La vida está llena de sacrificios, y algunos marcan de manera especial tanto a quienes los realizan como a quienes los inspiran. Este fue el caso de Earl Guynes, un hombre de Mesquite, Texas, que en 1982 vendió el auto de sus sueños para garantizar el bienestar de su familia. Décadas después, su hijo, Jared Guynes, decidió recompensar aquel gesto con un regalo inolvidable.
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Un Camaro que simbolizaba sueños y aspiraciones
Earl tenía solo 22 años cuando adquirió su auto ideal, un Chevrolet Camaro de 1967. Este vehículo no solo representaba una meta alcanzada, sino también una fuente constante de emociones y recuerdos imborrables.
“Era ruidoso y la gente siempre te miraba y siempre veías a alguien mirándote de reojo. Era algo genial, algo divertido de hacer, ¿sabes?”, relató Earl en una entrevista con 'NBC 5 DFW'. Sin embargo, aquel ícono de su juventud quedó atrás cuando sus prioridades cambiaron.
En 1982, contrajo matrimonio con Mona, su novia, y se convirtió en padre de Jennifer. Dos años más tarde, nació su hijo Jared, lo que lo llevó a tomar una decisión difícil: deshacerse de su preciado Camaro para cubrir los gastos de pañales y otras necesidades familiares.
“Yo solía burlarme bastante de Jared diciéndole: ‘Yo tenía un coche como ese de ahí’. Y yo le decía: ‘Sí, lo dejé ir por dinero para pañales. Tú necesitabas pañales y eso fue lo que le pasó a ese coche’”, recordó Earl.
El impacto del sacrificio en su hijo
Jared creció escuchando la historia de aquel sacrificio, aunque inicialmente no le creía a su padre. “Pensé que estaba mintiendo porque eso es exactamente lo que te diría un tipo con camiseta sin mangas y miniván. Algo así como: ‘Esto no es normal. Estoy en esta miniván por las circunstancias. Solía tener un Camaro’. Yo le respondí: ‘Mmm. Solía tener un Camaro’. Es como el tipo del bar hablando del campeonato de la escuela secundaria o algo así”, señaló Jared.
Con el paso del tiempo, Jared comprendió la magnitud de lo que su padre había hecho y decidió que algún día devolvería el Camaro a su vida. En 2021, tras un año exitoso en su carrera, consideró que había llegado el momento adecuado para hacerlo realidad.
“En lugar de saldar deudas o invertir o hacer algo responsable, hice lo que cualquier hombre haría. Empecé a buscar un auto genial, pero este en concreto. Quería empezar la búsqueda para recuperar el auto de mi padre o acercarme lo más posible a él”, comentó Jared. Aunque no había registros de la venta original del Camaro, se dedicó a buscar un modelo similar.
Durante 12 meses recorrió distintos puntos del país y, en 2022, encontró un Camaro azul marino a solo 112 kilómetros de su hogar. A pesar de estar en malas condiciones, Jared decidió restaurarlo en completo secreto. Durante dos años trabajó en el vehículo, con el propósito de entregarlo en el 65° cumpleaños de su padre.
El gran día llegó este año, cuando Jared organizó una fiesta sorpresa y contó con la ayuda de un mago para revelar el auto restaurado. La emoción de Earl al ver el Camaro fue indescriptible. Aunque no era exactamente el mismo que tuvo en su juventud, para él era incluso mejor. “Es imposible no llamar la atención dondequiera que vayas”, expresó emocionado.
Ahora, Earl disfruta nuevamente de su sueño sobre ruedas, agradecido por el sacrificio de años pasados y el amor de su hijo, quien supo transformar una historia de renuncia en un gesto de profunda gratitud.
Oscar Guerrero Tello
El Comercio (Perú) / GDA.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.