Trabajar en una oficina y cumplir horario comprende una acción que cumple un rol fundamental en la vida de muchas personas y las mantiene concentradas, no obstante, algunos individuos no pueden compaginar su vida diaria con el rutinario trabajo, y recientemente una mujer estadounidense calificó al empleo de oficina como "muerte en vida", según las palabras de su padre.
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Cumplidos los 40 años, Ariel Sophia Bardi regresó a Estados Unidos para el funeral de su padre, quien durante el 2020 sufrió un paro cardíaco. Instalada nuevamente en su patria, la mujer consiguió un empleo a tiempo completo, en donde finalmente comprendió a qué se refería su padre.
En diálogo con el medio Business Insider, Bardi enfatizó en los puntos negativos de trabajar rutinariamente en una oficina. "'Muerte en vida', así apodaba mi padre, filósofo y guitarrista, al trabajo de oficina. Sin sorpresas. Todos los días se sentían iguales", describió.
Con el fallecimiento de su padre, la productividad a la que obligaba la compañía la llevó a poner una cara de felicidad y soportar el paso del tiempo. "Enviar cuatro docenas de correos electrónicos al día se convirtió en un sombrío escape: una forma de no pensar, una manera de protegerme de nuevas experiencias y, por tanto, de mayores pérdidas. Para sorpresa de nadie, siguió el agotamiento", explicó al respecto.
No obstante, cuando el dolor era abrumador y el agotamiento superaba la felicidad de tener un ingreso salarial seguro todos los meses, Bardi encontró la solución perfecta para sus problemas.
El trabajo independiente como solución
En un viaje de trabajo a Argelia, la mujer aclaró su nebuloso panorama al escuchar a un cantante argelino de música rai, en quien encontró similitudes con su propio estilo de vida, más allá de las distancias, que la llevaron a buscar nuevamente un trabajo independiente que le permita administrar su tiempo.
Al regresar al trabajo independiente, Bardi consiguió la libertad que buscaba y se desprendió de las cadenas del rutinario trabajo de oficina. "No hay nada de malo en querer un camino más convencional o una carrera menos complicada. Pero en la cúspide de la mediana edad, lo que todavía anhelaba era la emoción de una página en blanco", concluyó.