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Tal como detalló DiMuro en un artículo de Business Insider, su historia comienza en un café de Nueva York, donde, mientras participaba en una cita a ciegas para una columna que escribía para Jane Magazine, conoció al hombre que más tarde sería su esposo, un canadiense que transformaría su vida en más de un sentido.
La relación progresó rápidamente. Pronto se mudaron juntos, se comprometieron y, tras casarse, decidieron trasladarse a Toronto, donde estaba la sede de la empresa de él y vivía gran parte de su familia. Al instalarse en Canadá, la pareja tenía en mente el objetivo de formar una familia.
A los 40 años, DiMuro dio a luz a su primer hijo, un varón, mientras disfrutaba de una licencia de maternidad remunerada. Sin embargo, poco después de regresar al trabajo, la vida le presentó un nuevo desafío, le detectaron un tumor en su mama derecha. Aunque el cáncer no se había propagado y fue tratado con éxito, los tratamientos la dejaron incapaz de llevar otro embarazo.
Determinada a darle un hermano a su hijo, la pareja comenzó a explorar alternativas. En Estados Unidos, la opción de la subrogación era financieramente inalcanzable, con costos que superaban los US$100.000.
Pero en Canadá, aunque el proceso tenía sus complejidades, les ofrecían una solución más viable: la subrogación comercial está prohibida, pero es legal cubrir los gastos relacionados con el embarazo.
Fue así que en cuestión de días, una mujer en Quebec, con experiencia previa en la subrogación, respondió a su llamado. La conexión fue inmediata, desde su primer encuentro en un spa cercano, las familias se unieron en torno a un propósito común.
El proceso no fue del todo económico. Cubrieron honorarios legales, unos US$8.000 solo para abogados, además de gastos relacionados con la salud y el embarazo de la mujer, como masajes prenatales y traslados a citas médicas. A pesar de los costos, que incluían una compensación por la licencia laboral anticipada de la gestante, el monto total fue significativamente menor en Canadá que lo que hubieran tenido que gastar en Estados Unidos.
"Vivir en Canadá me dio la oportunidad de ampliar nuestra familia, algo que nunca hubiéramos podido costear en Estados Unidos", reflexiona la protagonista de esta historia. A pesar de los obstáculos, como el cáncer que le arrebató su fertilidad, considera que mudarse a Canadá fue la mejor decisión que pudo haber tomado.
La mujer que le subrogó su vientre en Canadá se convirtió en la madrina de su hijo
De acuerdo a lo que detalló DiMuro en el artículo de Business Insider, su vínculo con Canadá no se detiene solo en el hecho de haber encontrado a la mujer que le subrogó el vientre para que pueda volver a ser madre, sino que esa mujer hoy en día se volvió parte de su familia.
Hoy, la mujer canadiense que ayudó a traer a este nuevo miembro a la familia DiMuro no solo es la madrina del bebé, sino que se volvió una de las mejores amigas de la madre. Ambas mantienen una relación cercana, celebran juntas sus cumpleaños y comparten momentos de relajación.