“Nunca pensé que volvería a casa”, dijo a la BBC el hombre mexicano-británico que fue condenado por delitos de drogas en Qatar tras estar retenido en ese país durante seis meses.
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En su primera entrevista desde que dejó el país árabe, Manuel Guerrero Aviña, quien dice haber sido perseguido por ser gay, advierte a la comunidad LGBT que “tengan cuidado cuando visiten Qatar”.
“Lo que me pasó a mí podría pasarle a cualquiera”, afirma.
Guerrero fue arrestado en febrero después de concertar una cita con otro hombre -quien luego descubriría era un agente de policía encubierto- a través de la aplicación de citas gay Grindr.
Organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han expresado preocupación sobre la detención de Manuel y han calificado su juicio como “sumamente injusto”.
Pero los funcionarios qataríes insisten en que fue arrestado por delitos vinculados a drogas.
El hombre de 45 años, ex empleado de la aerolínea británica British Airways, ahora quiere enfocarse en volver al trabajo y pasar tiempo con su familia.
Manuel acaparó titulares alrededor del mundo tras su arresto y su familia inició una campaña para lograr su liberación.
En una audiencia judicial que tuvo lugar en junio, el hombre fue declarado culpable por posesión ilegal de sustancias, recibiendo una pena de seis meses de prisión con suspensión de condena, una multa de US$2.700 y una orden de expulsión.
Después de volver al Reino Unido, por primera vez, habla en primera persona de los 44 días que pasó en una prisión qatarí y su posterior retención en el país.
“Hubo muchas veces que me sentí aterrorizado”, dijo Manuel.
“Pensé que nunca podría irme. Pensé que podría perderme en el sistema.
Tenía mucho miedo. Nunca pensé que volvería a casa sano y salvo”.
Manuel siempre ha insistido en que los agentes de la policía de Qatar plantaron drogas en su apartamento, pero que el verdadero motivo por el que fue arrestado fue su orientación sexual.
"Niego rotundamente los cargos de drogas", dijo a la BBC.
“Durante todo el interrogatorio, todo lo que me preguntaron fue sobre mis parejas sexuales, mi orientación sexual, si había tenido relaciones sexuales, con quién había tenido relaciones sexuales y cosas así”.
“Si sólo fuera un caso de drogas, me habrían preguntado por drogas”, agrega.
Discreto
La homosexualidad es criminalizada en Qatar y organizaciones defensoras de los Derechos humanos han advertido en reiteradas oportunidades su preocupación acerca del trato a personas de la comunidad LGBT en ese país.
Pero Manuel dice que había vivido ahí por siete años sin meterse en problemas con la policía.
“Parecía haber una regla no escrita de que si todo lo que sucedía era en privado, entonces estaba bien”, dijo.
“Pensé que estaba cumpliendo con las normas siendo discreto (en público) y siguiendo las reglas, pero simplemente estaba tratando de vivir un poco de mi vida tras las puertas”.
"Pensé que estaría bien siempre y cuando no fuera en público".
La BBC había informado previamente que el 4 de febrero pasado Manuel se estuvo enviando mensajes con otro hombre en aplicaciones de citas como Grinder y Tinder y lo invitó a su apartamento.
Luego de ir a encontrarse con él en el vestíbulo de su edificio, Manuel dice que, en cambio, se encontró con agentes de la policía, quienes lo esposaron antes de registrar su casa para luego arrestarlo formalmente.
Durante su tiempo en prisión, dice Manuel, fue testigo de cómo azotaban a otros detenidos.
Además cuenta que tras negarse a desbloquear su teléfono o revelar los nombres y contactos de otras personas LGBT en Qatar, fue trasladado a un lugar con condiciones de hacinamiento.
“Intentaban obligarme a confesar y desbloquear mi teléfono, pero no podía poner en riesgo a otras personas de la comunidad gay”, dijo.
"¿Por qué le haría pasar ese dolor a otra persona?"
La BBC ha tenido acceso a una confesión, escrita en árabe, respecto de la que Manuel señala que fue forzado a imprimirle sus huellas dactilares sin la presencia de un abogado o la ayuda de un traductor.
Nosotros no pudimos verificar de manera independiente todas sus afirmaciones.
Muchas de las acusaciones que hace sobre cómo se le trató después de su arresto ocurrieron cuando estaba a puertas cerradas y con pocos testigos.
Pero la familia Guerrero Aviña ha compartido una cronología detallada de los acontecimientos e informes previos sobre el tratamiento de las personas LGBT y el comportamiento de los agentes de policía en Qatar. Todo indica que otros han tenido experiencias similares.
Un funcionario qatarí le dijo a la BBC que Manuel fue tratado con “dignidad y respeto durante su detención” y que fue sentenciado tras una “investigación y un juicio”.
Asegura que fue arrestado “por posesión ilegal de sustancias” y “ningún otro factor fue considerado cuando se le arrestó”.
"El señor Aviña y su familia han hecho numerosas acusaciones falsas en un intento de generar simpatía pública y apoyo para su caso", dijo el funcionario.
“Las creencias, los antecedentes o la orientación de una persona no la eximen de la ley, especialmente cuando enfrenta cargos graves relacionados con posesión de drogas.
Qatar tiene leyes estrictas que regulan la posesión de drogas ilegales y las autoridades trabajan continuamente para combatir este problema”.
“Como el mismo señor Aviña ha reconocido, él vivió en Qatar sin ningún problema por siete años”.
Pero el otrora diplomático británico en Qatar y co-director de la organización por los Derechos Humanos, FairSquare, James Lynch, dijo que el juicio ha sido “sumamente injusto” y lo comparó con otros casos que había tratado.
“Manuel fue claramente atacado porque era LGBT y vivía en Qatar y vivía su vida”, dijo Lynch.
“En los últimos tres años hemos tratado varios casos de personas que fueron arrestadas y luego interrogadas sin un abogado presente.
Los qataríes tienen que arreglar la forma en que se está impartiendo justicia en el país”, sostuvo.
“Tomarse de las manos”
Manuel, quien vive con el virus de inmunodeficiencia humana, también recibió el apoyo de organizaciones benéficas contra el VIH en el Reino Unido, después de denunciar que no le habrían dado acceso regular a la medicación con la que mantiene el virus bajo control.
“Tuve que rogar diariamente a los funcionarios de la prisión para tratar de tener acceso a mis medicamentos.
Fue realmente un tiempo muy difícil para mí el no tener acceso a mis remedios. Porque tú te preocupas sobre los efectos que eso puede tener en tu salud y también tiene un impacto en tu salud mental”.
De vuelta en el Reino Unido, Manuel dice que está recibiendo atención médica y que poco a poco comienza a volver a ser él mismo.
“No se trata de ver símbolos en todas partes, como arcoíris o banderas”, dijo.
"Es más bien una sensación increíble de poder recuperar algunas de las pequeñas cosas que no te das cuenta que has perdido hasta que las recuperas.
Cosas como ver a la gente tomada de la mano en la calle, poder ser cariñoso con mis amigos sin pensar en cómo estamos interactuando, poder hacer eso sin que sea a puertas cerradas”.
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