¡Se sacaron chispas desde el segundo uno, y terminaron calientes, encendidos y en ardor hasta después del final del partido!
En el pasillo que lleva a los camerinos, jugadores de Millonarios y Santa Fe seguían escupiendo su fuego de insultos, empujones y agarrones que habían empezado en la cancha antes del pitazo final.
Millonarios necesitaba ganar para tener dos opciones de resultado para ser finalista el próximo domingo en Pasto. Ahora necesita ganar para estar firme en la final. Si empata, necesitará que Nacional no le gane a Santa Fe en Bogotá. Y si pierde, necesitará que Nacional pierda…
Santa Fe urgía una victoria para quitarse ese remordimiento de conciencia de ser el primer eliminado sin ganar un solo partido del cuadrangular semifinal y, claro, para atravesarle un palo en rueda y hacer caer de la ruta a la final a su archienemigo de siempre y para siempre.
Y fue 1-1: un punto suspensivo para Millonarios y el punto de la honrilla para Santa Fe.
Millonarios perdonó al comienzo: falló cinco claras
Millonarios se buscó su suerte: empezó ganando con gol sobre la línea de Radamel Falcao, a los 17 minutos del primer tiempo, tras una jugada del VAR que autorizó la posición de Andrés Llinás que fue el que tiró al arco, pero luego pecó gravemente. ¡Tuvo para liquidar, pero fallaron 5 opciones de gol!
Daniel Cataño se comió dos clarísimas en un tiro al ángulo y un mano a mano solitario contra el portero, Llinás cabeceó apenas arriba del travesaño, Leo Castro remató al cuerpo del portero y Falcao se tiró con los pies para adelante una fracción de segundo después del centro que pasó por el frente del arco.
Millonarios y Santa Fe empataron 1-1. Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.
Pero Santa Fe terminó mejor el primer tiempo y creo una buena llegada con Velásquez, que desvió un tiro cruzado. ¿La fórmula de la reacción? Aprovechar el indulto recibido y ser más Santa Fe que nunca: sacar las garras, rugir, sacudir la melena e ir por la presa, corretearla, cercarla, para meterle el colmillo con fuerza. El equipo no tiene mucho cerebro, pero le sobra corazón y músculo.
El empate que comenzó a desesperar a Millonarios
El empate llegó rápido, apenas 4 minutos después del descanso. Latigazo de serpiente sobre la hierba que se vuelve rebote en las manos del portero Montero y que Rodallega, insaciable, lo hizo gol. Entonces, el partido, se hizo aún mucho más de fuerza, de pierna contra canillera, de zapato y zancadilla, de raspón y agarrón.
Millos, así, tuvo más la bola, pero Santa Fe, las opciones: Rodallega falló dos más con tiros por arriba solo contra el portero.
Con el partido en tiempo de descuento, con Millonarios sacando volantes de marca para meter delanteros, con Santa Fe metiendo extremos rápidos y frescos, Santa fe ensució el partido perdiendo tiempo, tirándose al piso, interrumpiendo el juego: sabía que el 1-1 era mejor que volver a perder en el grupo, que repetir una quinta derrota seguida en el clásico y que quizás es suficiente para dañarle el caminado a Millonarios.
Ya en el descuento de 10 minutos, la jugada que convirtió en fuego las chistas fue del león del medio campo santafereño, Daniel Torres, que evitó un saque de banda de banda ofensivo de Millonarios dándole un puntapié a la pelota y empujando a Daniel Ruiz, el jugador de Millos que le reviró y lo encaró.
Ahí se armó la tángana entre todos y contra todos: se agarraron de las camisetas, se empujaron, se dijeron que a la salida arreglaban cuentas, se recordaron las madres y las abuelas mientras algunos de las esquinas azul y roja, empezando por los entrenadores, intentaban separar a sus contrincantes… Perdón: ¡a sus jugadores!
La pelea al final del clásico Millonarios vs. Santa Fe Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
Y así, en el pasillo que lleva a los camerinos cuando ya el pitazo final se había soplado, termino un clásico muy caliente que dejó un punto suspensivo para Millonarios y un punto de honrilla para Santa Fe…
Gabriel Meluk
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta