Recetario de Navidad / El Condimentario

hace 4 meses 24

Diciembre llega como una olla de presión, acumulando todas las emociones que dejamos de lado el resto del año. Entre las luces, los regalos, las invitaciones, las vacaciones, el caos festivo, la nostalgia y el estrés, los sentimientos se amontonan como un saint honoré.

Estos remedios caseros pueden ayudar a calmar el espíritu y sanar corazones con sabor y emoción. Pon música y baila mientras lees como una novena este texto, y mejor aún si le agregas tus ingredientes:

Si estás triste o cansado, te traigo la solución, 

toma agüita de manzanilla, miel y jengibre que todo tiene salvación.

Para el alma cansada, chocolate o chicharrón.

Para el frío en las manos, un sabroso ponche con ron.

Para las penas escondidas, natilla, buñuelos, un beso y un apretón. Y para el corazón herido, un abrazo con sazón.

Si la nostalgia te atrapa, lo mejor es un tamal calientito.

Y para el que extraña su casa, pandebono, arepas y patacón con un rico guiso.

Si la mente anda en líos, mejor ponte a cocinar,

las sopitas de mamá son magia para las penas curar.

Y para los sueños perdidos,

un café colombiano para despertar.

Si la vida te agota, toma un momento para respirar,

una agua de panela con especias es ideal para empezar.

¿Necesitas llorar? No lo dudes jamás, acompaña las lágrimas con una empanada bien calientica, que sabe consolar.

Si necesitas gritar o cantar, no te detengas,

un canelazo con mantecada te vuelve a restaurar.

Si la alegría te busca, no la dejes ir,

un helado mientras bailas, canta y ríes con quien quieras compartir.

Si el antojo llama y no puedes decidir,

entre obleas, arroz con leche o arequipe ¿por qué elegir?

No te agobies por la culpa y date gustos sin sufrir.

Disfruta, come, bebe y brinda con tu familia y amigos.

Y mejor deja las dietas para el nuevo año que está por venir.

Apaga el celular, abre un libro y regálate calma,

un té de menta entre páginas despierta el alma.

Ver una serie o escribir algo nuevo,

con mantecadas y colaciones, el día se hace más ligero.

Si el corazón necesita hablar, no te lo guardes ni calles,

un sancocho hogareño hace que fluyan las palabras.

Cocinar hace bien, pero si no es el día,

una tostada con queso también es alegría.

Suspira, ora, calla si lo necesitas,

toma un sorbo de aguardiente con limón y prende tres velas.

Para soñar o imaginar, sigue el olor del horno,

hojaldras, tortas o la magia de un pan caliente te harán palpitar el corazón. 

Desconectarse para volver a conectarse,

entre sabores sencillos, amar para levantarse.

El remedio es sencillo, todo está en compartir,

que en Navidad y Año Nuevo se siente que volvemos a vivir.

Buen provecho y felices fiestas.

MARGARITA BERNAL

Para EL TIEMPO

X: @MargaritaBernal

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