Mantener un cerebro saludable es fundamental para conservar nuestra esencia e identidad a lo largo de los años. En este contexto, la Fundación INECO de Argentina, dedicada a la investigación en neurociencias, enfatiza la importancia de adoptar un estilo de vida saludable. Según sus expertos, una dieta balanceada, la actividad física regular, la reducción del estrés, el mantenimiento de un peso adecuado y una vida social activa son cruciales para la salud cerebral.
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La Clínica Universidad de Navarra en España resalta la necesidad de incluir en nuestra dieta alimentos ricos en proteínas, minerales y vitaminas, que son esenciales para el funcionamiento óptimo del cerebro. Asimismo, advierten sobre los peligros de las grasas saturadas, los ácidos grasos trans, el exceso de sal y el alcohol, ya que pueden aumentar los niveles de colesterol y deteriorar la salud general, incluyendo la cognitiva.
En particular, las proteínas vegetales juegan un papel vital en la prevención del deterioro cognitivo. Este tipo de deterioro se manifiesta con síntomas como la pérdida de memoria, dificultades de concentración, problemas para seguir instrucciones, solucionar problemas, cambios de comportamiento y desorientación. Según el Instituto Nacional del Cáncer, estos son indicativos claros de un declive en la salud cerebral.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos señala que las proteínas vegetales se encuentran principalmente en legumbres, frutos secos y cereales. Estos alimentos no solo aportan proteínas, sino también antioxidantes, fibra y una variedad de vitaminas esenciales para el cerebro.
El Consejo Europeo de Información Alimentaria afirma que las proteínas de origen vegetal, a diferencia de las animales, contienen menos grasas saturadas, sodio y colesterol. Por ello, incorporar estos nutrientes en la dieta no solo es beneficioso para el cerebro, sino también para la salud cardiovascular.
Alimentos ricos en proteínas vegetales:
- Legumbres: como alubias, lentejas, arvejas y garbanzos.
- Espirulina.
- Quinoa.
- Tofu.
- Semillas y frutos secos: como las semillas de girasol y sésamo, así como almendras y nueces.
Otros beneficios de las proteínas de origen vegetal
Las proteínas de origen vegetal representan una alternativa saludable frente a las proteínas animales, no solo por los nutrientes que ofrecen, sino también por su capacidad de reducir el riesgo de enfermedades graves, como el cáncer y problemas cardíacos.
Según Neal D. Barnard, presidente del Comité de Médicos para una Medicina Responsable (PCRM), los estudios muestran que al consumir proteínas vegetales en lugar de carne, aves, pescado o productos lácteos, usted puede reducir el riesgo de mortalidad. Esto incluye una menor incidencia de diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Una de las principales razones por las cuales las proteínas de origen vegetal son beneficiosas es que, a diferencia de las proteínas animales, no contienen grasas saturadas ni colesterol. Esto contribuye a mejorar factores de riesgo cardiometabólico como el perfil lipídico, la presión arterial y la regulación de la glucosa en la sangre.
Todos estos elementos están relacionados con una mejor salud general y una reducción del riesgo de cáncer. Además, Barnard destaca que quienes siguen una dieta basada en plantas tienen menos probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas como el cáncer.
MARIANA SÁNCHEZ
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.