Quienes por estas semanas han visto Paddington en Perú, la tercera película que protagoniza este personaje animado por computador, han podido apreciar las peripecias que el oso andino debe sortear en ríos, bosques y montañas que, para la cinta, fueron cuidadosamente escogidas en Colombia.
Esta es una de las múltiples producciones extranjeras que han traído unos 2,7 billones de pesos en los últimos cinco años, y una suma superior desde la vigencia de la Ley 1556 del 2012, conocida como Ley Filmación Colombia.
El número de proyectos viene en aumento y, por ejemplo, para fines de este año o comienzos del próximo se espera el estreno de la segunda temporada –en la BBC (en el Reino Unido) o en Prime (en el resto del mundo)– de la serie The Night Manager (El Infiltrado) que de las escenas iniciales en su primera temporada en Egipto salta a Nilo (Cundinamarca) y otros lugares del país.
En la producción protagonizada por Tom Hiddleston (Loki) y Hugh Laurie (Dr. House) interviene la firma colombiana AG Studios, la misma que hizo posible la filmación de la parte colombiana de Paddington, que se rodó, además, en Londres y Perú.
Cómo atraer inversión para que extranjeros filmen en Colombia
La Ley de Filmaciones estableció la entrega de incentivos en efectivo, con los respectivos mecanismos de certificación de que los recursos tienen su origen en el exterior previstos en los procedimientos.
Posteriormente, el Plan de Desarrollo del gobierno de Iván Duque, expedido en el 2019, incluyó estímulos tributarios. De 9 producciones extranjeras hechas en Colombia en el 2014, que trajeron 31.000 millones de pesos, se pasó a 33 proyectos el año pasado, que significaron una inversión de 554.000 millones de pesos, dice Silvia Echeverri, directora de la Comisión Fílmica de Colombia.
Además de los estímulos tributarios, dentro de los ajustes del 2019, el Plan de Desarrollo amplió el alcance para atraer también la producción de series, videoclips, videojuegos y comerciales. Entre tanto, para el estímulo tributario, se crearon los Certificados de Inversión Audiovisual en Colombia (CINA), que no afectan el Presupuesto Nacional y, por lo tanto, el sector audiovisual cuenta con esta herramienta que no está sometida a vaivenes de la coyuntura fiscal.
De esta forma, quien escoge a Colombia para hacer su producción puede recibir un 35 por ciento de lo invertido en títulos del incentivo CINA que se negocian en el mercado, y se usan para que los tenedores de los certificados puedan pagar impuestos de renta en los próximos años.
De acuerdo con un estudio de la firma Econometría, por cada peso de un certificado CINA, han ingresado a la economía nacional, como inversión extranjera, 2,86 pesos. Así, si se cruza el costo del incentivo mediante los certificados con lo que recibe el Estado por IVA, Industria y comercio, aportes de seguridad social, 4 X 1.000 y demás contribuciones, hay una ganancia del 11 por ciento para las diferentes instancias del Estado, según la estimación de ese estudio.
El balance que hace Econometría encuentra que entre el 2020 y el 2024 hubo 135 proyectos en total que generaron 2,7 billones de pesos de inversión en el país.
Los certificados que se entregan como estímulo tuvieron un costo de 797 mil millones de pesos. Así mismo, entre el 2020 y el 2023, los proyectos significaron que en el país se pagaran 442.969 noches de hotel y 21.218 tiquetes aéreos.
En ese lapso, el país fue anfitrión para 107 producciones de Estados Unidos, 11 de España, 5 de México y 5 de Ecuador. En términos de empleo, en el 2022 por ejemplo hubo 23.053 puestos, 4.810 de ellos directos, 17.034 indirectos y 1.209 de contratistas. Entre los contratistas se destacan prestadores de servicios de transporte, financieros, de maquinaria y equipos y de construcción.
Dentro de la amplia gama de labores que se desempeñan, el estudio de Econometría encontró que la mayor remuneración se registró en el 2020, que traída a precios de la actualidad equivale a 2,3 millones de pesos diarios en promedio para directores de las filmaciones.
La Ley también ha sido importante para mantener presencia permanente de inversiones. Por ejemplo, Paramount, propietaria de MTV, mantiene su inversión en los estudios TIS (antiguos estudios Telecolombia).
Compañías colombianas que buscan negocios y plataformas que buscan aliados
De acuerdo con Cristina Echeverri, directora ejecutiva de AG Studios, cuando las compañías extranjeras piensan en Colombia para hacer sus rodajes, hacen primero acercamientos con las empresas nacionales con las que podrían trabajar en la producción.
Las compañías colombianas envían imágenes de posibles locaciones. Luego, la empresa extranjera revisa la viabilidad, en términos de esas locaciones, envía personas de su equipo para verlas directamente e, incluso, al director. Y, por supuesto, también revisan los beneficios que brinda la Ley 1556.
Otro momento del rodaje de 'Paddington en el Perú' en locaciones colombianas. Foto:Cortesía AG Studios
Compañías como AG Studios, que por su trayectoria ya son reconocidas en el mercado internacional, tienen la suerte de ser buscadas, y para ello son claves las referencias de clientes anteriores sobre todo por cumplimientos en tiempos y en el presupuesto. Otras compañías que están trazando su propio camino asisten a ruedas de negocios en las que se dan a conocer para ofrecer sus servicios.
Además de The Night Manager o Paddington, AG ha ejecutado 150 millones de dólares en producciones como las temporadas 2 y 3 de La Reina del Sur, de Telemundo con NBC y exhibida en Netflix, o la temporada 2 de Jack Ryan, de Amazon, en la que el 80 por ciento de la ejecución se hizo en Colombia, según la directora ejecutiva.
Producciones audiovisuales con capital extranjero y con sabor nacional
Si bien las producciones son extranjeras, dentro de los títulos hay varios que corresponden a realizaciones con ideas, talento y temas colombianos como por ejemplo las series Primate, Perfil falso o La primera vez, con servicios en Colombia de The Media Pro Studio, AG Studios y Caracol TV, respectivamente.
Lo anterior se da porque las plataformas buscan proyectos colombianos, que desarrollen temas que el público en el país sienta como propios pero que, a la vez, puedan tener atractivo en un mercado global.
Mientras las plataformas buscan proyectos colombianos, las empresas nacionales están tras la financiación de sus ideas e iniciativas, y lo terminan conversando y negociando con las plataformas.
En uno de los modelos posibles, el negocio se cierra cuando las plataformas compran el proyecto y obtienen la propiedad intelectual.
En otro modelo, de licenciamiento, la directora de la Comisión Fílmica explica que las plataformas se comprometen a pagar en el futuro por el proyecto, una vez esté listo, lo que exige a quien hace la producción conseguir financiación mientras tanto a través de inversionistas o créditos.
Otra posibilidad para el aprovechamiento de la Ley 1556 es la de que en Colombia, compañías del país vendan servicios de producción a iniciativas extranjeras. Por ejemplo, Netflix decide hacer la serie Cien años de Soledad, luego de obtener los derechos negociando con los herederos de Gabriel García Márquez, y en el país encuentra las empresas que le suministran los servicios necesarios para el rodaje.
En este caso, se trata de un proyecto de tales dimensiones que representó el 25 por ciento del presupuesto del 2024 para la aplicación de la Ley de Filmaciones. Para la ejecución del año pasado se habían presupuestado 300.000 millones de pesos, de los cuales se ejecutó el 60 por ciento. Entre tanto, el cupo disponible este año es de 235.000 millones.
Entre tanto, de cara al 2025, la Comisión Fílmica esperaba revisar 4 postulaciones, y se miraba con expectativa el efecto de los incendios en los alrededores de Los Ángeles en posibles retrasos de la dinámica del sector. Así mismo, hay perspectivas de que aumente el interés en la producción en el país de videoclips y comerciales.
El efecto en las comunidades de un oso de película
En el caso de Paddington en Perú, dice Cristina Echeverri, directora ejecutiva de AG Studios, los británicos necesitaban filmar en escenarios naturales, sin personajes reales, y sobre esas escenas luego debían montar las imágenes de animación.
Como en otros proyectos, la firma colombiana se encargó de la contratación, entre otros, de soluciones logísticas, de hoteles, alimentación o transporte de diversa naturaleza como, por ejemplo, desplazamientos en embarcaciones.
La claqueta en la producción de 'Paddington en Perú', antes del inicio de una toma con dron. Foto:Cortesía AG Studios
Allí, la firma nacional también se encarga de garantizar la seguridad física, de estar pendientes de temas de salud, en las condiciones de calor de la locación, en donde también el equipo de filmación debe navegar por ríos minimizando los riesgos.
Así, en Paddington, hubo acercamientos con las comunidades locales para que fueran quienes suministraran la alimentación o el transporte fluvial, haciendo acuerdos con cooperativas de lancheros, de manera que se garantizara la idoneidad en estos servicios.
“Igualmente –dice la directora ejecutiva–, hicimos programas de capacitación en primeros auxilios, en actividades acuáticas, a algunos miembros de las distintas comunidades, y capacitaciones especiales en actividades de rafting y cayacs con nuestros especialistas, con el fin de generar aprendizajes locales y que en el futuro estas personas pudieran prestar sus servicios a otras producciones. Igualmente, generamos donaciones con el propósito de ayudar a algunas escuelas”.
Paddington requirió de 8 semanas en total de trabajo en Colombia, durante el 2023: tres de preproducción y cinco de rodaje, con “un gasto aproximado de 2,5 millones de dólares por servicios y bienes adquiridos en los diferentes municipios donde filmamos, a través de gastos de hotelería, proveedores de bienes, servicios, alimentación, alquileres, pagos al equipo técnico colombiano, etc.”, dice la ejecutiva
La tecnología de rodaje desplegada en medio de la naturaleza colombiana. Foto:Cortesía AG Studios
Junto a las 123 personas del equipo técnico colombiano estuvieron 39 personas del equipo extranjero, y 72 proveedores entre empresas y personas.
Durante la hora y tres cuartos que dura Paddington, las aventuras transcurren por el río Samaná, en San Luis, Antioquia; los chorros de Tapartó, en el mismo departamento; el Cerro Gotilludo, en La Dorada (Caldas), departamento en el que también están en 18 partes diferentes del río La Miel, en Norcasia. En Cundinamarca, aparecen en el cañón del Río Negro, en Tobia. En La Guajira, en Palomino, y en Magdalena, en la quebrada Valencia, en el río Don Diego, y en la La Tagua, en Santa Marta. En Santander, hay escenas en Florián, Ventanas de Tisquizoque, la cascada San Juan Curí, Páramo, y la cascada El Cáliz, de San Gil. Y en el Tolima, en la represa de Prado.
De acuerdo con la directora de AG, “accedimos a filmar en sitios cuyos paisajes pocas veces son mostrados al mundo, con accesos difíciles que generaron alta complejidad en los desplazamientos (2 horas de ida y 2 horas de vuelta, en algunos casos, hasta los sets) con terrenos de difícil acceso, pero que a nivel artístico dejaron satisfechos a nuestro cliente y muestran al mundo los bellos paisajes de Colombia, que normalmente no son reconocidos como sitios turísticos en el país”.
Para Cristina Echeverri, “lo que resaltamos de esta producción es que aun cuando no tuvimos actores en los sets, para lograr el trabajo requerido por los productores extranjeros se trabajó con 16 cámaras especiales, lo cual genera un trabajo y esfuerzo técnico de una alta calificación, que hoy se observa en la calidad de película”.