Renegociación de TLC: 'ni es el mejor momento ni es un trámite que se pueda hacer en un año, como se pretende': dicen analistas

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El jueves pasado el presidente Gustavo Petro volvió a insistir en su idea de renegociar el tratado de libre comercio (TLC) que Colombia tiene con Estados Unidos. Pero, esta vez, fue más allá al señalar la necesidad de que también se revisen los acuerdos comerciales que se tiene con la Unión Europea, y se retire al país del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), algo que comienza a ser evaluado con detenimiento. 

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La millonaria demanda que perdió Colombia con la compañía española Telefónica, a la que tendrá que pagarle 1,6 billones de pesos, en el Ciadi, fue lo que llevó al Presidente Petro a encargarle el jueves al actual ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, renegociar los artículos del TLC relacionados con el comparecimiento del país ante esas instancias, para lo cual el funcionario tendrá solo un año de plazo.

No es la primera vez que el mandatario menciona la idea de renegociar dichos tratados comerciales. A mediados de agosto del año pasado, durante una reunión con las bases del sector cafetero colombiano en Pitalito (Huila), no solo criticó el TLC  sino que, además, anunció que buscaría su renegociación.

Sin embargo, solo dos días después de ese anuncio, Germán Umaña, ministro de Comercio de entonces, durante su intervención en la Asamblea Anual de la Andi lo desmintió, aclarando que lo que lo se estaba haciendo era una revisión de los capítulos del acuerdo para llegar a condiciones más equitativas, contrario a una renegociación.

El Exministro aclaró, en su momento, que entre los dos países se estaba haciendo un análisis para llevarlo a la Comisión Administradora del Tratado, para tomar decisiones conjuntas "que servirán para mejorar las condiciones".

"Vamos a negociar dentro del marco legal todos los temas tras un análisis consciente que hemos hecho. Eso quiere decir que estamos en un proceso de revisión para acordar una negociación dentro de los términos del tratado y eso fue lo que dijo el presidente, tal vez le puso el 're', pero eso es lo que se está haciendo", explicó Umaña.

Lo cierto es que transcurridos 15 meses desde cuando el Presidente hizo ese anuncio, aún no se conocen los avances del mismo, si es que en verdad el Gobierno ha estado trabajando en el mismo, como en algún momento lo dejó entrever el propio Presidente.

Cumplir la orden del Presidente Petro de renegociar los TLC con Estados Unidos y Europa en un año implicaría que las contrapartes de Colombia también tendrían que estar de acuerdo con lo expresado por el mandatario, toda vez que en un proceso de esa naturaleza se requiere del concurso y aceptación de ambas partes.

Gustavo Petro, presidente de Colombia

Gustavo Petro, presidente de Colombia

Foto:Presidencia

Los obstáculos

Expertos consultados advierten que una renegociación de estas dimensiones no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana, como puede ser el deseo del Presidente Petro, pues solo en el caso de Estados Unidos los presidentes perdieron la potestad de renegociar esos acuerdos de manera directa, por lo que el saliente Joe Biden y el entrante Donald Trump, no tiene esa autoridad, la cual hoy en día reposa sobre el Congreso, el cual debe dar su visto bueno.

Ante esa realidad, al gobierno colombiano no le quedaría una salida distinta que denunciar el TLC y retirarse del mismo, con las consecuencias que esto le traería a la economía del país, toda vez que Estados Unidos sigue siendo de lejos su principal socio comercial. Solo hasta septiembre pasado las ventas de Colombia al país del norte sumaron más de 10.777 millones de dólares (cerca del 30 por ciento del total exportado por el país), mientras que las de la Unión Europea totalizaron poco más de 3.604 millones, según el más reciente reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane).

Tanto la intención de renegociar los TLC, como la de retirar a Colombia del CIADI son decisiones que le causarán un grave daño a la economía del país, coinciden expertos consultados y gremios del país.

Javier Díaz, presidente de Analdex.

Javier Díaz, presidente de Analdex.

Foto:Analdex

Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), por ejemplo, señaló que no estamos en una coyuntura que sea la adecuada para iniciar un proceso de renegociación de los TLC y recordó que el ministro Umaña (Germán) había indicado en su momento la necesidad de revisar este punto del acuerdo, por lo que se debería abordar de manera bilateral con Estados Unidos antes de plantear una renegociación en un esquema de revisión del acuerdo.

"Valdría la pena revisar con Estados Unidos la preocupación que tiene el Presidente (Petro) en esa materia y ver la posibilidad de hacer una revisión del acuerdo", señaló el vocero gremial, quien no obstante dijo que "hablar de una renegociación no es el término adecuado y hay que empezar por señalar que una renegociación implica todo un proceso que comienza en el Congreso de Estados Unidos, pues el presidente tendría que tener autorización del Legislativo para llevar a cabo una tarea de estas y eso no se hace de la noche a la mañana y mucho menos en una coyuntura como la actual cuando el presidente Trump plantea una política proteccionista".

Díaz también se refirió al impacto que tendría sobre la economía si el Gobierno opta por denunciar el TLC y se retira de este. "Si Estado Unidos acoge la iniciativa del Presidente sería para quitarnos parte de los beneficios que el acuerdo tiene en otros campos porque en ese proceso se pone todo el TLC sobre la mesa, por eso no es la mejor salida este momento. Ahora salirse sería fatal porque el país quedaría pagando aranceles mientras competidores como México, Chile, Perú, Centroamérica lo harían sin esa prerrogativa de los aranceles, sería catastrófico para nuestras exportaciones".

Golpe a las inversiones

En similar sentido se pronunciaron las directivas de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia) al considerar que: "Abrir la puerta para renegociar un tratado debe considerarse con cautela, ya que se trata de un proceso bilateral: tanto Colombia como Estados Unidos pueden presentar solicitudes de modificación. Esto implica posibles impactos en temas sensibles, como las disposiciones del Capítulo 10, que regula la protección de inversiones, los mecanismos de solución de controversias, el trato  'justo y equitativo', y excepciones relacionadas con la seguridad nacional".

En ese sentido, indicaron que cambiar estas protecciones podría influir de forma negativa en la percepción de Colombia como destino de inversión, un aspecto que debe evaluarse con bastante cuidado y que "la diplomacia sigue siendo el camino adecuado para avanzar" en pretensiones de esa naturaleza, cuando lo que se requiere es mantener las relaciones comerciales.

EL TIEMPO consultó con el ministro Reyes para conocer cómo su cartera cumplirá con lo ordenado por el Presidente; cuál sería la salida si Estados Unidos y Europa no quieren renegociar y si hay avances en ese propósito– que se viene planteando desde mediados de agosto del año pasado–, pero hasta el cierre de esta edición no había pronunciamiento por parte del funcionario.

El camino para una renegociación

Olga Lucía Salamanca, socia Directora de Política y Defensa Comercial en la firma de abogados Araújo Ibarra.

Olga Lucía Salamanca, socia Directora de Política y Defensa Comercial en la firma de abogados Araújo Ibarra.

Foto:Araújo Ibarra

Olga Lucía Salamanca, socia Directora de Política y Defensa Comercial en Araújo Ibarra, señala que antes de llegar a un proceso de renegociación de los TLC, es importante tener en cuenta que los acuerdos incluyen espacios y mecanismos de consulta y diálogo permanente que permite resolver las diferencias que surjan entre las Partes. Tanto en el acuerdo con Estados Unidos como con Europa, se pactó la figura de la Comisión Administradora del Acuerdo, que lidera por Colombia el Ministerio de Comercio y bajo la cual es posible poner sobre la mesa las preocupaciones del gobierno en materia de disputas alrededor de temas de comercio e inversión y buscar soluciones mutuamente convenidas.

En el caso de una renegociación, es importante señalar que se requiere la voluntad de todas las partes del acuerdo para iniciar este proceso, el cual abre la posibilidad de revisar no solo los temas de interés de Colombia, sino las preocupaciones de Estados Unidos y Europa en otros temas sensibles, con lo cual se pueden acordar unas disciplinas más estrictas que dificulten, por ejemplo, el acceso de productos o servicios colombianos a esos mercados. Estos procesos de negociación requieren además, de la aprobación del congreso de los Estados unidos y el parlamento Europeo, por lo cual pueden resultar muy complejos, y costosos para el país.

Para la experta, Colombia no es una prioridad para el nuevo gobierno de Estados Unidos, pues primero están las relaciones con China y México. "Con Colombia se espera mantener las buenas relaciones que siempre ha caracterizado el comercio binacional", dice.

En cuanto al impacto de una eventual renegociación, advierte que genera un gran clima de incertidumbre para las empresas colombianas que exportan o importan desde dichos mercados ya que se pone en riesgo el acceso preferencial que se pacto con nuestros socios comerciales. Así mismo, envía un mensaje negativo a los potenciales inversionistas quienes claramente pueden redireccionar sus proyectos de inversión hacia otros países que muestren reglas de juego más claras y confiables. Se afectan también las posibilidades del país y las regiones de aprovechar la corriente del nearshoring.

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