Un grupo de fotógrafos que captaba imágenes de especies de aves durante el evento denominado Salento Birdfair el pasado fin de semana se encontró con al menos 50 loros Orejiamarillos que arribaron a alimentarse en la reserva natural Finca Los Árboles, ubicada en el Valle de Cocora, en Salento, Quindío.
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El loro Orejiamarillo es una de las aves más amenazadas debido a que tiene una estrecha relación con las palmas de cera, donde se alimenta y anida, no obstante, el peligro se ha generado por la pérdida de estas palmas en el Valle, lo que ha provocado que estas aves se desplacen a otras zonas del país como en el vecino departamento del Tolima.
Según el fotógrafo Felipe Quintero, quien lleva 12 años capturando imágenes en la zona y realizando tours de fotografía, es la primera vez que observa a estas especies en la zona.
“Estábamos fotografiando cuando llegaron los loros, ruidosos y alborotados a comer, fue muy interesante la experiencia. Yo me quedé con otros dos fotógrafos porque estas oportunidades no se pueden desperdiciar sobre todo porque este loro no se veía hace mucho en Salento y así, comiendo, acicalándose y en grupo”.
“Llevo años recorriendo la zona, fotografiando el cóndor y otras especies y es la primera vez que me toca verlos. Estas aves se han desplazado porque las palmas de cera viejas no dan el fruto necesario, y solo las anidan, por la importancia de volverlas a ver en Cocora”, dijo el fotógrafo.
Los loros aparecieron en una finca dedicada casi en su mayoría a la conservación de especies desde hace más de 50 años y donde se pueden observar al menos 257 aves diferentes y que aparecen en eBird, una base de datos de observaciones de aves.
Para Edna Patricia López París, una de las propietarias de la reserva y organizadora del Salento Birdfair, esta aparición fue como “magia”, ya que no se tenían registros de esta especie en esta parte de la reserva.
“Llegó esa bandada de loros justo para el evento. Se habían registrado unos 3 individuos volando sobre la cabaña que tenemos en los 3.000 metros, en la parte alta de la reserva, pero nunca esta cantidad que llegó a comer en los árboles, casi en los pasillos de la casa”, dijo López.
Explicó que esta reaparición se da como resultado del trabajo que se ha venido haciendo. “Proaves viene haciendo un trabajo importante en el aumento de la población de esta especie para sacarlos del estado crítico. Los loros llegaron a comer a los árboles de guayabo arrayán que tenemos en la finca, de estos árboles había mucho en el Valle de Cocora pero los talaron para otras actividades económicas.