Max Visbal, el gigante cumbiambero que mantiene viva la tradición del Carnaval

hace 2 meses 20

A sus 72 años, Maximio Rafael Visbal De la Hoz sigue siendo el alma de la cumbiamba La Pollera Colorá, una de las más emblemáticas agrupaciones que participa en los desfiles del Carnaval de Barranquilla. 

Con su imponente estatura de 1.93 metros, su voz fuerte y su mirada profunda, impone respeto, pero en cuanto habla, su calidez lo transforma en un viejo amigo. 

Abogado de profesión y cumbiambero de corazón, el 'El viejo Max', como lo conocen en Barranquilla, es un bastión del Carnaval que no deja que la llama de la tradición se apague.

De las canchas de fútbol a la cumbia

En los años 70, un partido de fútbol en el Club Campestre cambió su vida. 

Un compañero lo invitó a salir y, sin saberlo, Max terminó en un ensayo de la cumbiamba La Cipote Vaina. Desde ese día, la cumbia lo atrapó. 

Bailó allí por tres años y, tras diferencias dentro del grupo, fundó El Gran Carajo, otra cumbiamba icónica. 

Pero su verdadero legado nació en 1993, cuando dio vida a La Pollera Colorá.

Suministrada

Máx Visbal lleva más de 50 años bailando cumbia. Foto:Suministrada

"No seas tan...", le dijo su tío 'El Capitán' Visbal, un reconocido empresario de espectáculos en el Caribe, en tono regañón cuando Max le contó que seguiría en El Gran Carajo. "¡Armate La Pollera Colorá, que hasta canción propia tiene!". Y así lo hizo. 

Reunió 27 parejas y en menos de ocho días creó la cumbiamba que hoy es una de las más importantes del Carnaval de Barranquilla. A lo largo de estos años han conseguido unos 25 Congos de Oro, el máximo premio que otorga la fiesta a las agrupaciones que sobresalen en sus presentaciones ante el público.

Desde sus inicios, La Pollera Colorá se destacó por su disciplina y elegancia en la danza. 

Archivo personal

Máx Visbal encabeza el desfile de La Pollerá Colorá en los desfiles del Cumbiódromo de la Vía 40. Foto:Archivo personal

“Siempre he sido muy exigente con el vestuario, la postura y el respeto a la tradición”, comenta Max. Su cumbiamba no solo es un grupo de baile, sino una escuela de cultura para las nuevas generaciones que quieren aprender los secretos de la cumbia auténtica.

Un legado que trasciende fronteras

Con La Pollera Colorá, Max ha llevado la cumbia a Estados Unidos, Venezuela y otros países de Europa y Asia. "Mis hijos han conocido el mundo gracias a la cumbiamba", dice con orgullo.

En su dirección participan también sus hijos y su sobrina Johana Suárez Visbal, quien viene desde Holanda este año a participar. "Aquí no hay exclusiones, la cumbia es para todos", asegura.

El grupo ha tenido años de hasta 104 parejas desfilando. Su participación en los desfiles de La Guacherna, Batalla de Flores, La Gran Parada, y la calle 84 han convertido a La Pollera Colorá en un referente de las fiestas.  

Archivo personal

La Pollera Colorá mantiene la tradición del baile de la cumbia en el Carnaval de Barranquilla. Foto:Archivo personal

“Nosotros salimos con toda la energía, el público nos espera y nos reconoce. Es una responsabilidad mantener ese nivel”, afirma Max, quien insiste en explicar que no compite con ninguna cumbiamba, "nosotros competimos contra nosotros mismos, para ser cada año mejores", subraya.

Sin embargo, mantener una cumbiamba no es fácil. "Este 2025 necesitaremos cerca de 100 millones de pesos para vestuarios, música, ensayos, sonido y logística", explica. A pesar de los retos, sigue innovando: "Los vestidos deben evolucionar, pero la música y el baile nunca cambiarán". La búsqueda de patrocinadores y la autogestión son claves para seguir adelante. “Hay veces que uno pone de su bolsillo, pero la cumbia lo vale”, dice con una sonrisa.

Una cumbiamba que es tradición

Cada viernes, en el Parque Las Américas del barrio Bostón, el viejo Max y su cumbiamba se preparan para el Carnaval. 

"De este barrio no quiero sacar a La Pollera Colorá, aquí nació y aquí sigue". Para él, la cumbia es resistencia cultural: "Me dolería que desapareciera. El Ministerio de Cultura no ayuda, pero seguimos aquí, manteniendo viva la tradición", dice con algo de amargura al recordar que la Cumbia es la danza que representa a Colombia a nivel internacional, pero que no tiene los incentivos para fomentarla en todo el territorio.

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Las cumbiamberas de La Pollerá Colorá todos los años cambian de vestuario. Foto:Archivo personal

Los ensayos son casi un ritual: las parejas llegan puntuales, los tambores, el llamador y la flauta de millo suenan y Max camina entre ellos, corrigiendo posturas, ajustando pasos, recordando la importancia del porte y la elegancia en el baile. 

Hay muchas expresiones nuevas que son válidas, pero la cumbia es la esencia, es la raíz. Mientras yo tenga fuerzas, La Pollera Colorá seguirá en pie

max visbalFundador de La Pollera Colorá

“Esto no es solo mover los pies, es contar una historia con el cuerpo”, les dice a los nuevos integrantes.

Max también ha sido un defensor de la autenticidad de la cumbia en el Carnaval. “Hay muchas expresiones nuevas que son válidas, pero la cumbia es la esencia, es la raíz”, sostiene. Ha visto cómo algunas cumbiambas han desaparecido por falta de apoyo, pero no deja que eso lo desanime. “Mientras yo tenga fuerzas, La Pollera Colorá seguirá en pie”, asegura con determinación.

Con su grito característico de "¡Cumbiamba y ron pa' gozar, que viva La Pollera Colorá!", Max sigue siendo el gigante cumbiambero que, con cada paso, escribe la historia de la cumbia barranquillera.

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