaron las 16 encuestas. Después fuimos a una consulta abierta y facilitamos una coalición.
Entonces, espero que no se vayan a quedar en las diferencias y que las listas al Congreso sigan teniendo la capacidad de atraer nuevos liderazgos; que les den espacio a personas que estén haciendo buenas tareas. Por ejemplo, veo con mucha admiración lo que han venido haciendo los representantes a la Cámara Andrés Forero y Hernán Cadavid. Veo con muy buenos ojos la tarea que Paloma Valencia ha cumplido en el Senado, extraordinaria; lo mismo que la de Paola Holguín y Miguel Uribe. También veo y deseo que vengan nuevas voces al Congreso. Con figuras que están surgiendo, como el concejal de Bogotá Daniel Briseño o los activistas digitales Camilo Rubiano y Jaime Arizabaleta. Muchos jóvenes de las regiones se están proyectando. Entonces, ojalá el partido mantenga esa dinámica.
¿Y es que usted vuelve a la política activa?
Por las actividades en las que ando ocupado, no estoy muy involucrado en temas partidistas desde hace mucho tiempo. Pero como hablo frecuentemente con muchas personas de distintos partidos y movimientos y con personas independientes, sí estaré dedicado a promover que tengamos una gran alianza para el 2026, porque solo un candidato de coalición, lo más grande y unida posible, podrá desactivar las bombas de Petro.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO