Los ajustes que se proponen en el proyecto de ley de financiamiento, o mejor conocida como reforma tributaria, que prepara el Gobierno llevarían al impuesto al carbono de un valor de 17.447 pesos por tonelada a 142.889, lo que representaría un incremento de 719 por ciento, una situación que generaría un fuerte impacto.
Conforme a los criterios de
Así lo señalaron diferentes expertos reunidos en el foro “Instrumentos Económicos de Carbono e Industrias Intensivas en Energía”, organizado por la Universidad EAN en Bogotá.
“Apoyamos la implementación de medidas para la mitigación de emisiones, pero estas deben ser razonables y graduales, de modo que se mantenga la competitividad, se logre una descarbonización efectiva y se evite impactar la producción local”, señaló Alejandro Ramírez, presidente de la Junta Directiva de la Cámara Colombiana del Cemento y el Concreto (Procemco) y presidente de Cemex Colombia y Perú.
Adicional a ello, aseguraron que esta normativa podría tener el riesgo de que se produzca en Colombia una “fuga de carbono”, fenómeno que ocurre cuando las empresas trasladan su producción a países con políticas climáticas menos gravosas, o cuando los productos nacionales son sustituidos por importaciones más intensivas en carbono.
“Esto genera un efecto dominó, con múltiples consecuencias negativas, como pérdida de empleos, disminución de la competitividad industrial, menor aumento fiscal y debilitamiento de las políticas climáticas del país”, destacó Ramírez.
Aunque el impuesto al carbono se triplicaría con la ley de financiamiento, su destino para la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático se reduciría del 80 al 27 por ciento de lo recaudado.