Desde las 5 p.m. e la ‘tigremanía’ se tomó la ciudad gracias a la gira 'Aquí mando yo', de Los Tigres del Norte. El Movistar Arena abrió sus puertas para recibir a los fanáticos que agotaron las entradas, al punto de obligar a los organizadores a abrir una nueva fecha para el 14 de septiembre. Sobre la carrera 30, alrededor del estadio, se escuchaban las canciones del grupo norteño en los parlantes de los puestos de comidas rápidas, que se mezclaban con la de los revendedores que buscaban agotar las últimas boletas.
Conforme a los criterios de
Entre ponchos, sombreros y bufandas con siluetas de tigres, caballos y los rostros de los integrantes de la banda, sus seguidores se disponían a ingresar al escenario. Dentro de las instalaciones del coliseo cubierto, los asistentes disfrutaban de música norteña, popular y ranchera. No fue sino a partir de las 6:30 p.m. que permitieron el ingreso al recinto, en donde las personas se unían al ritmo de la música con letras de despecho y amor. Mientras pasaban las horas, el aforo del escenario iba llegando a su totalidad.
Tras una larga espera, las pantallas comenzaron a anunciar la llegada de la agrupación mexicana. Se escuchaba 'Mal negocio', seguida de cinco canciones más que pretendían darle entrada a los artistas. Exactamente a las 9 p.m. el grupo hizo su aparición en el escenario con un pequeño fragmento de 'La carta', la cual nombra en su introducción la historia de "un muchacho que al terminar uno de nuestros conciertos se nos acercó…", y con este corto, pero significativo momento, dieron entrada a la agrupación mexicana.
Dos horas después de lo previsto
El escenario se iluminó de amarillo. En los videos mostraban una cinta de señalización que rodeaba a los integrantes, quienes vestían trajes negros con detalles plateados y dorados, mientras sonaba 'Jefe de jefes' y 'El señor de la muerte'.
"Buenas noches, Bogotá. Gracias por este recibimiento tan maravilloso en nuestro primer día de trabajo", fueron las primeras palabras que el grupo dijo a su público, que esperaba el espectáculo con entusiasmo, seguido de la canción 'Mi buena suerte'. Los asistentes cantaban al ritmo de la música y los instrumentos característicos del grupo, como el bajo eléctrico, el contrabajo, la batería y el acordeón, entre otros. Con cada interacción que la agrupación tenía con su público, la emoción crecía y la demostración de que la música traspasa fronteras era cada vez más real.
La agrupación interpretó junto a su público todas las canciones que crearon desde sus inicios.
"La siguiente melodía es una de las canciones que hicimos para ustedes", afirmó Hernán Hernández y así comenzó 'La reina del sur'. En cada canción alternaban del bajo eléctrico al contrabajo y viceversa. Con el transcurso de los minutos, seguían las solicitudes que les hacían. Continuó 'Prisión de amor'.
"¿Cómo estamos, Bogotá?", preguntaban mientras dieron entrada a 'La manzanita', que no solo añadió otro ritmo al espectáculo, sino que también incluyó bailarinas que se movían de un lado a otro sobre el escenario. Con cada una de sus canciones, el grupo transmitía su cultura mexicana, de la cual se sienten muy orgullosos.
"La siguiente melodía es de nuestra cultura”, sostuvo Hernández, refiriéndose a 'El rengo del gallo giro'.
Para poner a prueba a su público con la canción más reconocida de la banda, lo retaron con una pregunta: “A ver si se la saben”, dándole entrada a 'Ni parientes somos'. Las voces de los asistentes sonaban al unísono al cantar cada parte, algunos brindando con sus acompañantes y conectando con estas letras.
En ese momento, la banda aprovechó la emoción del público para interpretar 'La mesa del rincón', otra de sus canciones de despecho más reconocidas por su público.
Con 'La jaula de oro', los Tigres del Norte recordaron “una de las canciones que cantamos con un paisano de ustedes”, refiriéndose a Juanes, con quien la grabaron en.
Luego, dedicaron una canción a los "familiares y amigos que se van a otros países y dejan a sus familias". La agrupación resaltó que 'La carta' lleva más de 152 millones de reproducciones en Youtube. Las personas se movían de lado a lado, bailaban abrazados, con las manos en la cintura y haciendo el 'paso del vaquero'.
Una combinación entre ranchera y cumbia
Sobre las 10 p.m., la primera parte del espectáculo cerró con la melodía que para el grupo no necesitaba de una presentación: 'Pedro y Pablo', que cuenta la historia detrás del amor de hermanos y las diferencias de la vida.
Luego, vino un espacio protagonizado por el grupo de mariachis Evolución, que fortalecían esa vena artística mexicana. Pero esto no quedó ahí: el grupo combinó la cultura colombiana con la mexicana. El escenario se iluminó con la bandera de Colombia y un grupo de bailarines, que portaban el traje típico de cumbia, bailó al son de 'Colombia, tierra querida'.
Una competencia de karaoke entre hombres y mujeres
Durante toda la noche, Los Tigres del Norte le dieron protagonismo a cada uno de los asistentes, pero no solo con sus canciones, sino a través de una competencia entre los hombres y mujeres en el público. Hernán Hernández lideró el momento al pedirle a su público seguir la letra de la canción 'Los mandados', que se transmitió en las pantallas del escenario.
Primero, fue el momento de las mujeres, quienes se unieron para cantar "Por Mexicali yo entré, y San Luis colorado, todas las líneas crucé…", dejando, según el artista, la vara muy alta. Siguieron los hombres con esta misma línea, no quedándose atrás al llamar la atención del artista.
Para desempatar esta competencia, la decisión del cantante fue realizar otra ronda en la que fueron las mujeres las ganadoras de la noche y las que "mandaban en la casa".
De vuelta al espectáculo
Los Tigres del Norte volvieron a su repertorio de canciones, iniciando por 'El último beso' y 'El hijo del pueblo', acompañados del grupo de mariachis. El concierto estuvo acompañado por el talento de los bailarines con sus coreografías. Continuaron con 'Hermoso cariño', 'Maldito amor' y 'Mujeres divinas', todas estas caracterizadas por el cambio de instrumentos, la caminata de los artistas por todo el escenario, las luces y la participación del público.
Los asistentes seguían siendo protagonistas: proyectaron un video en el cual participaron jóvenes y adultos comentando sus expectativas del concierto alrededor de la frase "Aquí mando yo", para darle entrada a esta canción.
Entonces, llegó el momento del romanticismo con 'Golpes en el corazón', canción lanzada en el año 1995, pero que con el transcurrir del tiempo sigue generando la misma emoción en los oyentes. Este momento de la noche fue dedicado a todos aquellos enamorados que expresan sus sentimientos por medio de la música.
El despecho no pasó desapercibido en ningún momento de la noche y muestra de esto fue el sentimiento con el que cantaban 'Cuestión de olvidar', 'La venganza' y 'Cáusame la muerte'. A petición del público, que tenía en un cartel el nombre de 'La tumba falsa', la agrupación continuó con esta melodía.
La generosidad del artista
"Esta canción describe a todos los que estamos aquí presentes, gracias América", con esta frase el escenario se vio acompañado de mariachis y bailarines que llevaban en sus manos banderas de diferentes países como Colombia, México, Perú y Brasil, entre otros, así como elementos significativos de cada uno.
En medio de la diversidad escénica, Jorge Hernández, vocalista y acordeonista, tomó la vocería para presentar a cada uno de los integrantes, iniciando con Oscar Lara en la batería, seguido de Luis Hernández en el bajo sexto, Hernán Hernández en el bajo eléctrico, Diego Hernández y Rubén Martínez en la percusión.
A las 11 p.m., parecía que ya era el momento del fin cuando los bailarines del ballet folclórico Esta es mi Tierra, de Zipaquirá, y músicos salieron del escenario, pero a la llamada del público, la agrupación respondió: "Si ustedes no se van, nosotros tampoco" y, con ello, el concierto continuó con un amplio repertorio musical que iba desde las primeras hasta las más recientes canciones de la agrupación.
La petición de los asistentes aumentaba con el pasar de cada tema musical, mientras que los artistas seguían complaciendo a su público sin problema alguno. Fueron pasando los minutos y con ello, las emociones seguían aflorando, risas, llantos, gritos y silencios al escuchar 'Señor locutor' y 'En qué fallé'.
La noche parecía no acabar hasta que a las 12:17 a.m. los artistas, que se encontraban a lo largo del escenario, se juntaron para despedirse de sus fieles asistentes, quienes cantaron de inicio a fin todas las canciones que la agrupación había preparado para este espectáculo, en este caso en la primera de tres noches: “Nos vemos mañana, ha sido verdaderamente inolvidable, gracias por la oportunidad de cantar nuestras canciones, sus amigos ‘Los Tigres del Norte’. Muchas gracias”.
JOHAN REMOLINA RUEDA Y LAURA STEFANÍA AMARILLO
Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO