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A pesar de estos síntomas graves, inicialmente no pensó que fuera una emergencia y fue diagnosticada erróneamente con migraña por los médicos.
Mujer de 37 años trabajaba cuando se le rompió un aneurisma cerebral y no lo notó Foto: Facebook Julie Brothers

PERIODISTA18.06.2025 09:03 Actualizado: 18.06.2025 09:03

18.06.2025 09:03 Actualizado: 18.06.2025 09:03
Julie Brothers, una neoyorquina de 37 años, es una mujer que ha enfrentado múltiples desafíos en su vida profesional. Trabaja en la industria de la producción televisiva y, hasta el año pasado, no había tenido ningún problema serio de salud. Sin embargo, la noche del 23 de abril de 2024, vivió una experiencia que cambiaría su vida para siempre.
Mientras trabajaba desde casa, frente a su computadora y comiendo algo, Julie experimentó un dolor punzante y repentino en la parte trasera de su cabeza. Aunque nunca había experimentado algo similar, la sensación fue tan intensa que la describió como si algo se hubiera roto dentro de ella.
“Fue como si algo se hubiera roto dentro de mí”, explicó en una entrevista con el New York Post. El dolor no fue lo único que sintió: también tuvo náuseas, visión borrosa, vértigo y rigidez en el cuello, síntomas que la dejaron incapacitada.
Experimentó dolor repentino y severo en la parte trasera de la cabeza. Foto:Facebook Julie Brothers
El diagnóstico erróneo
A pesar de estos síntomas alarmantes, Julie no pensó que fuera una emergencia. Decidió esperar a que la molestia pasara, pero al día siguiente, el dolor empeoró. Vomitaba constantemente y no podía retener ni un sorbo de agua. Fue entonces cuando decidió ir a una clínica cercana. Los médicos, sin hacerle pruebas, concluyeron que se trataba de una migraña y la enviaron de vuelta a casa.
Es importante señalar que, según Christine Buckley, directora ejecutiva de la Brain Aneurysm Foundation, el 25 % de los diagnósticos de aneurismas cerebrales son erróneos precisamente por la falta de una tomografía adecuada. Esto es un riesgo significativo, ya que muchos de estos casos pueden evolucionar a situaciones mucho más graves si no se detectan a tiempo.
La intervención médica decisiva
Después de otro día de dolor constante y dudas sobre si estaba exagerando, Julie decidió acudir a un hospital de mayor complejidad, el Mount Sinai Morningside. Esta vez, los médicos actuaron con rapidez. La hidrataron, le administraron medicamentos y la sometieron a una tomografía. Fue en ese momento cuando los médicos descubrieron que lo que estaba ocurriendo era mucho más grave de lo que pensaban inicialmente.
El aneurisma de Julie, de aproximadamente el tamaño de una canica, estaba sangrando en el espacio alrededor de su cerebro, lo que provocaba una hemorragia subaracnoidea. El doctor Christopher Kellner, neurocirujano del hospital, explicó que esta condición puede causar inflamación, convulsiones e incluso un segundo derrame cerebral si no se trata adecuadamente.
Julie fue llevada de inmediato a cirugía, donde se utilizó una técnica mínimamente invasiva para sellar el aneurisma a través de un catéter. La rapidez del tratamiento fue clave para salvar su vida.
Recuperación y lecciones aprendidas
El proceso de recuperación fue largo. A tan solo dos días de la cirugía, Julie ya podía levantarse con la ayuda de fisioterapia, aunque caminaba con dificultad. Durante tres semanas, estuvo hospitalizada, y no fue sino hasta tres meses después que pudo regresar a su rutina normal. A pesar de los desafíos, Julie siguió adelante, recibiendo apoyo tanto de médicos como de enfermeras durante su proceso de rehabilitación.
Cuatro meses después de su cirugía, completó una caminata de 5 kilómetros organizada por la Brain Aneurysm Foundation, donde el doctor Kellner la acompañó. “Se sorprendió mucho al verme”, recordó Julie, quien se sintió agradecida por haber superado un obstáculo tan grande en su vida.
La importancia de escuchar el cuerpo
Hoy, más de un año después de su cirugía, Julie ha retomado su vida, pero con una nueva perspectiva. “La vida es para vivirla”, afirmó con convicción. Su experiencia le ha enseñado a no subestimar los síntomas, incluso cuando estos no parecen graves.
Aunque muchas personas que sufren un aneurisma cerebral no presentan síntomas antes de que se rompa, Julie insiste en que la clave está en escuchar al cuerpo. “Aunque la clínica coincidió conmigo en que era una migraña, yo sabía que algo no estaba bien. Ese presentimiento está ahí por una razón”, reflexionó.
Segundo diagnóstico reveló que tenía aneurisma cerebral sangrante, lo que requirió cirugía urgente. Foto:Facebook Julie Brothers
¿Qué es un aneurisma cerebral?
Según MedlinePlus, la rotura de un aneurisma cerebral es una emergencia médica grave que ocurre cuando un punto débil en una arteria del cerebro se rompe, lo que provoca un sangrado en el espacio que rodea el cerebro, conocido como hemorragia subaracnoidea. Los síntomas de un aneurisma roto son intensos e incluyen dolor de cabeza repentino y severo, náuseas, vómitos, rigidez en el cuello, sensibilidad a la luz y problemas de visión.
El pronóstico tras una rotura de aneurisma depende de la gravedad del sangrado. Desafortunadamente, muchas personas no sobreviven las primeras 24 horas después de la rotura, y otras pueden quedar con discapacidades permanentes. El tratamiento debe ser inmediato, y puede incluir cirugía para cerrar el aneurisma con un clip o realizar una embolización endovascular, que consiste en llenar el aneurisma con espirales para sellarlo.
El caso de Julie Brothers resalta la importancia de no ignorar los síntomas del cuerpo y de buscar una segunda opinión médica cuando sea necesario. La falta de diagnóstico adecuado en casos como el suyo podría haber tenido consecuencias mucho más graves. Es fundamental estar atentos a cualquier signo que sugiera que algo no está bien y tomar acción de inmediato.
El Comercio (Perú) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio (GDA), y contó con la revisión de la periodista.
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