Se desmorona el mercado mundial para los jóvenes pintores de arte

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¿Cómo se convirtieron los mejores años de la trayectoria de Amani Lewis en el peor momento de la vida del artista?

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Una pintura inquietante que Lewis hizo en el 2020 se vendió en subasta apenas un año después por 107 mil 100 dólares, más del doble de su precio estimado. Otras dos obras habían triplicado recientemente las expectativas y un coleccionista ofreció 150 mil dólares por piezas nuevas recién salidas del estudio. Hubo exhibiciones en París y Miami.

Pero cuando la pintura original resurgió en una subasta en junio y su precio se desplomó a 10 mil 80 dólares, la fiesta terminó. Para entonces, Lewis había dejado de rentar un departamento de lujo de 7 mil dólares al mes en Miami y se había mudado temporalmente con su hermano.

“Fue una subida tan agradable y luego cae”, dijo el artista, que ahora tiene 29 años. “Se siente como: ‘Hemos terminado con Amani Lewis’”.

Durante el último año, a medida que el dinero se esfumaba del mercado del arte, las jóvenes estrellas del arte en todo el mundo experimentaron reveses dramáticos que sumergieron sus trayectorias.

El artista ghanés Emmanuel Taku vendió una pintura en el 2021 por 189 mil dólares, sólo para ver su precio caer en marzo a 10 mil 160 dólares en una subasta. Retratos de estilo cubista por Isshaq Ismail, que se vendieron en hasta 367 mil dólares hace dos años, no han superado los 20 mil dólares. Allison Zuckerman, una artista neoyorquina, vendió su desenfrenado cuadro “Mujer con su mascota” por 212 mil 500 dólares hace tres años, pero sólo recaudó 20 mil 160 dólares en una subasta en junio.

Durante los inicios de la pandemia, se produjo un auge especulativo impulsado por una creencia errónea en los réditos rápidos, con los coleccionistas gastando 712 millones de dólares en subastas en el 2021 en obras de artistas nacidos después de 1974 —un gran salto respecto a los 259 millones de dólares gastados apenas un año antes. Pero del 2021 al 2023, los precios de estos artistas —”ultracontemporáneos” es el término que les da la industria— se desplomaron en casi un tercio, de acuerdo con la Base de Datos de Precios Artnet.

La tendencia continúa; en el primer semestre del 2024, las ventas de obras de artistas jóvenes cayeron 39 por ciento respecto al año pasado. Los coleccionistas habían sobreestimado la fuerza del mercado; temiendo que la obra pronto fuera imposible de vender, querían recuperar al menos parte de su dinero —independientemente de lo que los fracasos públicos pudieran significar para el futuro de un artista.

En retrospectiva, Ismail, de 34 años, dijo que lamentaba haber vendido hasta cinco obras a la vez a asesores y coleccionistas de arte —quienes rápidamente las revendieron. “Todo el mundo quiere una rebanada del pastel”, dijo, añadiendo que era difícil distinguir a los verdaderos coleccionistas de los especuladores.

“Cuando los precios se inflan tanto, todo el mundo se emociona mucho —y la gente tiende a cometer muchos errores”, dijo Loring Randolph, director de la Colección de arte Nancy A. Nasher y David J. Haemisegger en Dallas, Texas.

Zuckerman tenía 27 años y trabajaba en su minúsculo departamento en Nueva York cuando los megacoleccionistas Donald y Mera Rubell la descubrieron y compraron más de 20 piezas. Desde el 2021, su obra se ha vendido en subasta 59 veces, un volumen notablemente alto para una artista joven.

Mientras que Zuckerman dijo que la mayoría de sus pinturas se vendieron en una exposición individual en junio por entre 35 mil y 65 mil dólares, no pudo ignorar la debacle de la subasta de “Mujer con su mascota” ese mismo mes.

Hoy, está realizando nuevas obras sobre la pérdida de control de sus pinturas en el mercado.

Especular con artistas es diferente a especular con acciones y criptomonedas. Los artistas dicen que se siente intensamente personal.

“Estás comprando una parte de mi vida —un poco de mi historia y la de mi gente”, dijo Lewis, quien le da a la persona retratada una parte de las ganancias de cada venta.

Lewis y otros artistas dicen que la experiencia de sortear el mercado los ha hecho más fuertes. Ismail, por ejemplo, ahora vende su obra exclusivamente a través de galerías.

En octubre, Lewis tendrá su primera exposición en dos años en la galería Mindy Solomon de Miami. Las nuevas obras —imágenes ricamente coloridas que parecen haber sido revueltas en una lavadora— se inspiraron en este reciente capítulo lleno de zozobra.

“Este es el momento perfecto para comprar Amani Lewis”, dijo el artista.

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