Nacional hizo negocio en Ibagué y llega a su casa con un empate en la final de la Liga BetPlay

hace 4 meses 23

El primer capítulo de la final de la Liga 2024-II fue más luchado que jugado, con más choques que gambetas, con pocos remates de lado y lado y con un Nacional que hizo negocio en Ibagué, al sacar un empate a un gol pese a jugar la última media hora con uno menos, contra un Tolima que se sorprendió al ver un rival que cambió de idea y jugó a aguantar y contraatacar. 

Uno de los finalistas, Tolima, venía, en teoría, con diez días de descanso, con la posibilidad no solo de recargar fuerzas, sino también de recuperar piezas. Y el otro, Nacional, tenía dos partidos disputados en ese mismo lapso y con una baja importante, la de Marino Hinestroza, por suspensión.

Mientras David González se la jugó por lo conocido, Efraín Juárez sorprendió: le bajó decibeles al juego por las bandas, que tan buen resultado le dio en los cuadrangulares y en la final de Copa contra América, y puso una ficha más, la de Juan Manuel Zapata, al lado de Jorman Campuzano y Sebastián Guzmán. Fue un mano a mano desde lo físico en el que Tolima se vio incómodo y en el que Nacional no llegó mucho, pero cuando tuvo la opción, pegó, y muy fuerte.

Nacional pegó primero: Dairon Asprilla no falló

Marlon Torres y Kevin Viveros habían chocado toda la noche, en un duelo que, como en el boxeo, hasta ese momento se definía por puntos. Hasta que, finalmente, el delantero de Nacional logró dejarlo atrás y enfiló hacia el arco del Tolima. Su remate lo rechazó a medias el portero William Cuesta y la pelota le quedó limpia a Dairon Asprilla, que hasta ese momento era el jugador de menor brillo de su equipo, pero que esta vez no perdonó. A los 35 minutos, partido nuevo en el Murillo Toro.

Tolima no cambió ni de idea ni de nómina en el arranque del segundo tiempo. Sí un poco de actitud. Y los primeros minutos coqueteó con el empate. David Ospina, cada vez con más ritmo y cada vez más cercano al portero que se consolidó en la Selección durante una década, lo evitó en una jugada a punta de reflejos, luego de un centro de Yhormar Hurtado que encontró a Jeison Lucumí atropellando en el área y anticipando a Andrés Román. Pero fue un esfuerzo aislado, porque Nacional, incluso cuando se quedó con diez jugadores por una correcta expulsión de Sebastián Guzmán por doble amarilla, se mantuvo en la misma idea: aguantar y tratar de ganarle la espalda a su rival. Pero primero lo primero, defenderse, a tal punto que acabó poniéndole un ladrillo más al muro con la salida de Pablo Ceppellini y la entrada de Joan Castro.

Tolima aprovechó la expulsión y alcanzó el empate

A Tolima le tocaba jugársela. Y su técnico, siete minutos después de la roja, sacudió el tablero: sacó a Torres, Lucumí y Juan Pablo Nieto y metió a Julián Quiñones, Kevin Pérez y Gustavo Adrián Ramírez. Y el paraguayo les devolvió el alma al cuerpo a los hinchas del Tolima al anotar el empate a los 75, tres minutos después de su ingreso, en una jugada que comenzó en un saque de banda, siguió con un pelotazo de Yeison Guzmán, continuó con un balón que bajó Brayan Gil y que luego acabó con un derechazo fulminante de Ramírez. 

Aunque Juárez intentó darle algo más de ataque y recuperar el juego por las bandas luego del 1-1, con la entrada de Andrés Sarmiento por Álvaro Angulo, Tolima siguió con la iniciativa, pero sin la puntería para resolver. Nacional ya consideraba un buen negocio el 1-1 y comenzó a jugar con el cronómetro a su favor. 

Incluso, el árbitro Carlos Betancur tuvo que desenfundar la tarjeta amarilla porque el partido se calentó al final, primero en la cancha y luego en los banquillos. Ahí se fueron al menos cuatro de los cinco minutos que, en principio, pensaba reponer. El juez decidió cortar por lo sano y la final llegará empatada a Medellín el domingo, con mucha lucha y poco fútbol.

José Orlando Ascencio

Subeditor de Deportes

@josasc

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