A final de año, muchas familias se toman una temporada de vacaciones, la cual va de la mano con una promesa de descanso y desconexión. Sin embargo, este anhelo se ve a menudo eclipsado por el estrés y el desgaste acumulados durante el año pueden infiltrarse en estos momentos, transformando el descanso en un nuevo foco de tensión.
Los destinos turísticos populares están recibiendo una gran afluencia de turistas, tanto a nivel nacional como internacional, por lo que ciudades como Bogotá empiezan a sentirse más solas. A pesar de esta ferviente actividad turística, el verdadero propósito de las vacaciones debería ser el descanso, sin importar la ubicación.
Expertos recomiendan el disfrute tanto de los niños como de los padres. Foto:iStock
Especialistas explican que, en esta época, estamos cansados por mucho trabajar o estudiar, pero también podemos llegar a tener estrés crónico, con su cuota de temor por la incertidumbre, aceleración permanente y multitasking. Esto puede generar cierta adicción que puede infiltrarse de manera tóxica en las vacaciones. Esta adicción al estrés afecta especialmente los primeros días de las vacaciones, donde la inercia de la aceleración cotidiana se entremezcla con las logísticas de traslado y planificación.
Un consejo clásico es evitar la presión de "pasarla bien" de inmediato
Adaptarse y cambiar de sintonía requiere tiempo y no se produce de manera automática. Más allá de desconectarse, descansar implica reconectar de una manera distinta, ya sea con uno mismo, con seres queridos o con la naturaleza. Sin embargo, la mentalidad de consumismo insta a muchos a maximizar cada momento, desencadenando un afán ansioso por realizar actividades en un tono de voracidad.
La variada oferta de actividades durante las vacaciones puede generar un FOMO (miedo a perderse algo) vacacional, que impulsa a tachar todas las actividades posibles de la lista. "El tema es, tal vez, entender qué tipo de descanso se desea, y no creerse que las vacaciones son 'eso' que se vende empaquetado y en clave masiva, que apunta a continuar con la ansiedad de consumir cosas, más que a generar situaciones de real bienestar y genuino descanso", apuntan los expertos.
Otro tema importante es la distribución de tareas durante las vacaciones. Muchos asumen que las vacaciones deben orientarse exclusivamente a la diversión de los niños a cualquier costo, mientras que otros defienden que deberían ser disfrutadas por todos los miembros de la familia, implicando una distribución equitativa de las responsabilidades domésticas.
La mentalidad de consumismo insta a muchos a maximizar cada momento. Foto:iStock
"Irse de vacaciones no es lo mismo que estar de vacaciones. Los chicos, se sabe, están de vacaciones más tiempo que aquel destinado a 'irse' a un destino turístico", se recuerda a los padres, instándolos a descansar sin culpa.
En medio del bullicio de las vacaciones comerciales, es vital recordar qué se desea realmente de este tiempo. Al centrarse en las verdaderas necesidades de descanso, es posible evitar ser arrastrado por la vorágine consumista y, en cambio, ser dueño del propio tiempo de descanso.
Miguel Espeche
La Nación (Argentina)/ GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.