Miles de personas se dan cuenta, hasta que ya es muy tarde, que no tienen lo suficiente para poder alcanzar una jubilación cómoda, lo que representará un enorme reto para su vejez. Un par de estadounidenses notaron que ese sería su futuro y tomaron una drástica decisión, mudarse a Latinoamérica
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Fabián Martínez compartió con el medio Business Insider que él y su pareja se sentían aterrorizados cuando miraban las calculadoras de jubilación pues, aunque eran optimistas con respecto a sus inversiones e intentaban ahorrar un poco cada año, con el tiempo se dieron cuenta de que, con un cambio financiero inesperado, su situación ya no sería tan cómoda.
Cuando hicieron una reflexión con respecto a su futuro, encontraron la manera de cambiarlo todo y asegurar un mejor mañana: mudarse al extranjero.
Comenzaron a buscar opciones, a investigar los requisitos de la residencia en otro país, el costo de las casas y de la atención médica. Consideraron España y Canadá. Sin embargo, finalmente se decidieron por México que, desde hace tiempo, ha sido el favorito para los jubilados estadounidenses.
Tras hacer un análisis concluyeron que en el país latino su dinero podría durar más tiempo con la ventaja de que permanecerían cerca de Estados Unidos para poder visitar a sus padres en California y Florida.
Así, Fabián Martínez y su esposo Marc Perrota decidieron mudarse a Mérida, en el estado de Yucatán, en donde comprobaron que, únicamente tomando en cuenta los gastos de vivienda, sus finanzas mejorarían significativamente.
Y es que habían estado buscando departamentos pequeños en Brooklyn con un valor de alrededor de US$600.000. Pero en México, por solo entre US$250.000 y US$300.000 podían permitirse una bonita casa con piscina y varios dormitorios.
La oferta les pareció tan buena que incluso tomaron la decisión de jubilarse antes para poder disfrutar de su nuevo país y sentirse realmente establecidos cuando lleguen a los 60 años.
Jubilados estadounidenses hacen realidad el hogar de sus sueños en México
En el artículo, Fabián Martínez compartió que encontraron una casa abandonada, aunque relativamente en buenas condiciones, en el centro histórico de Mérida por la que pagaron alrededor de US$50.000 en 2019. Esta se convertiría en el hogar de sus sueños.
Contrataron a un profesional que se encargó de construir una nueva casa basándose en los diseños de su esposo Marc Perrota. Aunque, dijo, las renovaciones les costaron alrededor de US$220.000 y tardaron un año en completarse, "nuestra paciencia fue recompensada porque al fin ahora tenemos la casa de nuestros sueños", declaró Martínez.
También señaló que si bien ahora sus ingresos combinados son menores en comparación con cuando vivían en Nueva York, dado que tienen un menor costo de vida, que incluye un seguro médico y menores impuestos, pueden disfrutar más.