A veces, buscar una vida mejor implica tomar decisiones difíciles, como separarse de los seres queridos. Este fue el caso de Carlota Arrieta, una mujer mexicana que dejó su país para establecerse en Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida.
Sin embargo, este cambio tuvo un costo emocional: pasó más de 24 años sin poder ver a su madre, Victoria Fernández. Finalmente, gracias a un esfuerzo conjunto, ambas pudieron abrazarse nuevamente, en un momento lleno de sentimientos.
El papel clave de una organización solidaria
El reencuentro entre Carlota y Victoria fue posible gracias a Hidalgo Sin Fronteras, una organización sin fines de lucro con sede en Arizona. Esta entidad apoya a adultos mayores de 55 años a obtener una visa de 10 años, facilitando que puedan visitar a sus familias en Estados Unidos. El caso de Victoria no fue la excepción.
Enedelia Rolan, hija de Carlota, explicó en entrevista con '12 News' que su abuela es originaria de Guerrero, México. Aunque Enedelia tuvo la oportunidad de visitarla hace un par de años, su madre no había corrido con la misma suerte.
“Mi mamá no la ha visto en 24 años, por eso estamos aquí hoy, solo para verla abrazarla una vez más. En nuestra comunidad, muchos de nuestros padres no pueden regresar a México o Guatemala”, comentó Enedelia.
Un abrazo inolvidable
La escena del reencuentro estuvo cargada de emociones, con lágrimas y abrazos que reflejaron los años de separación. Enedelia describió el momento con palabras que reflejan la intensidad de lo vivido: “Realmente no hay palabras para explicarlo, pero es súper especial”.
Además, expresó su gratitud hacia Hidalgo Sin Fronteras. “Es muy importante que tengamos un grupo como este”, destacó, resaltando la importancia de iniciativas que conectan familias divididas por la migración.
El origen de Hidalgo Sin Fronteras
Fundada en 2019 por la madre de Isamar Moreno, Hidalgo Sin Fronteras ha trabajado desde entonces para apoyar a la comunidad migrante.
Su programa principal, Reunificación Familiar, se ha convertido en un puente para reunir a familiares que llevaban años separados. Este caso es un claro ejemplo del impacto positivo que puede tener la labor de organizaciones comprometidas con la causa migrante.
CÉSAR QUISPE
El Comercio (Perú) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.