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Más allá de una etiqueta viral, el término alude a heridas de la infancia que pueden condicionar profundamente la vida adulta.
¿Qué significa tener ‘daddy issues’? La ciencia detrás de la ausencia paterna y su impacto psicológico en las relaciones Foto: iStock

PERIODISTA16.06.2025 19:47 Actualizado: 16.06.2025 19:47

16.06.2025 19:47 Actualizado: 16.06.2025 19:47
En la actualidad, conceptos como ghosting, gaslighting o love bombing forman parte del lenguaje cotidiano, especialmente en redes sociales como TikTok e Instagram. Entre ellos, uno que ha ganado notoriedad es 'daddy issues'. Utilizado con frecuencia en tono sarcástico o irónico, el término suele referirse a personas —usualmente mujeres— que presentan patrones afectivos problemáticos derivados de una relación conflictiva o ausente con la figura paterna durante su infancia.
Aunque no se trata de una categoría clínica reconocida por manuales como el DSM-5 o el CIE-11, la expresión ha sido adoptada como una suerte de atajo emocional para describir comportamientos como la necesidad excesiva de validación, la baja autoestima o la elección reiterada de parejas inadecuadas. Según la psicóloga clínica Ana Ramírez, esta popularización puede ser útil para iniciar conversaciones sobre salud mental, pero también conlleva riesgos importantes si trivializa experiencias de profundo dolor emocional.
Las heridas paternas se vinculan a traumas infantiles y estilos de apego inseguros Foto:iStock
¿Qué significa realmente tener “daddy issues”?
Desde la psicología, el fenómeno se entiende más adecuadamente como la presencia de “heridas de apego” o traumas infantiles vinculados al vínculo paterno. La psicoterapeuta Liliana Tuñoque explica que cuando la figura paterna ha sido ausente, negligente, abusiva o emocionalmente inaccesible, pueden surgir alteraciones en el desarrollo emocional del niño o niña, que más adelante se manifiestan en dificultades para establecer relaciones sanas.
Este impacto no es inmediato ni uniforme. Puede expresarse de diversas maneras según la historia personal, el entorno familiar y los recursos psicológicos de cada individuo. Sin embargo, muchos de los comportamientos comúnmente asociados al término 'daddy issues' —como el miedo al abandono, la dependencia emocional o la dificultad para confiar— tienen un origen común en carencias afectivas no resueltas durante la infancia.
Tipos de ausencia paterna y su impacto emocional
La psicóloga Andrea López Salas identifica tres grandes tipos de ausencia que pueden afectar el desarrollo emocional:
- Ausencia física: ocurre cuando el padre está ausente del entorno cotidiano por razones como separación, abandono, fallecimiento o ausencia prolongada. Esta falta puede provocar sentimientos de rechazo, abandono y una necesidad permanente de aprobación externa.
- Ausencia emocional: aunque el padre esté físicamente presente, no muestra interés o implicación afectiva en la vida del hijo. Esta desconexión emocional puede impactar la autoestima y dificultar la construcción de vínculos seguros.
- Ausencia psicológica: se refiere a comportamientos inestables, negligentes o incluso abusivos que generan confusión y ansiedad. Aunque el padre esté presente, sus actitudes son impredecibles, invalidantes o violentas.
Cada una de estas formas de ausencia deja huellas distintas, pero todas afectan la forma en que la persona se relacionará consigo misma y con los demás en la adultez.
Las dinámicas emocionales originadas por el padre pueden repetirse en la adultez Foto:iStock
Manifestaciones en la adultez: patrones emocionales y conductuales
Las consecuencias de una figura paterna disfuncional no desaparecen con el tiempo. Diversos estudios en psicología del desarrollo han demostrado que la infancia es una etapa crítica para la formación del apego y la regulación emocional. Cuando ese vínculo se ve comprometido, los efectos pueden perdurar décadas si no se abordan adecuadamente.
Según Ana Ramírez, las personas con heridas paternas no resueltas pueden presentar:
- Necesidad constante de aprobación.
- Dificultad para establecer límites sanos.
- Idealización de figuras masculinas o de autoridad.
- Relaciones marcadas por la dependencia o el rechazo.
- Baja autoestima o autosuficiencia extrema.
- Dificultad para confiar o vincularse de manera íntima.
- Miedo intenso al abandono o al rechazo.
Además, estas personas pueden estar más expuestas a trastornos como la ansiedad (generalizada, por separación o con ataques de pánico), la depresión, trastornos alimentarios, trastornos del apego e incluso trastornos de la personalidad, como el trastorno límite.
La psicóloga Antonella Galli explica que muchas veces se desarrollan mecanismos de defensa extremos: algunas personas buscan permanentemente estar en pareja para sentirse protegidas, mientras otras evitan el compromiso como forma de evitar el sufrimiento. Ambas respuestas suelen llevar a relaciones tóxicas y ciclos de insatisfacción emocional.
¿Puede heredarse emocionalmente la ausencia paterna?
La transmisión generacional del trauma es un fenómeno ampliamente documentado en la psicología moderna. Las heridas emocionales causadas por la ausencia paterna pueden pasar de una generación a otra a través de patrones de apego inseguros o de conductas modeladas. Los hijos de personas que no han sanado sus propias heridas pueden replicar, sin querer, las mismas dinámicas con sus descendientes.
Ana Ramírez advierte que muchas veces quienes no han procesado sus vivencias de abandono, negligencia o abuso terminan reproduciendo patrones relacionales similares, perpetuando así el ciclo de dolor emocional. Reconocer este fenómeno es un paso fundamental para romperlo.
Influencia del padre en la forma de amar
La forma en que un niño o niña es tratado por su padre tiene una fuerte correlación con el tipo de relaciones que establecerá en la adultez. Karín Domínguez Ayesta, psicoterapeuta y coordinadora del programa Modo USIL, señala que el vínculo con el padre condiciona la manera en que una persona entiende la confianza, la intimidad, la seguridad emocional y el miedo al abandono.
Los estilos de apego que derivan de estas experiencias pueden clasificarse en:
- Apego ansioso: se manifiesta como necesidad excesiva de validación, celos, miedo al rechazo o al abandono.
- Apego evitativo: implica distanciamiento emocional, dificultad para el compromiso y una tendencia a no depender de nadie.
Ambos estilos suelen reflejar experiencias infantiles de inestabilidad, rechazo o inseguridad afectiva. Como resultado, las personas pueden repetir en sus relaciones adultas patrones que emulan, de forma inconsciente, el tipo de vínculo que tuvieron con su padre.
En hombres, las heridas paternas suelen manifestarse como dificultad para expresar emociones. Foto:iStock
¿Afecta más a las mujeres que a los hombres?
El término 'daddy issues' se asocia habitualmente a mujeres, en parte por estereotipos de género que visibilizan más el sufrimiento emocional femenino. Sin embargo, los hombres también experimentan efectos negativos por la ausencia o disfunción paterna.
En los hombres, estas heridas pueden manifestarse como:
- Dificultad para expresar emociones.
- Problemas con figuras de autoridad.
- Incapacidad para comprometerse afectivamente.
- Conductas agresivas o evasivas en las relaciones.
Según la psicóloga Liliana Tuñoque, esta diferencia de percepción no responde a la realidad clínica, sino a una construcción cultural. En muchas sociedades, los hombres tienen menos permiso social para explorar y comunicar su mundo emocional, lo que lleva a una subrepresentación del impacto psicológico que también los afecta.
¿Es posible sanar las heridas paternas?
Sanar las heridas vinculadas a la figura paterna es posible, aunque requiere tiempo, trabajo personal y, en la mayoría de los casos, acompañamiento terapéutico. Ana Ramírez subraya que la infancia moldea buena parte de nuestros esquemas mentales y emocionales, pero en la adultez podemos asumir responsabilidad por nuestra sanación.
Algunas estrategias clave incluyen:
- Reconocer el daño: validar que hubo una carencia o experiencia dolorosa es esencial para iniciar el proceso de sanación. No se trata de buscar culpables, sino de comprender el origen de los patrones emocionales.
- Identificar los patrones: observar qué dinámicas se repiten en la vida adulta, especialmente en las relaciones afectivas, puede ofrecer pistas importantes sobre heridas no resueltas.
- Terapia psicológica: la ayuda profesional es fundamental. Terapias como la cognitivo-conductual, la psicodinámica o la terapia de esquemas permiten explorar el pasado y resignificar experiencias dolorosas.
- Fortalecer la autoestima: reforzar la autovaloración más allá de la aprobación paterna o externa es crucial para romper ciclos de dependencia.
- Establecer límites: aprender a poner límites sanos protege de nuevas heridas y ayuda a construir relaciones más equitativas.
- Sanar el apego: trabajar en el desarrollo de un apego seguro puede transformar por completo la forma en que una persona se relaciona con los demás.
- Reconstruir la narrativa personal: pasar de una visión centrada en la víctima a una narrativa resiliente favorece la autonomía emocional.
- Aceptar y, si es posible, perdonar: aceptar no implica aprobar. Y perdonar, aunque no siempre es necesario, puede liberar emocionalmente si se hace de forma genuina.
El camino para sanar las heridas paternas no es lineal ni inmediato, pero representa una oportunidad poderosa de transformación. Reconocer que el dolor del pasado puede estar influyendo en el presente es un primer paso hacia relaciones más conscientes, libres y saludables.
Como concluye Ana Ramírez: “La responsabilidad adulta implica reconocer que, aunque no elegimos nuestras circunstancias infantiles, sí tenemos la capacidad de elegir cómo responder a ellas”.
Milenka Duarte
El Comercio (Perú) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por El Comercio (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.
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