Las algas marinas, plantas acuáticas que crecen en ambientes salinos, son mucho más que un ingrediente exótico en la cocina asiática. En las culturas del Pacífico y Asia, se trata de un componente esencial de la dieta diaria, y su popularidad está en aumento en todo el mundo debido a sus beneficios nutricionales.
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En principio, es importante mencionar que ofrecen un perfil nutricional notablemente beneficioso. En general, son bajas en calorías, grasas y azúcares, pero ricas en minerales y vitaminas esenciales. Por ejemplo, las algas pueden ser una excelente fuente de hierro, magnesio y yodo, vitales para la salud ósea, la producción de energía y la función tiroidea, respectivamente. Además, aportan vitaminas A, C y K, fundamentales para la salud ocular, el sistema inmunológico y la coagulación de la sangre.
Los ácidos grasos omega-3, como el DHA y el EPA, también están presentes en algunas algas, lo que proporciona beneficios cardiovasculares y cognitivos. La fibra contenida en las algas ayuda a la digestión y al control del azúcar en sangre, mientras que los fitoquímicos como los polifenoles y carotenoides actúan como antioxidantes, combatiendo el daño celular y la inflamación.
El portal citado menciona que los fitoquímicos presentes también podrían tener efectos protectores contra ciertos tipos de cáncer, aunque se requieren más investigaciones para confirmar estos efectos. Por otro lado, el yodo en las algas es importante para una función tiroidea adecuada, que regula el metabolismo y la energía.
Además, la fibra y los compuestos bioactivos pueden ayudar a mantener los niveles de glucosa en sangre, apoyando así el control del azúcar en sangre. No obstante, es importante tener en cuenta que algunas algas pueden tener un alto contenido de sodio y yodo, y podrían absorber metales pesados si se cultivan en aguas contaminadas.
Cómo incorporar algas marinas en su dieta
Agregar algas marinas a su dieta puede ser sencillo y variado. Puede comenzar con snacks de algas secas, como las láminas de nori, que son crujientes y nutritivas. Para platos cocinados, puede remojar algas secas y añadirlas a caldos y sopas para enriquecer el sabor y aumentar el valor nutricional.
También se pueden incorporar en ensaladas. Simplemente mezcle algas rehidratadas con aceite de sésamo y vinagre de vino de arroz, y agréguelas a vegetales frescos. Para una experiencia culinaria más elaborada, use nori para envolver arroz y pescado, creando sus propios rollos de sushi en casa. Además, puede añadir algas a platos de fideos y guisos, o saltearlas con ajo para un acompañamiento saludable.