Microsoft presentó este miércoles, 19 de febrero de 2025, Majorana 1, su nuevo chip cuántico basado en tecnología topológica, durante un evento en el marco de sus investigaciones de computación avanzada.
El objetivo es alcanzar en años —y no en décadas— el desarrollo de computadoras cuánticas industriales, capaces de resolver desafíos científicos y sociales de gran escala.
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Para ello, el chip se vale de un “topoconductor” pionero, diseñado para observar y controlar partículas de Majorana, produciendo qubits más fiables y escalables mediante un enfoque de medición digital.
Según la compañía, Majorana 1 es el primer chip en incorporar un núcleo topológico que permite una resistencia intrínseca al error, facilitando qubits estables y reduciendo la necesidad de ajustes en tiempo real.
Chip cuántico Majorana 1. Foto:Microsoft
El enfoque gira en torno al nuevo “topoconductor”, un material híbrido de arseniuro de indio y aluminio que, al someterse a temperaturas extremadamente bajas, posibilita la creación de partículas exóticas llamadas Majoranas.
Estas partículas resguardan la información cuántica frente a perturbaciones, un requisito esencial para escalar los sistemas cuánticos hacia el millón de qubits.
Este hito llega tras años de investigación en Microsoft, que apostó por los qubits topológicos en lugar de otras variantes más extendidas.
Chetan Nayak, miembro técnico de la empresa, explicó que la meta fue “inventar el transistor para la era cuántica”, un paso que ha implicado superar importantes retos de ingeniería de materiales, pues las Majoranas no se dan de manera natural y exigen la creación de entornos y apilaciones atómicas específicas.
La revista Nature publicó recientemente un artículo que revisa los resultados de Microsoft, confirmando la fabricación y medición confiable de estas partículas. El avance fortalece la posibilidad de construir computadoras capaces de ejecutar billones de operaciones en un gran número de qubits, un requisito para abordar problemas complejos en química, ciencia de materiales y otras áreas.
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El control digital de los qubits, activado y desactivado mediante pulsos de voltaje, simplifica la arquitectura necesaria y allana el camino para introducir estas máquinas dentro de la infraestructura de centros de datos en la nube, como Azure.
Matthias Troyer, otro de los miembros técnicos de la compañía, enfatizó que la visión de Microsoft consiste en “alcanzar un impacto comercial, no solo un liderazgo de pensamiento”.
Con el respaldo de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), el desarrollo de Majorana 1 ingresa a la fase final del programa US2QC, que persigue el objetivo de construir una computadora cuántica tolerante a fallos con relevancia a gran escala.
De lograr la escalabilidad prometida, la tecnología cuántica permitiría resolver tareas inalcanzables para la computación tradicional, como la descomposición de microplásticos, la búsqueda de catalizadores para reducir contaminación o la producción de nuevos materiales autorreparables.
La capacidad de diseñar soluciones “correctas a la primera” gracias al cálculo preciso de interacciones moleculares y energías enzimáticas impulsaría avances en la fabricación industrial, la salud y la agricultura, especialmente cuando se combine con técnicas de inteligencia artificial.
Aunque resta trabajo de ingeniería para integrar todo el ecosistema —desde el chip y los controles hasta el software cuántico y la refrigeración—, Microsoft sostiene que la confirmación experimental de las Majoranas y la medición digital acercan el horizonte de la computación cuántica práctica a un plazo de pocos años.
De esta manera, la compañía apuesta por un salto decisivo en la era cuántica, con Majorana 1 como piedra angular de una nueva generación de procesadores capaces de materializar soluciones de impacto global.