Papa Francisco y su natal Argentina, una relación compleja desde los Kirchner hasta Javier Milei

hace 5 horas 17

Porteño de pura cepa y testigo muy atento a las circunstancias políticas que vivió Argentina desde la mitad del siglo XX, Jorge Mario Bergoglio mantuvo durante su pontificado una relación compleja con el país que lo vio nacer y al que nunca regresó.

Las mayores tensiones se presentaron en sus vínculos con el poder y sus agentes de turno, más que en el diálogo y la comunicación gestual con la enorme base de creyentes que adhirió a su sensibilidad pastoral.

Muchos de sus detractores, incluso, reconocen que el papa Francisco es quizás la figura más trascendente de Argentina de este tiempo. Su llegada al trono de San Pedro marcó una bisagra, que dividió su vida en dos etapas bien diferenciadas y desiguales en extensión.

Papa Francisco en silla de ruedas

Papa Francisco en silla de ruedas Foto:AFP

Hasta los 76 años, Bergoglio ejerció su ministerio e influencia en ámbitos de alcances más reducidos, como la Compañía de Jesús y, más tarde, la Iglesia porteña, al ser designado arzobispo de Buenos Aires en 1998, con la posterior proyección que le dio la presidencia del Episcopado, entre 2006 y 2011.

En todo ese periodo, la política argentina lo consideró un actor secundario de la escena nacional, si bien cuando fue superior provincial de los jesuitas se arriesgó: albergó y protegió en el Colegio Máximo de San Miguel a perseguidos políticos de la dictadura militar y transportó él mismo a personas, a escondidas, mientras atravesaba puestos de control de la zona de Campo de Mayo.

Amalia Damonte y Jorge Mario Bergoglio

Amalia Damonte y Jorge Mario Bergoglio Foto:Archivo Particular

Su elección como Papa el 13 de marzo de 2013 lo colocó en lo más alto del escenario internacional, lo que potenció su liderazgo, a la vez que generó reacciones adversas en algunos sectores por la impronta social que le imprimió a su pontificado.

Puertas adentro de la Iglesia argentina, el pontificado de Francisco tuvo una influencia decisiva en la preeminencia de la dimensión pastoral, con la construcción de una iglesia más abierta, una presencia más intensa en el campo social y nuevos temas en la agenda de prioridades, como la atención de los excluidos, marginados y refugiados y el “cuidado del medioambiente y la casa común”, un legado de la encíclica papal programática Laudato si.

El papa está "un poco resfriado", pero su actividad continúa regularmente.

El papa Francisco. Foto:Alessandro Di Meo. EFE

En los nombramientos de obispos priorizó la designación de sacerdotes con experiencia pastoral e impronta social. Asimismo, hubo una renovación de estilos en el elenco episcopal.

Además, el papa Francisco se llevó a Roma para conducir el estratégico Dicasterio para la Doctrina de la Fe al arzobispo Víctor Manuel Fernández, teólogo de su más estrecha confianza y también designado cardenal, que por expresa indicación de Francisco viene llevando adelante una política que tiende a evitar medidas canónicas extremas, como los tradicionales castigos a sacerdotes y teólogos por errores doctrinales.

La 'fría' relación del papa con los gobiernos argentinos en turno

A su llegada al "trono de Pedro", el pontífice argentino tuvo claro que uno de sus objetivos era la lucha contra la pederastia en el seno de la Iglesia y la escucha a las víctimas.

Papa Francisco. Foto:AFP

Si bien durante su adolescencia concurrió una vez con su hermano a una unidad básica del peronismo y ambos fueron saludados en persona por Eva Perón, Francisco negó haber tenido familiaridad ni simpatía por ese movimiento político.

En la etapa en que el kirchnerismo (2003-2015), Bergoglio era considerado “un enemigo” por Néstor Kirchner. Los cruces llevaron a que el Gobierno promoviera la celebración de los Tedeum del 25 de Mayo fuera de Buenos Aires, para evitar las homilías críticas del arzobispo. Cristina Kirchner, ya en su segundo mandato presidencial, saludó en marzo de 2013 la elección de un “papa latinoamericano”, sin mencionarlo por su nombre.

Fuertes tensiones se habían vivido, por ejemplo, en ocasión del debate por la ley del matrimonio igualitario, en julio de 2010, cuando el kirchnerismo respaldó una propuesta de organizaciones LGBTIQ+.

Marcha de orgullo en 2019 en Bogotá.

El tema de los matrimonios igualitarios fue un debate. Foto:Jaime Moreno / EL TIEMPO

Bergoglio era partidario de aceptar el reconocimiento de la unión civil, pero en el Episcopado prevaleció una postura de rechazo más confrontativa, que llevó a la Iglesia a una derrota.

Y es que Francisco fue un líder inmanejable para la dirigencia política, a pesar de que muchos viajaron a Roma para fotografiarse junto a él.

El gobierno de Mauricio Macri impulsó la creación de un juicio en ausencia para los responsables del atentado de la AMIA, pero no ha habido avances.

Mauricio Macri. Foto:Getty Images

Los cuatro presidentes argentinos que coincidieron con su pontificado –Cristina Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y Javier Milei- intentaron acercamientos, tuvieron fricciones y no lograron encauzar una relación armónica, en un contexto de fuerte crecimiento de la pobreza en la Argentina, que pasó del 27,4 % al 52,9 %, aunque las proyecciones para la próxima medición pronostican un descenso al 36,8 por ciento en el primer año del gobierno de Milei.

La relación con Mauricio Macri se caracterizó por la frialdad y distancia. Asimismo, con Alberto Fernández se congeló luego de la pandemia del covid-19 y de la sanción de la ley del aborto en Argentina.

El encuentro fue celebrado por la Oficina de Presidencia argentina.

Javier Milei y el papa Francisco. Foto:X: @OPRArgentina

Los distanciamientos también caracterizaron la relación con el gobierno de Javier Milei, quien durante su campaña presidencial fue muy crítico de Francisco y llegó a referirse a él como “el representante del maligno en la tierra”, modificó su tono tras su llegada a la Presidencia en diciembre de 2023 e incluso mantuvo un cordial encuentro con el papa en el Vaticano en febrero de 2024.

El presidente argentino, al expresar su pesar por del primer papa argentino, destacó su “incansable lucha para proteger la vida desde la concepción” y su voluntad de “llevar austeridad a la Santa Sede”, en clara referencia a algunas de sus premisas gubernamentales.

Asimismo, anunció que decretará siete días de duelo.

El papa fue cercano, en cambio, el vínculo con el dirigente social Juan Grabois, a quien le reservó un lugar en los encuentros con dirigentes de movimientos populares, donde predicó el desafío de las tres T:: techo, tierra y trabajo, una guía para las organizaciones sociales.

Cristina Kirchner.

Cristina Kirchner. Foto:AFP

Días antes de compartir el último encuentro con Grabois, Francisco recibió en la residencia de Santa Marta a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, semanas después de que la Iglesia denunció la falta de distribución de alimentos en comedores comunitarios.

En cualquier caso, la grieta con los dirigentes políticos profundizó las diferencias y frustró un viaje a su natal Argentina, largamente esperado por los católicos y por el propio pontífice, como él mismo declaró en varias entrevistas.

La posibilidad más firme fue a fines de 2017, cuando Francisco programó una visita a Chile, pero Argentina no fue incluido en la agenda y eso acentuó la desilusión de muchos dentro y fuera de la Iglesia.

Se dio, así, la paradoja de que se escucharan críticas en las propias filas católicas, mientras sectores habitualmente críticos de la Iglesia, especialmente por la actuación de los obispos durante la dictadura militar, celebraran los mensajes del Papa en materia social.

Leer Todo el Artículo