Millonarios ya se puso en la misma línea de puntaje de Atlético Nacional, gracias a una victoria muy bien trabajada contra Santa Fe en el clásico 317, un triunfo que lo pone a jugar mano a mano por el primer lugar del cuadrangular A, el viernes en El Campín. Pero antes, puso condiciones y dejó mal parado a su tradicional rival en la tabla.
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Millonarios encontró rápidamente la ventaja gracias a la inteligencia del portero Álvaro Montero, que desde un saque de meta puso a correr a Leonardo Castro, quien tuvo todo el tiempo y el espacio para definir a placer, ante la pasividad de una defensa que se quedó reclamando un fuera de juego que no existía. En solo 10 minutos, Santa Fe ya tenía que replantear todo.
Las lesiones volvieron a atacar a Millonarios: dos bajas en el primer tiempo
Luego vino un partido con mucho nervio, en el que los azules volvieron a sufrir con una epidemia que parecía superada, la de las lesiones. Antes de terminar el primer tiempo cayeron dos jugadores con lesiones musculares. Primero, Sergio Mosquera, quien se quejó de una contractura. Su salida obligó al DT Alberto Gamero a replantear y desarmar la defensa de tres que había armado y meter a Kevin Palacios, quien fue la segunda ‘víctima’: hizo un pique y se tomó el muslo. Le dejó su lugar a Jhon Córdoba.
Santa Fe tuvo sus opciones en la primera etapa y Montero resolvió bien. Y luego, para la segunda etapa, Pablo Peirano, el DT rojo, intentó buscar ataque y quitó fuerza: afuera, ‘Kanté’ Torres y Santiago Cuero, adentro Juan Pablo Zuluaga y Dairon Mosquera. Y esa idea la ratificó con la entrada de otro futbolista al que le gusta el manejo, Jown Cardona.
El replanteamiento no le ayudó a Santa Fe: la defensa azul, sólida
Pese a las buenas intenciones del técnico uruguayo, a Santa Fe le costó muchísimo llegar al arco de Millonarios, que terminó replegado y buscando jugar al contraataque, y más, después de que Gamero reformó todo el equipo de la mitad de cancha para adelante, con la salida de Falcao, Castro y Mackalister y la entrada de Daniel Cataño, Daniel Ruiz y Santiago Giordana.
Aunque la pelota era de los rojos, el mayor peligro parecía estar en la otra portería, la sur, hacia donde atacaba Millonarios.
Resultó siendo un partido cortado, en el que los visitantes trataron de volver, con otros hombres, al planteamiento inicial de la línea de cinco atrás para evitar que su rival lo atacara por las bandas, y en el que crecieron muchísimo Andrés Llinás y Jorge Arias, en especial el primero, que hizo un segundo tiempo muy bueno. Así, el juego se fue apagando, tanto en la cancha como en el banco ‘cardenal’ y en parte de la tribuna, con 23.141 hinchas rojos.
Ya en los últimos minutos hubo más roces que fútbol y hubo más amarillas que opciones en el remate de un encuentro en el que Millonarios pegó primero y luego, salvo las lesiones, no lo sufrió. Así, los azules llegan en la misma línea de puntaje al partido contra Nacional, otra batalla, que será el viernes en el mismo escenario. Santa Fe quedó muy colgado y, sobre todo, muy golpeado.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc