Juan Carvajal cree que el documental que acaba de estrenar es uno de los más caros en la historia del cine colombiano. 'La salsa vive', que acaba de estrenarse en los cines del país este 29 de mayo, es un recorrido nostálgico del impacto de este género en Cali y Nueva York, con los testimonios y las voces de sus protagonistas, pero sobre todo, con su música. Pagar los derechos por usar las canciones y los materiales de archivo puede alcanzar cifras inimaginables. Pero como buen colombiano, caleño para más señas, Juan entendió que debía ingeniárselas para poder armar la historia tal como quería contarla.
"Una noche en Cali, después de una entrevista muy compleja que tuve con unos chicos en el distrito de Agua Blanca, le envié un correo electrónico a Rubén Blades. Con él tengo una buena relación -Juan vive en Nueva York y es el fundador del Festival de Cine Colombiano que lleva 12 ediciones realizándose en esa ciudad-. Blades tiene una canción que se llama 'Las calles', así que le conté de las experiencias tan complejas y tristes que viven estos pelados, y le dije que no podía sacarme de la cabeza ese tema, que refleja muy bien lo que es esta ciudad (...) estos chicos se han aferrado a la salsa, la música y el baile para sobrevivir", cuenta.
Los bailarines han sido claves para la supervivencia de la salsa en Cali. Foto:de 64A Films / Cinematic
Despacio, contactando a conocidos en el medio musical y cinematográfico, y buscando a sus amigos, Juan fue reencontrándose con una deuda profunda que tenía con su ciudad natal, y como en una filigrana fue tejiendo una historia que apunta más allá de un relato cronológico sobre el auge, la caída y el renacimiento de la salsa, un género que sintetiza el son, el guaguancó, la guajira, el boogaloo, el mambo, el montuno, el chachachá, la guaracha, la descarga, la plena, la bomba, además de los sabores del jazz y el blues.
Al volver a Cali, vi ese ecosistema de melómanos, de coleccionistas, de bailarines, de bailadores, de toda una ciudad que respira y abraza la salsa para de una u otra manera vivirla".
Estamos ante un relato que vibra con su música y apunta a la memoria, la emoción y la nostalgia, a lo que representa este género para sus intérpretes, coleccionistas, bailarines y bailadores; pero, al mismo tiempo, para la gente del común, de la calle, que ha hecho de esta música un estilo de vida.
"Yo me fui de Cali hace muchísimos años, en medio de una crisis emocional (...) Y cuando llegué a Nueva York, una de las cosas que me llamaba la atención era buscar esos lugares que para mí eran icónicos y que estuvieron reflejados en diferentes películas de salsa, como 'Nuestra cosa latina' (1972) y otras cintas de La Fania. Fue buscar las raíces pero ya no encontré mucho. Yo crecí en ese ambiente salsero y al volver a Cali vi ese ecosistema de melómanos, de coleccionistas, de bailarines, de bailadores, de toda una ciudad que respira y abraza la salsa para de una u otra manera vivirla, algo que no se ve en ningún lugar del mundo. Ha sido como una catarsis contar todo lo que yo viví y, sobre todo, darle a Cali algo bonito, un legado que me parece chévere, que creo que la ciudad puede disfrutar, porque lo más importante es que estamos llevando a Cali a diferentes lugares del mundo".
El caleño Juan Carvajal, director de cine y fundador del Festival de Cine Colombiano en Nueva York. Foto:de 64A Films / Cinematic
Los orígenes de un género musical que se volvió el alma de Cali
'La salsa vive' incluye testimonios de figuras como Celia Cruz, Larry Harlow, Chocolate Armentero, Rubén Blades, Henry Fiol, Willie Rosario, Johnny ‘Dandy’ Rodríguez, Alfredo Linares, Jairo Varela, Ángel Lebrón, Samuel Formell y José Aguirre, alternados con imágenes de archivo -la mayoría del trabajo audiovisual de Jeremy Marre en las décadas de los 60 y 70- y algunas recreaciones de momentos particulares de la cultura popular caleña de esa misma época: los bailes de cuotas y las "aguaelulo", esas rumbas juveniles sin licor, amenizadas con la famosa bebida.
"Esto había que contarlo de manera que se pudiera entender. Nos vamos al comienzo, contamos por qué se le dio ese nombre, de dónde venía. Para mí en la salsa es un concepto musical, una sombrilla bajo la que se metieron todos los ritmos cubanos y puertorriqueños debajo. Y lo que sucedió en Nueva York fue ese toque urbano, que luego pegó tanto en Cali, ese toque de la campana, ese toque de calle. Y vos sabes que el barrio para la salsa es muy importante. Por eso yo toco mucho el barrio en la película, porque el barrio es donde se crean las canciones icónicas de la salsa, esas historias que están ahí presentes y con las que nosotros crecimos y convivimos, el Pedro Navaja o el Juanito Alimaña".
Ser coleccionista en Cali es una labor que pasa de generación en generación. Foto:de 64A Films / Cinematic
Muchos creen que la salsa es 'algo de viejos' y que está muerta. Esta producción cinematográfica demuestra que, al contrario, vive y goza de estupenda salud. Y Cali tiene mucho que ver en eso.
"Lo clásico perdura y la buena música perdura. Estoy seguro de que puedo escuchar a Willie Rosario hoy, pero lo voy a escuchar en el 2030 y lo venía escuchando desde 1969. Eso es un clásico. Esta música grabada permanece, sobre todo, a través de los discos que la mantienen viva. Yo no escucho a Bad Bunny, no me llama la atención, pero valoro que haya ido a sus raíces (en su más reciente álbum, 'Debí tirar más fotos') y que le cuente a las nuevas generaciones un poco de lo que sus padres y sus abuelos le enseñaron a ellos", dice Juan.
'La salsa vive' no busca matizar las experiencias difíciles de los entornos donde ha florecido la música, como la pobreza, la violencia, las drogas, las fama desbocada y el narcotráfico que han impactado a Nueva York y Cali. En el caso de la capital del Valle son ese lado oscuro de un género musical vibrante.
"No se podía contar la historia de la salsa en Cali sin hablar del tema del narcotráfico. Hubiera quedado una cosa muy light -dice Juan-. Entonces el narcotráfico nos arropó en Cali y nos absorbió. Y el que terminó pagando los platos rotos fue Jairo Varela, el compositor y fundador del Grupo Niche (que acabó preso en 1995 por nexos con el cartel de Cali)".
Pero la salsa es mucho más: las escuelas que forman a miles de jóvenes, que van por el mundo llevando el ritmo en sus cuerpos; los coleccionistas que de generación en generación han mantenido una cultura amorosa por los vinilos y la música; los salseros aficionados que sin importar el día y la hora azotan baldosa guiados por un boogaloo o un son; y los músicos de todos los niveles que siguen creyendo en este ritmo que ha conquistado todas las latitudes.
"Ya no es necesario la presencia de los narcos para que la salsa viva porque todo se vuelca sobre la ciudad, porque la salsa está en el barrio, en las calles, en los coleccionistas, en toda esa gente bonita que la ha hecho suya", asegura Juan.
SOFÍA GÓMEZ G.
CULTURA EL TIEMPO
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