'Me daba vergüenza volver con mis padres a los 53, pero les encanta tenerme en casa'

Una mujer de 53 años de edad que reside en Estados Unidos se divorció por segunda vez en el 2023, por lo que se vio obligada a regresar a la casa de sus padres en Luisiana desde Mississippi y, pese a las inquietudes que representaba la situación en los días previos, mudarse nuevamente con su familia finalmente resultó un éxito por diferentes razones.

Vivir solo es para muchas personas un sinónimo de crecimiento e independencia, aunque no siempre resulta un cambio favorable. En el caso de Jeanni Ritchie, regresar a su antigua casa con sus padres fue un completo e inesperado éxito, según contó en su testimonio al medio Business Insider.

En primera instancia, la situación le despertó ciertos interrogantes debido a la idea de "volver a casa de sus padres", y los posibles rumores que despertaría en la ciudad. No obstante, respaldada por su maestría y las múltiples acciones con las que ayudó a la comunidad durante años, Ritchie tomó una decisión definitiva y regresó a Luisiana tras más de dos décadas de casada.

Las ventajas de volver a vivir con sus padres a los 53 años

Al regresar a su hogar con su familia, la mujer de 53 años notó cómo su vida cambió favorablemente. "Pude participar en las noches de juegos que me había perdido mientras estaba fuera, y las conversaciones sinceras con mi padre ahora eran en persona en lugar de por teléfono", indicó en diálogo con el medio anteriormente mencionado.

Enfocada en su carrera, Ritchie logró avanzar como nunca antes lo había hecho. "En los últimos nueve meses, publiqué más de 300 artículos localmente y dediqué un promedio de 70 horas a la semana a escribir, lo que nunca hubiera sido posible con un segundo trabajo de tiempo completo y un alquiler para pagar", remarcó entonces.

Además de la posibilidad de trabajar en su carrera como escritora, la cual dejó de lado durante dos décadas para servir a la comunidad, Ritchie encontró otras ventajas en el aspecto emocional. "Estar en la seguridad de la casa de mis padres fue curativo. En broma me refería a su perro como mi hermana pequeña y, no tan en broma, confiaba en ella como mascota de apoyo emocional", sostuvo.