Las nuevas autoridades sirias efectuaron este jueves una operación contra milicias fieles al depuesto presidente Bashar al Asad en el oeste del país luego de una serie de manifestaciones alauitas en contra de los rebeldes que derrocaron al régimen.
Específicamente, dijeron que reforzarán la seguridad en Damasco y en las gobernaciones de Homs (norte), Tartus y Latakia (oeste), en medio de un toque de queda, tras protestas y enfrentamientos que dejaron unos 17 muertos.
Los recientes choques entre ambas facciones han despertado la preocupación de la comunidad internacional, especialmente de la Liga Árabe compuesta por los países vecinos a Siria, quienes creen que estos hechos podrían desencadenar un enfrentamiento mayor.
¿Quiénes son los alauitas y por qué protestan?
Siria es un país de mayoría suní con alrededor de un 10 % de alauitas, creyentes de una fe derivada del chiísmo y concentrados en los feudos de los Al Asad en la costa mediterránea. Aunque los insurgentes islamistas que derrocaron al régimen han prometido respetar a las minorías, muchos tienen miedo.
De acuerdo con el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), miles de personas protestaron el miércoles en distintas zonas, entre ellas Tartús, Jableh y Latakia, en el oeste del país, y en Homs, la tercera ciudad más grande de Siria.
Las protestas fueron espoleadas por la indignación tras la difusión de un video que muestra un ataque contra un santuario alauita en Alepo, al norte del país.
¿Qué dicen las autoridades?
Tras avisar que "golpearán con puño de hierro a cualquiera que se atreva a desestabilizar o crear caos en Siria", las autoridades de seguridad del Gobierno interino afirmaron en sendos comunicados el refuerzo de la seguridad.
Sin embargo, dicen que los videos que provocaron las protestas son viejos y lo que buscan es sembrar la discordia.
El Ministerio del Interior asegura que el video era "antiguo", y fue grabado durante la toma de Alepo por los rebeldes a inicios de diciembre.
"El objetivo de circular estas imágenes es sembrar la discordia entre el pueblo sirio" añadió, acusando a "grupos desconocidos" de difundir de nuevo las imágenes.
¿Por qué puede haber un conflicto amplio?
Las nuevas autoridades han multiplicado los gestos conciliadores hacia todas las minorías del país tras más de 13 años de una guerra civil devastadora, desencadenada en 2011 tras una brutal represión de manifestaciones contra Al Asad.
"De momento, escuchamos los llamados a las calma (...) Pero la situación puede explotar", dijo Ghidak Mayya, un manifestante de 30 años en Latakia.
Tras la huida a Moscú de Bashar al Asad, hay miembros de la minoría alauita que se han alegrado por su caída, pero temen sufrir represalias.
Fabrice Balanche, politólogo francés y experto el Oriente Medio, estima que la comunidad alauita representa un 9 % de la población siria, alrededor de 1,7 millones de personas.
"Los alauitas estaban muy cerca del régimen de Bashar", explicó. "Corren el riesgo de sufrir una venganza colectiva contra ellos, especialmente porque que los islamistas los consideran herejes".
A propósito, la Secretaría General de la Liga Árabe también enfatizó la necesidad de que todas las partes respeten "la soberanía, la integridad territorial y la estabilidad de Siria", y que "se restrinjan las armas al Estado, se disuelvan cualquier formación armada y se rechacen las intervenciones extranjeras desestabilizadoras".