En Estados Unidos hay una variedad de pueblos fantasmas que fueron abandonados porque dejaron de ser productivos o los destruyeron en guerras, entre otras razones. Uno de esos es Fort Dade, ubicado en la isla de Egmont Key, en Florida, y que fue catalogado como el "más espeluznante" de todo el estado del sol, según Thrillist.
Fort Dade fue un fuerte militar construido en la década de 1890, durante un momento en que Estados Unidos se estaba preparando para posibles conflictos con España, justo antes de la Guerra Hispanoamericana en 1898.
El levantamiento del pueblo comenzó en 1898 como parte del sistema de defensa costera de EE. UU. Se construyó para proteger la entrada a la Bahía de Tampa, junto con otras instalaciones militares como Fort De Soto, y solo se puede acceder en barco en la desembocadura de la misma Bahía.
La historia de Fort Dade, el pueblo más tenebroso de Florida
En su apogeo, Fort Dade era como un pequeño pueblo militar autosuficiente con casas, hospital, cine, central eléctrica, calles adoquinadas e incluso una pista de tenis. La población llegó a superar las 600 personas, según señalan historiadores.
Click Orlando explica que, durante la Primera Guerra Mundial, la isla se convirtió en un centro de entrenamiento de la Artillería Costera de la Guardia Nacional. Y, como había tanta gente viviendo allí, se tuvieron que construir nuevos cuarteles, comedores, alojamientos para oficiales y más.
Pero también había serios problemas que no parecían solucionarse. Los mosquitos y las serpientes de cascabel eran una preocupación constante para muchos habitantes de la isla. Además, tampoco les simpatizaba tener que depender del envío de mercancías, que a menudo generaba un gran costo, ya que limitaba su capacidad de autosuficiencia, especialmente alimenticia.
¿Por qué Fort Dade es un pueblo fantasma?
Tras la guerra, el fuerte fue desactivado, ya que los avances tecnológicos en armamento militar permitían a los soldados disparar desde fuera de su alcance. En la década de 1920, casi todos los residentes fueron desalojados o trasladados a otro lugar.
Siguió posteriormente utilizándose para otras operaciones militares, que también cambiaron de ubicación con el pasar de los años. En la actualidad, es una localidad en ruinas que se puede visitar, donde solo funciona su gran faro y vive un guardabosques, encargado de recorrer la zona para evitar cualquier peligro.