Médicos piden tiempo para evaluar los daños de la crisis respiratoria que sufrió el Papa Francisco el 28 de febrero

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Durante la tarde de este viernes, 28 de febrero, el papa Francisco sufrió un broncoespasmo que le causó un vómito que se coló en sus vías respiratorias y agravó su estado de salud.

A pesar de que el pontífice ya superó esta crisis respiratoria, los médicos indicaron que necesitan entre uno y dos días para poder evaluar cuáles fueron los daños ocasionados por este episodio.

"El Santo Padre, a primera hora de la tarde, después de una mañana en la que alternó la fisioterapia respiratoria con la oración en la capilla, presentó un ataque aislado de broncoespasmo que, sin embargo, provocó un episodio de vómito con inhalación y un empeoramiento repentino del cuadro respiratorio", explicó un portavoz del centro médico.

Con el fin de solucionar esto, iniciaron ventilación mecánica no invasiva a la que el Papa respondió bien. Además, indicaron que siempre se mantuvo alerta, orientado y colaborativo con las maniobras terapéuticas.

El Papa, de 88 años, tardó dos horas en recuperarse, pero nunca perdió el conocimiento. Ahora, en la mañana de este sábado, 1 de marzo, pudo beber café y leer los periódicos con tranquilidad.

Su pronóstico sigue siendo reservado. No obstante, tal como informaron los doctores, se tomarán entre 24 y 48 horas para evaluar si el episodio respiratorio y el vómito causaron otros efectos secundarios.

Según mencionó 'ABC', puede correr el riesgo de desarrollar pulmonía química, conocida como neumonitis por química. De acuerdo con MedlinePlus, esto es una inflamación de los pulmones causada por la inhalación, ahogo o aspiración de ciertos irritantes, como el vómito.

¿Por qué fue hospitalizado el papa Francisco?

El pasado 14 de febrero, el papa Francisco fue ingresado al hospital Gemelli de Roma tras un cuadro de bronquitis que empeoró. A partir de entonces, el pontífice ha tenido neumonía bilateral, broncoespasmo, broncoaspiración y otras crisis respiratorias.

De esta forma, la presente se ha convertido en la hospitalización más larga del pontífice desde que asumió su cargo como líder de la Iglesia católica en 2013.

De acuerdo con especialistas médicos, su edad y la enfermedad crónica que padece pueden hacer que su recuperación se demore.