¿Qué hay detrás del hallazgo del cuerpo desmembrado y guardado bolsas en un puente del Valle del Cauca?

La escena es perturbadora: tres bolsas de tela blanca, con partes de un cuerpo humano, colgaban de manera rudimentaria en un puente vehicular en la vía entre los municipios de Andalucía y Tuluá (centro del Valle del Cauca), ante el verde de la naturaleza y la aparente tranquilidad que rodea esta vía nacional.

De manera preliminar, las autoridades indicaron que este hecho, ocurrido en la madrugada del jueves 21 de noviembre, obedecería a "una retaliación entre bandas criminales que ejercen y están ubicadas en esta jurisdicción".

“La Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación destinaron un grupo especial de investigación criminal e inteligencia para que, con las capacidades técnicas y humanas, permita establecer los responsables materiales de este repudiable hecho”, manifestaron desde la Policía Valle.

'Modo mexicano'

El desmembramiento de cuerpos y colgarlos a través de bolsas o con ganchos, en puentes de alto tráfico vehicular, es una macabra práctica que por más de una década se ha registrado en disputas de carteles mexicanos, lo que ha llevado a pensar a muchas personas que este tipo de hechos se traten de bandas dedicadas al narcotráfico y que tienen estrecha relación con grupos delincuenciales del país norteamericano.

Para el analista político Diego Arias, en el centro y norte del departamento ha existido "una fuerte dinámica de narcotráfico que ha traído violencia, especialmente asesinatos producto de 'vendettas' entre distintos grupos". Sin embargo, considera que el reciente hallazgo "resulta muy perturbador por el mensaje simbólico que envía que no es otro de atemorizar y generar terror entre los 'enemigos'".

"Pero este tipo de violencia a la 'mejicana' termina por generar zozobra e incertidumbre entre el conjunto de la comunidad, además de constituir un enorme desafío para las autoridades de Policía y Fiscalía en su investigación, identificación de responsables y sanción penal", agrega Arias.

Además, considera que sería "muy grave que este tipo de expresiones de violencia se repitan o incluso se extiendan como practica común entre grupos delincuenciales".

Valle del Cauca, objetivo en la agenda del crimen organizado

Para el asesor de seguridad de la gobernación del Valle del Cauca, Miguel Yusti, ese tipo de prácticas violentas se han visto en la época de la violencia de 1957.

"En Colombia no es la primera vez pues en los libros y en la historiografía de la violencia que se cortan lenguas, que se abren vientres... pero esto de Andalucía sí ya son vainas totalmente minuciosas y precisas en esa lucha que se está librando en el Valle", agrega.

Considera que a este panorama de barbarie se le suma que en el sur del país, especialmente en el Cauca, ingresaron carteles mexicanos, con sus respectivas simbologías violentas.

Para entender un poco más el panorama, Yusti dice que esta dinámica hace parte de una agenda criminal de grupos delincuenciales que buscan tomarse puntos estratégicos del Valle del Cauca, ante la pérdida de poblaciones como El Plateado, claves para el desarrollo de la actividad del narcotráfico.

"Lo más grave que tenemos en el Valle del Cauca son los cuatro puntos cardinales donde se están librando grandes disputas: Jamundí y su zona rural, que ya la perdimos y estamos esperando a que el Gobierno Nacional decida pasar a la ofensiva, tal como lo ha hecho la gobernadora Dilian Francisca Toro; Buenaventura, donde el recrudecimiento de la violencia significaría la ruptura entre la paz mafiosa entre Shottas y Espartanos; la del centro del Valle, donde delinquen 'oficinas' como 'La Inmaculada', que pese a ser una estructura enfocada a la extorsión, tendría nexos con otras bandas para extender su alcance hasta municipios como Buga, y el Clan del Golfo, que estaría reposicionándose en el norte del Valle y haciendo alianzas con grupos armados", explica Yusti.

Ante este panorama, considera que las autoridades están preocupadas por este hecho que puede ser considerado como una retaliación por parte de bandas, o una agenda del crimen organizado orientada a profundizar el control territorial en el centro del Valle del Cauca.