Para muchas personas, el objetivo principal y la finalidad de estar en una relación es la de encontrar un nivel de felicidad extremo. Esta creencia se ha hecho muy popular por la manera en la que se ha mostrado en las películas y redes sociales, en las que se idealiza el amor como el estado continúo de alegría.
Conforme a los criterios de
Aunque para muchos esto no podría significar un problema real con su pareja, en realidad podría generar frustración y expectativas incumplidas, muchas veces por esperar el alcance de un sentimiento constante que muchas veces resulta imposible de lograr.
Una relación debe estar preparada siempre para vivir tanto momentos buenos, como difíciles durante el tiempo que ambas personas decidan estar juntos. Así podrán asegurarse el uno al otro que están dispuestos a crecer de la mano como seres que a veces son complejos o complicados.
Si usted tiene la creencia de que merece ser feliz siempre dentro de su relación, es posible que sin notarlo se esté estableciendo algunas expectativas poco realistas del cómo debe darse todo dentro de una relación. Esto podría ocasionar presiones, decepciones y un resentimiento cuando surgen las dificultades normales en este tipo de vínculos.
Una relación debe basarse en el aprendizaje mutuo y constante, el sentirse satisfechos con el presente sin que les importen las circunstancias que deban atravesar y así estar conscientes de que su pareja también puede tener problemas y esto genera algunos inconvenientes en la relación.
El psicólogo Jeffrey Bernstein, plantea tres razones por las cuales usted no debería idealizar el amor como un estado de alegría absoluta y constante.
- La felicidad no es una garantía.
Para muchas personas el sentimiento de felicidad se asemeja en gran nivel al de satisfacción y es desde esta confusión que surgen muchas ideas equivocadas de cómo se concibe la alegría en una relación. Esto porque la felicidad es un sentimiento que se influencia por demasiados factores exteriores y el hecho de no sentirlo, no significa que su pareja no lo haga sentir satisfecho con el cómo transcurre todo a su lado.
“ Las relaciones saludables implican momentos de frustración, desafíos e incluso aburrimiento. Esperar una felicidad ininterrumpida es poco realista y te prepara para el fracaso”, afirma Bernstein. Esto también le impedirá atravesar de manera sana y adecuada los momentos difíciles que impone muchas veces el estar en una relación de pareja.
Es importante reconocer que cada ser humano es diferente, vive las circunstancias de la vida de forma distintas a cualquiera y pasa problemas individuales que pueden llegar a afectar como persona y le impida brindar de manera adecuada los sentimientos de felicidad que se necesitan.
Esto no significa que su pareja sea mala con usted o que no sea capaz de hacerle feliz, simplemente quiere decir que como todo individuo está atravesando momentos de dificultad y es algo que la ayudará a evolucionar y así podrá aportar de manera más eficiente a la relación.
- La felicidad es un subproducto, no un objetivo.
Lo que más claro se debe tener al iniciar un vínculo afectivo con una pareja es que el objetivo de ello no debe ser la felicidad. En lugar de pensar de esta manera, es importante tener en cuenta que los aspectos más importantes en una relación es lograr la comprensión y el respeto mutuo entre los dos.
La alegría es un subproducto que nace del respeto, el amor y el crecimiento personal de cada una de las personas que componen el vínculo de pareja. Es por esto que es más esencial enfocar su esfuerzo en mantener una relación constructiva y sana.
ERIKA LUCIA IBAÑEZ GARCIA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO