Para este martes estaban convocadas las Comisiones Económicas de Cámara y Senado para anunciar la discusión de la ley de financiamiento -o reforma tributaria- del gobierno del presidente Gustavo Petro. De esta forma se podía dar inicio a su debate durante la semana. No obstante se tuvo que aplazar la sesión.
La razón de este cambio es que no se ha podido finalizar la ponencia positiva del proyecto, que busca solventar los 12 billones de déficit con los que viene el presupuesto que el presidente Gustavo Petro tendrá que sancionar antes del 31 de diciembre.
Las convocatorias fallidas de las comisiones económicas
Desde este lunes el Ejecutivo ha tratado de convocar a los ponentes para lograr un consenso que permita que acojan una propuesta de ley de financiamiento. Sin embargo, no se "ha logrado el quórum" mínimo, señalan los cercanos al proyecto. Son más de 30 ponentes y a estos encuentros no han llegado más de 10. Aunque se podría presentar hasta con una sola firma, se da un mal mensaje cuando ya hay dos ponencias que piden el archivo de la propuesta.
Este martes se hizo una nueva citación a los ponentes. Primero fue a las 10 de la mañana y luego se adelantó a las 8 de la mañana. Apenas llegaron siete congresistas a la convocatoria. De esta forma, no se pudo llevar a cabo la reunión en la que los afines al Ejecutivo buscaban conciliar el texto y firmar. Sin ponencia positiva tampoco fue posible llevar a cabo la sesión conjunta de la Comisiones Económicas, que estaba agendada para las 10 de la mañana.
Lo que pretendía el gobierno de Gustavo Petro era que hoy se diera un texto final y se anunciara para comenzar el debate esta semana. Pero no fue posible. Ahora se espera que el jueves vuelva a convocarse a las sesiones conjuntas. Sin embargo, es muy probable que el resultado sea similar al de este martes.
Las razones del mal ambiente que tiene la reforma del Gobierno
EL TIEMPO pudo hablar con miembros de las células legislativas relacionadas con la discusión y todos ellos señalaron que no hay ambiente. Son muchas las razones, pero se pueden resumir en tres bloques.
En primer lugar figura la negativa a crear nuevos impuestos. Ningún congresista quiere hacerse cargo de esta medida impopular justo en la antesala de las elecciones de 2026. A esto hay que sumarle las dificultades que han tenido algunos sectores de la economía.
En el segundo lugar está el rechazo a anticipar la regla fiscal por seis billones. Esto implica que se aumentaría el endeudamiento del país y varios creen que no es sostenible hacer esto pues creen que ya son muy altos los emprésitos que actualmente tiene el país y que está pagando.
En último lugar, y no menos importante, el escándalo de la UNGRD le ha jugado en contra al gobierno. Las nuevas revelaciones que vinculan de una forma más comprometedora al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, lo tienen sin manejo político en el Legislativo. El escándalo de corrupción tiene al Ejecutivo con mal ambiente para tramitar sus proyectos de índole económica, cómo ya ocurrió con el presupuesto.
Se espera que el jueves se convoque de nuevo, lo que le da al Ejecutivo dos días más para tratar de mover sus fichas y lograr los apoyos mínimos para darle legitimidad a la propuesta. No obstante, en el ambiente parece que no cambiarán mucho las cosas. Por su parte, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ya ha dicho que cree pertinente que haya sesiones extras para sacar adelante la propuesta que busca tapar el déficit con el que viene el presupuesto del próximo año.
JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO
Periodista de Política