Georgia Kennedy, una joven de 21 años de Peterborough, Inglaterra, nunca imaginó que un doloroso y persistente síntoma podría ser una señal de algo tan grave como el cáncer. A los 19 años, fue diagnosticada con linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer de sangre que afecta al sistema linfático. Su historia dejó en evidencia sobre la importancia de prestar atención a los síntomas aparentemente inofensivos, como bultos en el cuello y cansancio inexplicable, que pueden ser señales tempranas de cáncer. En su caso, un bulto en el cuello que inicialmente ignoró resultó ser una manifestación clave de su enfermedad.
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Según aclaró al medio Daily Mail, desde los 15 años, había sufrido de una fatiga severa que la llevó a abandonar todas las actividades deportivas. Su cansancio era tan extremo que los médicos lo atribuyeron inicialmente a causas comunes, los cuales le sugerían que "se le pasaría con el tiempo". Sin embargo, con el paso de los años, comenzó a sospechar que algo más grave podría estar ocurriendo. A pesar de su fatiga, el síntoma más desconcertante pasó desapercibido: un bulto cerca de su clavícula que creció lentamente durante dos años, sin que nadie lo detectara.
La tos persistente que desencadenó el diagnóstico
En octubre de 2022, visitó a su médico de cabecera debido a una tos que no desaparecía. Los profesionales, al revisar su historial médico, pensaron que se trataba de un resfriado o una infección respiratoria, lo que la llevó a utilizar inhaladores durante varias semanas. Sin embargo, la tos no mejoró, y en su segunda consulta, se le hizo una radiografía de tórax, que reveló anomalías. Aunque inicialmente no se consideró urgente, las radiografías mostraron que algo no estaba bien. Tres días antes de Navidad, su condición empeoró y Georgia acudió al hospital con dificultades para respirar.
Fue en el hospital de Peterborough donde finalmente recibió la noticia devastadora. Los médicos confirmaron que la tos podría ser una infección, pero lo más probable es que fuera un síntoma de linfoma de Hodgkin. El bulto en su cuello, que había pasado desapercibido por ella y los médicos durante tanto tiempo, era en realidad una hinchazón en los ganglios linfáticos, un signo clásico de este tipo de cáncer de sangre.
Aunque el resultado fue un golpe inesperado, se sintió en shock y negada ante la posibilidad de que su problema fuera tan grave. "Ni siquiera había considerado el cáncer como una opción", comentó al portal citado. Georgia ahora es consciente de los síntomas que podrían haber alertado a los médicos antes. "Escuchas que hay que revisarse los senos, pero nunca te dicen que revises otras partes del cuerpo, como el cuello o los ganglios linfáticos", explicó.
Además de la tos persistente, ella también perdió alrededor de 10 kilos en los meses previos al diagnóstico, un cambio que no se asoció con un problema de salud grave. "Nunca piensas que podría ser cáncer, y los síntomas pueden durar mucho más de lo que crees", sostuvo.
La joven completó seis ciclos de quimioterapia entre 2022 y 2023 y, afortunadamente, ahora está en remisión. Para celebrar su recuperación, decidió viajar y comenzar a estudiar teatro en la Universidad de Manchester. Sin embargo, su experiencia la llevó a ser una defensora de la importancia de reconocer los signos tempranos del cáncer, especialmente en los jóvenes.