El miércoles 2 de abril entraron en vigor los aranceles de al menos 10 por ciento que impuso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a todos los países. En medio del impacto a nivel mundial y las repercusiones en los mercados, los analistas analizan cómo afectará la medida en los empleos del país norteamericano.
Si bien el líder republicano argumenta que estos aranceles fortalecerán la "posición económica internacional" de EE. UU. y protegerán a los trabajadores estadounidenses, expertos consultados por la agencia de noticias Associated Press estiman que estos impuestos podrían agravar las desigualdades y contribuir al desempleo.
Gustavo Flores-Macías, profesor de gobierno y políticas públicas en la Universidad de Cornell, le comentó a la agencia: "No se trata solo de la disminución de precios y poder adquisitivo. A medida que los aranceles comiencen a afectar la economía, los empleos de las familias de bajos ingresos serán a menudo los primeros en desaparecer".
La situación se agravará si las empresas sufren pérdidas de beneficios o cambian sus fuentes de suministro, un hecho inevitable con el aumento de costos en los bienes importados y, por consiguiente, en los precios en el mercado. Como consecuencia, esto podría implicar despidos y una reducción en los ingresos.
En este factor coincide la economista Susan Helper, quien le manifestó a AP las pocas posibilidades de que los aranceles aumenten los salarios en el país: "No hay suficiente certidumbre para que las empresas inviertan y creen nuevos y mejores empleos".
Los aranceles impuestos por Donald Trump podría afectar el empleo en Estados Unidos. Foto:iStock
¿Los consumidores de Estados Unidos también saldrán afectados por los aranceles?
Según un análisis de BBC, los aranceles también afectarán el bolsillo de los consumidores americanos ante el aumento de precio de una variedad de bienes importados. Los artículos afectados van desde la ropa y el café hasta los productos electrónicos y la reparación de un automóvil.
A su vez, las empresas podrían decidir importar menos bienes extranjeros o dejarlos de importar por completo en un futuro cercano, lo que también implica que los artículos disponibles se vuelvan más caros.