Aunque no estaba en la lista de postulados de la Presidencia para la terna de Procurador General, y pese a que no había logrado obtener ningún voto en la convocatoria realizada por la Corte Suprema de Justicia, Gregorio Eljach, actual secretario del Senado, será el candidato del presidente Gustavo Petro a ese alto cargo.
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Eljach hoy es uno de los hombres con más poder en el Congreso. Creció en San Juan del Cesar, La Guajira, y estudió Derecho en Popayán. Ha pertenecido históricamente al partido de ‘la U’ por su cercanía con el viejo cacique payanés Aurelio Iragorri Hormaza y, aunque sigue perteneciendo a esa colectividad, es un hombre que, se podría decir, maneja su propia agenda y no se lo identifica fácilmente con un jefe político.
Sin embargo, no se puede desconocer su cercanía con parlamentarios como Efraín Cepeda, hoy presidente del Congreso, e Iván Name, quien acaba de dejar la misma dignidad.
Desde hace 12 años es secretario del Senado, cargo al que llegó en reemplazó de Emilio Otero, otro hombre poderoso que tuvo que salir del cargo tras protagonizar varias polémicas y que en 2016 fue elegido contralor de Córdoba. Hay que recordar que en 2022 también había aspirado, pero no logró ser ternado para la elección final que se realiza en el mismo Senado que hoy se mueve a su ritmo.
La vida de Eljach no ha estado exenta de polémicas. En 2015 el CTI de la Fiscalía llegó hasta el Capitolio tras denuncias del entonces representante liberal Julián Bedoya, quien dijo que Eljach supuestamente repartió documentos confidenciales relacionados con el caso del exmagistrado Jorge Pretelt, investigado por la Comisión de Acusación.
En su momento, entre sus defensores estuvo el senador José Obdulio Gaviria, quien señaló que ese caso era “una represalia total por el proyecto de reforma de equilibrio de poderes que se aprobó en el Congreso” y que supuestamente no les había gustado a algunos dignatarios de la Rama Judicial.
El poder detrás del poder
Por sus manos, en 12 años que lleva en el cargo de secretario general de Senado, han pasado más de 700 leyes. Una sola coma que él cambie puede modificar el sentido del proyecto.
Además del sueldo, que están entre los más altos del Estado –28 millones de pesos mensuales, según Función Pública, sin contar primas–, como secretario Eljach tiene una alta incidencia en la elaboración del orden del día y le habla al oído al presidente de la corporación. Es una especie de notario del Congreso y lo que certifica se convierte en ley. Asigna las oficinas en el Capitolio, que son las más apetecidas, y también en el llamado edificio nuevo del Congreso.
En un día cualquiera, por su oficina pueden pasar congresistas como Efraín Cepeda, Iván Name, María Fernanda Cabal y María José Pizarro, solo por dar unos nombres. Eljach también se habla con los magistrados de las altas Cortes y recibe sus llamadas casi a diario, y durante las sesiones plenarias les habla de tú a tú a los ministros.
Fue reelegido en la noche del 20 de julio por las mayorías de Senado con 98 votos. No tenía rivales.
A pesar de su elección, Eljach tenía en la mira la Procuraduría. Se inscribió por la Corte Suprema de Justicia. En 2022 también había aspirado, pero no fue ternado para la elección final que se realiza en el mismo Senado que hoy se mueve a su ritmo.
"Creo que puedo hacer un gran aporte a la paz política de Colombia si soy elegido Procurador General de la Nación", afirmó en una entrevista en BOCAS.
Sus aspiraciones a la procuraduría les recuerdan a muchos la trayectoria de otro poderoso secretario del Congreso, Angelino Lizcano, quien estuvo por casi dos décadas en la Cámara y terminó ternado y elegido en la polémica Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura.
Lizcano, en cuya hoja de vida aparecía como mayor referencia antes de la Cámara haber sido gerente de la Empresa Licorera del Caquetá, terminó salpicado por varios de los escándalos y polémicas que, finalmente, llevaron a la eliminación de ese controvertido órgano judicial.
REDACCIÓN POLÍTICA