Explicativo
Este utensilio para fregar suele contener residuos de comida, por lo que crea un ambiente ideal para las bacterias.
Las esponjas crean ambientes ideales para la propagación de bacterias. Foto: iStock

06.06.2025 18:00 Actualizado: 06.06.2025 18:00
La esponja de cocina es un utensilio de limpieza utilizado por las personas para lavar platos, fregar ollas y limpiar diferentes superficies. Además, al estar elaborada con un material esponjoso de tipo sintético o natural es más fácil remover la suciedad.
Sin embargo, su capacidad de absorción puede convertirse en un problema, especialmente si se usa una sola para realizar varias actividades en el hogar, debido a que suele contener residuos de comida y humedad que permite la proliferación de bacterias.
Las esponjas acumulan restos de comida. Foto:iStock
De acuerdo con una investigación realizada por el Norwegian Institute of Food, Fisheries and Aquaculture Research, las esponjas de cocina albergan una gran cantidad de microorganismos que supera la población mundial.
Si bien muchos de los microbios presentes en el utensilio resultan ser inofensivos para los seres humanos, existen otros como la salmonela, que crecen y sobreviven a diario al estar constantemente en contacto con detergentes y agua.
Ante esto, Trond Møretrø, científico y autor del estudio, destacó que en la mayoría de casos las bacterias que se encuentran dentro del elemento pueden propagarse a las manos de las personas, las superficies de la cocina y otros objetos del espacio.
Conforme a ello, el experto señaló que no importa la manera en la que los consumidores manipulan o desinfectan las esponjas, ya que esto no evita que la humedad y los residuos influyan en la aparición de microbios.
El material de la esponja es importante para reducir la propagación de bacterias. Foto:iStock
¿Es posible lavar la loza sin esponjas?
Tras realizar varios análisis sobre la utilidad del utensilio limpiador en comparación con otros, los investigadores encontraron que los niveles de bacterias en los cepillos para cocina eran menores.
Sumado a esto, lograron evidenciar que al añadir la salmonela en ambos objetos, los microorganismos desaparecieron del instrumento hecho a base de bambú y cerdas naturales, debido a que este pudo secarse durante la noche.
Lo ideal es dejar secar la esponja entre cada uso. Foto:iStock
En ese sentido, el científico a cargo del estudio resaltó la capacidad que tiene el cepillo para eliminar la humedad y lo beneficioso que resulta el mango que tiene, ya que evita que el agua y los detergentes entren en contacto con las manos.
A pesar de ello, Cath Rees, profesora de microbiología de la Universidad de Nottingham y participante de la investigación, señaló que es posible seguir utilizando esponjas para lavar la loza, siempre y cuando estas sean debidamente secadas después de cada uso.
STEPHANY GUZMÁN AYALA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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