El cantante britanico Paul Andrews, conocido internacionalmente como Paul Di'Anno es uno de los vocalistas más reconocidos del heavy metal, pues desde finales de la década de los 70 fue el vocalista principal de Iron Maiden.
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El vocalista, de 66 años de edad, falleció este 21 de octubre en su casa, ubicada en la ciudad de Salisbury, Inglaterra. Conquest Music, su sello musical, fue el encargado de compartir la noticia con el mundo, ya que, en los últimos años, Paul Di'Anno se enfrentó a diversos problemas de salud.
En el comunicado, Conquest Music dijo que: “A pesar de haber sufrido graves problemas de salud en los últimos años que lo restringieron a actuar en silla de ruedas, Paul continuó entreteniendo a sus fanáticos de todo el mundo, acumulando más de 100 shows desde 2023”.
Paul Di'Anno logró triunfar en el mundo entero, pues tras su llegada a Iron Maiden, en 1978, se posicionó en las listas más importantes del mundo, pues los discos ‘Iron Maiden’ y ‘Killers’, la agrupación de heavy metal británica, alcanzó la fama.
Sin embargo, en medio del éxito y reconocimiento mundial, Paul Di’Anno fue expulsado de la agrupación debido a sus problemas con el alcohol y las drogas, los cuales le desgastaron física y psicológicamente.
Luego de abandonar la agrupación que lo llevó a la cima del éxito, Paul Di'Anno continuó su carrera en la industria musical, pues integró otras bandas de heavy metal como ‘Paul Di’Anno’s Battlezone’ y posteriormente ‘Killers’, para después convertirse en solista.
Se ha sabido, que durante los últimos años, el cantante inglés se enfrentó a diferentes problemas de salud, que incluso lo llevaron a cantar en silla de ruedas.
En una entrevista concedida el pasado mes de septiembre a Stonehead Festival, Paul Di’Anno confesó cómo estaba viviendo su recuperación tras someterse a una operación de rodilla dos años antes.
“Está mejorando muchísimo. El único problema es, y me entristece decirlo, con mi propio país, que aquí el NHS [Servicio Nacional de Salud], es una mi****. Está completamente roto. Me voy, y llego con el linfedema que tengo aquí, es como si estuviera todo lleno de líquido... Dos horas con un equipo médico en Croacia y me lo han quitado”, narró.
Contó que además tuvo que pasar largos periodos de tiempo internado en centros médicos: “Me llenaron de antibióticos. Pasé ocho meses en el hospital. Así que la última parte del tratamiento, la banda fue realmente genial: pagaron los tratamientos de los últimos dos meses, lo cual fue bueno. Estaré eternamente agradecido por eso”.
ALEJANDRA HERNÁNDEZ TORRES
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO